Capítulo 4: Espectáculo y alcohol

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Soga llega arreglándose la falda y con una sonrisa de oreja a oreja

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Soga llega arreglándose la falda y con una sonrisa de oreja a oreja. Sus ojos verdes ahora relucen de felicidad.

—Espero que te hayas divertido porque te toca cuidar el puesto.

—¿A dónde vas?, no parece que tengas una cita o algo, soso —dice para picarme.

—Quiero ver la función, Látigo me invitó —le comento mientras enseño la entrada.

—¡Oh!, el domador de animales quiere seducir a la liebre para comérsela.

—Solo me interesa, tal vez así logre ver cómo actúan los profesionales —digo mientras cobro la compra de una manzana por un niño.

–Oye, ¿tú nunca habías visto una función de circo? —pregunta levantando una ceja.

—Claro que sí —miento—: hace años, cuando vino fui, digo que quiero ver cómo actúan los superiores para saber cuánto mejorar y alcanzarlos.

Soga me toma de la barbilla y me hace mirarla a los ojos. Ella es más alta que yo, estoy al rededor del metro setenta, pero esta mujer mide uno noventa aproximadamente, muy alta.

—Eres un caso —dice mientras se ríe y avanza a mi oído—. Diviértete.

Me aparto de golpe ante sus acciones.

—No tienes que ser así de invasiva —protesto.

—Eres muy soso, te lo he dicho ya mucho y van menos de veinticuatro horas.

—Ya, ya, como sea, me voy —saca mi parte ácida.

—Adiós, Pluma. No te demores que no me gusta estar sola —dice fingiendo una voz asustada.

Por mi parte la ignoro y voy a ver la función.

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Llego a la carpa tras gastar la entrada en la puerta y me siento en el fondo al lado de unos niños. Estos parecen estar disfrutando la función con todo el ánimo que caracteriza esa edad.

En el escenario está Daga, quien sobre un monociclo lanza sus objetos filosos a una joven que da vueltas amarrada a una diana. Según puedo apreciar es la de cabellos verdes con una venda en los ojos.

Ningún disparo falla, pero parecen hechos para dar cerca, muy cerca del objetivo. Por esto el público aplaude emocionado.

—Para el próximo acto necesito un voluntario —dice Daga con mucho ánimo.

Las luces de la carpa se enfocan en mí y las personas me empujan a participar en el show. No tengo más remedio que ir donde él tras esquivar a la multitud sentada.

—¿Hola? —digo nervioso tras sentir las miradas de todos sobre mí.

—Bien, bien, tenemos a este querido valiente. Sígueme —dice mientras traen dos mujeres bastante maquilladas la ruleta de antes hacia mí.

♣️Amor De CircoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora