Capítulo 10: Mío

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 —¡¿A dónde me llevas?! Bájame —grito mientras me carga, me siento incómodo con esto

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—¡¿A dónde me llevas?! Bájame —grito mientras me carga, me siento incómodo con esto.

Él, cómo usualmente es, no responde. Entramos a la zona VIP y se adentra en un baño cubierto por la carpa. Es mucho más amplio que una habitación normal y está iluminado con velas sobre candelabros.

Parece no haber nadie más fuera de nosotros, pero se escuchan voces fuera.

—No quiero bañarme contigo. Regrésame donde los demás —cuando termino de decir esto me deja caer en una tina con agua tibia.

Él se recuesta con las palmas de las manos al borde y se me queda viendo. Sus ojos parecen molestos y juro por dios que no logró entenderlo.

—Sea lo que sea que pasó anoche no te da derecho a llevarme así a donde quieras. Fue un error —digo molesto y nervioso.

Látigo toma un pañuelo y me lo lanza dentro de la tina, supongo que es para que me bañe.

—No voy a hacerlo, me voy. —Me levanto, pero su mano se posa en mi frente, deteniendo el paso y empujándome para que me siente.

Él niega con la cabeza y suspira. Toma la palma de mi mano y siento que escribe algo con su dedo índice.

F-R-I-O, es lo que interpreto que escribió.

—¿Por qué te preocupo tanto? —digo resignando.

Me mira fijamente y se agacha frente a mí sin decir nada.

—¿Soy tu juguete?

Sus ojos me buscan y me toma por la barbilla para besarme, pero aparto el rostro.

—No volverá a pasar. Estaba borracho y no sabía lo que hacía. —Me arrimo a la otra esquina y lavo mi cuerpo lo más rápido que puedo. Hacía años no me bañaba en agua caliente, a fin de cuentas no es que tuviese mucho dinero o siquiera lo normal.

Ante mis palabras, él ladea la cabeza y se curvan sus labios en una sonrisa curiosa. Parece disfrutar lo que ve o digo, parece estar recordando cada detalle de esa noche mientras me lo deja ver en su mirada.

—No me mires así. —Le lanzo el paño por la cara.

Se lo quita con una mano y comienza a desvestirse.

—¡Detente!, quieto en base. Un paso más y me salgo —le digo apurado mientras mi rostro se vuelve un poema.

Él termina de quitarse la ropa y entra en la tina quedando frente a mí, a duras penas cabemos los dos. Miro a un costado para no toparme con su cuerpo desnudo mientras calmo mi respiración.

—Voy a salir —comento apresurado mientras me levanto, pero su mano me toma por mi muñeca y jala hacia él, cayendo sentado en sus piernas de espalda—. ¡Suéltame!

Sus manos me abrazan por el abdomen un segundo para luego soltarme. Toma el pañuelo y con este empieza a restregar mi cuerpo como si yo no pudiera.

—Látigo, para, es vergonzoso. —Cada vez que intento pararme soy detenido por sus manos.

Sigue restregando mi cuerpo de forma lenta y como si fuera algo normal, muerde suavemente donde está la marca de anoche.

—No soy tuyo —digo y hago fuerza para levantarme, pero no lo logro.

Una de sus manos va a mi entrepierna y comienza a subir y bajar por mi pene haciendo que nazca una erección.

—¡Basta! —Hago toda la fuerza que puedo y él me libera. Salgo de la Tina y cubro mi cintura con una toalla alejándome de él—. No me gusta.

Sus ojos se deslizan a mi miembro y me cubro con las manos.

—Me voy —digo como un ultimátum recogiendo mi ropa y cuando me acerco a la puerta va entrando Daga.

—¡Pluma!, ¿qué haces aquí? —Dice alegre al verme hasta que ve a Látigo—. Ya veo, ya.

—No, no es lo que piensas. Me voy, gracias por lo de hoy, Daga. —Salgo rápido del sitio dejándolos solos.

"¿Harán algo ellos dos ahora?", pienso nervioso.

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Me empiezo a vestir fuera de la carpa, molesto con mi propio cuerpo por reaccionar así. No quiero saber lo que van a hacer esos dos, así que me alejo del sitio lo más rápido que puedo para terminar chocando con la mujer verde.

—Mira por dónde vas —me dice ella tomando mis hombros para apartarme.

—Perdón, estaba distraído —respondo nervioso.

—Ya, ¿no eres de acá, no?, no deberías estar en esta área.

—No fue mi intención, Látigo me trajo.

Sus ojos recorren mi cabello mojado y suspira.

—Te daré un consejo, mocoso. No te acerques a ellos y conoce tu lugar. No cruces esa línea. —Señala la soga que separa los dos lados del campamento.

—No tengo intenciones de hacerlo. Su amigo es quien me trae a este lago.

—Evítalo hasta que se aburra —escupe sus palabras y choca su hombro con el mío para seguir su camino.

Me volteo a verla marchar y pienso en las personas que llevaba la otra noche. Tengo que usar bien hoy las horas que me da el espectáculo.

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Cuando llego a la habitación me encuentro con Nube brincando de alegría con una carta entre sus manos.

—¿Qué sucede? —pregunto con curiosidad y miro a Soga.

—Un admirador secreto. Le ofrecieron una cita —me dice entre risas—. Tal parece que nunca ha tenido una.

—No, es la primera que tengo... ¿Qué debo hacer?, estoy nerviosa. Es para la función —nos dice Nube con las mejillas llenas de rosa.

—Soga es la experta, que te aconseje ella, yo voy a dormir —digo para ir a mi cama, pero la pelirroja me agarra de la camisa.

—Dormir ni un carajo, nos vas a ayudar a escoger ropa para la niña.

—Esto... Niña no, tengo veinticinco —dice Nube.

Soga y yo nos quedamos boquiabiertos, la pequeña y tierna Nube es más vieja que nosotros.

—Se te va a pasar el arroz —digo y Soga me da una colleja.

—Sé respetuoso. Vamos a buscar ropa y Pluma elige la que más le guste. Aunque tiene el gusto en el culo. —Ahora yo le doy una colleja.

—Mal hablada.

—Gracias, chicos —dice Nube riendo al vernos. Creo que le gusta estar con nosotros y me gusta estar con ellas.


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Buenas :3, ojalá tengan un lindo día.

¿Qué les pareció el capítulo?

¿XD qué tal les cae Nube y Soga?

Siento que de a poco Pluma se está haciendo un hueco con sus amigos de la zona normal.

♣️Amor De CircoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora