Le agradecí una vez más a Mateo por ocultarle a Leo de que estaba con él. Tarde o temprano iba a volver a mi casa, pero por ahora me quedaba aquí. Por una parte me gustaba estar aquí y alejarme por un tiempo de mi familia, pero por otra parte me dolía saber que me estaban buscando y se preocupaban por mí.
Me miré en el espejo del baño y suspiré. No quería esconderme de ellos, ya que, al fin y al cabo, eran mi familia y mis amigos. Y, bueno, luego estaba Leo, que no tenía muy claro qué éramos.
No podía pasar lo que quedaba de verano aquí metida, en este piso. La principal razón por la que me fui de mi casa era para no estar encerrada, pero esconderme implica no salir del piso, ya que me pueden ver.
Volví a suspirar. Estaba tan confusa que ya no sabía qué era lo que debía hacer.
—¿Ya sabes lo que vas a hacer?—me preguntó Mateo, que estaba sentado a mi lado.
Los dos nos encontrábamos en el sofá sentados.
—No... Aunque siento que ya es hora de tomar una decisión.
—Ya llevas tres días viviendo aquí. A mí no me importa que te quedes más tiempo, pero deberías pensar en tus seres queridos. Tal vez si regresas a casa las cosas sean diferentes y puedas arreglar tus problemas.
—Tienes razón...
—Y si ves que las cosas no mejoran, puedes venir cuando quieras.
—Gracias, Mateo. Supongo que ya es hora de volver...
—Recuerda que yo estaré aquí para apoyarte siempre.Eso me animó bastante. A veces oír la opinión de otra persona es muy necesario. Y yo, sin duda, la necesitaba.
—Esta noche puedes dormir aquí y mañana por la mañana partir.
—Buena idea.Los dos cenamos pizza viendo un partido de futbol en la televisión. Eso me acordó a Daniel, ya que ese era el plan que más nos gustaba hacer juntos. Solo de acordarme a él se me me vino el mal recuerdo de la última noche del festival.
Lo echaba mucho de menos y me dolía que las cosas hubieran acabado de la forma en que acabaron. Necesita arreglar las cosas con él cuanto antes.
Cambiando de tema, el partido se disputaba en el Camp Nou y los jugadores del Barça iban perdiendo dos a uno. Pero en el último minuto metieron gol y quedaron empate. Salté de alegría. Mateo me miró sorprendido al ver mi emoción.
Ver partidos de futbol era lo único que me ayudaba en esos momentos. Me ayudaban a no pensar en otros temas. Sonaba raro, pero el futbol era como mi zona de confort.
Al finalizar el partido Mateo se quedó un rato más en el salón mirando la televisión y yo me fui a dormir porque ya era bastante tarde y, además, mañana iba a ser un día duro.
Cuando me desperté lo primero que hice fue mirar la hora. Me sorprendió ver que solo eran las nueve de la mañana. Me vestí y preparé todo para irme. Salí de la habitación y no vi a Mateo por ningún lado. Supuse que seguía dormido, así que caminé cautelosamente hasta llegar a la puerta de la entrada para no despertarlo.
Cada paso que daba era un reto para mí. Los nervios invadieron todo mi cuerpo. Tal vez presentarme en casa después de una semana no era tan buena idea...
Eliminé ese pensamiento de mi cabeza y seguí avanzando. Cada vez estaba más cerca, cosa que me ponía más nerviosa de lo que ya estaba.
Al final no pude contenerme y decidí ir a dar un paseo por la ciudad antes de ir a mi casa. Paseé un poco por la playa para ver si así me relajaba. Y conseguí disminuir los nervios, pero seguían allí.
En definitiva, si los nervios no existieran todo sería mucho más fácil.Me entretuve tanto caminando que no me percaté que ya había pasado una hora. Esta vez sí que me dirigí a mi casa sin echarme atrás.
Ahí estaba.
Ahí estaba la casa en la que mi familia estaba.
Ahí estaba la casa en la que mi familia me estaba esperando desde hace días.
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INALCANZABLE
عاطفيةOlivia acaba de terminar bachillerato y su familia y ella se mudan a Barcelona para pasar el verano y quedarse allí a vivir definitivamente. Y lo mejor de todo es que se va a reencontrar con su mejor amigo de la infancia, Daniel, el cual le oculta u...