Capítulo 16: Contra la daga y la pared

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Regreso lleno de confusión a mi carpa, no entiendo para nada mis actos y además de ello, ahora estoy "pegajoso"

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Regreso lleno de confusión a mi carpa, no entiendo para nada mis actos y además de ello, ahora estoy "pegajoso".
Necesito un baño o algo así, pero aquí no harán eso hasta dentro de unos días.

—¿Qué tal la cita?, te vi saliendo con el domador —me comenta Soga haciéndose notar. Está en su cama con una blusa cubriendo su rostro.

—Nada importante. Solo le acompañé a buscar un correo —digo quitándole importancia a los hechos.

—Si eso dices... Tu problema. Ay, el dolor de cabeza me está matando —indica ella entre quejidos.

—¿Y eso?, te hacía de hierro —digo retocando el maquillaje del circo.

—Nube tuvo un ataque de pánico y me golpeó con la pierna la cabeza. Desde entonces estoy así. Ahora salió a tomar aire. ¿Qué pasó en su cita?, no soy tonta... Algo traen entre ustedes con eso —me comenta Soga.

—No es nada, simplemente el hombre no apareció y ella se puso triste. —Es mejor ocultar la verdad.

—Eres jodidamente pésimo mintiendo. ¿Intentó aprovecharse de ella o algo y lo golpearon?

—Ay, metiche, algo así. Pero todo bien. —Cruzo los brazos rindiéndome y a la defensiva.

—Decirte que sé quién era él que iba a la cita con ella y no ha aparecido hoy. No sé qué haya pasado, pero ya circula el rumor de que se fue del circo. Sé que ayer tenía una cita con Nube, algo hizo o algo pasó... —Ella sigue hablando pero la detengo.

—Soga, es mejor que no averigües más sobre eso, no es necesario y solamente dañarás a Nube, no hay por qué hacerlo —argumento de forma firme.

—¡Habla más bajo!, que el dolor sigue —dice lanzándome la camisa con la que se cubría.

—Vale, vale, voy a ir a buscarla, ¿sabes a dónde fue?

—No lo sé, solo salió.

—Iré a ver si la encuentro, no debería estar sola —comento y me dispongo a buscar a mi compañera de cuarto.

Pasé horas buscándola, por todo el campamento, de arriba abajo. Incluso pregunté a los demás si la habían visto y nadie sabía de Nube, había desaparecido también.

¿Por qué?, si es por lo de aquella noche... Y lo saben... Entonces yo también estoy en peligro. Debo apurarme y encontrarla, también a Dalia.

Caigo al suelo cansado de caminar por todos lados, estoy agotado física y mentalmente.

—¿Necesitas ayuda? —dice Daga mirándome desde arriba con una sonrisa.

—¡Daga! —Le llamo mientras me reincorporo—: No, solo buscaba a Nube.

—¿La chica por la que pregunté?, sé dónde está. ¿Te llevo? —dice él con su cara sonriente y maquillada.

¿Puedo confiar?, Daga, por algún motivo es de los que más desconfianza me provoca. ¿Y si quiere llevarme a una trampa?, es también la última pista que tengo del paradero de Nube.

—¿Dónde está? —Digo sin sonar nervioso o escéptico.

—No te diré, solo debes venir conmigo al área de entrenamiento. —Me brinda la mano para levantarme del suelo.

—¿Ella está ahí? —La acepto dudando un poco.

—Es la única pista que tienes. —Se encoge de hombros y me termina de ayudar a pararme—. Te lo diré si llegas al otro lado de la cuerda, como el primer día.

—¡No es un tema de broma, Daga! —Pierdo los estribos y lo agarro de la camisa a lo que responde con una carcajada.

—No es broma, oye, oye, ¿qué crees que le pasó?, solo está entrenando. Pero quiero que vayas también. Eres malo aceptando bromas, Pluma —dice él sin perder la calma.

—Lo siento, es que ha sido un día extraño.

—No hay problema, venga, vamos —me apunta sin aparentemente segundas intenciones. Pero ahora que lo pienso, ¿no se supone que queda solo una hora para la fusión principal?

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Cuando llegamos al lugar está completamente vacío y sin nadie más fuera de Daga y yo. Nube no anda por ningún lado y los reflectores apuntan a una soga atada de un pedestal a otro a diez metros de altura, justo como cuando la función principal, pero sin la red aún.

—Daga... ¿Y Nube? —Digo ya sabiendo que algo anda mal.

—Ella está bien, aún lo está. Tenemos poco tiempo, Pluma —dice volviéndose a mí con una sonrisa completamente inocente y su pequeño tamaño.

—¿Qué está pasando...? —Parece que me descubrió.

—Verás, tu amiga asesinó a uno de nuestros hombres y mientras la torturaban un poquito —argumenta como lo más normal del mundo—: nos dijo que también eres parte de los implicados.

—¡¿Dónde demonios tienes a Nube?! —grito para sentir mi voz perderse en el interior de la carpa.

—Está inconsciente en algún lado, tranquilo, sigue viva. Mi preocupación eres tú, mi querido Pluma —dice caminando hasta mí.

Siento un alivio al saber que mi compañera sigue respirando, por lo menos aún hay esperanza.

—¿Qué pasa conmigo? —Respondo tratando de no retroceder.

—Necesito saber si vas a ser un domador o una bestia. —Su sonrisa no se va, pero ahora me parece algo cínica.

Se detiene a unos centímetros de mí, quedando a la altura de mis hombros prácticamente. Es pequeño como una mujer bajita, sin embargo, siento que tiene ahora mismo el control de este escenario.

—¿A qué te refieres? —Levanto una ceja, incrédulo.

—Una lástima, quería jugar contigo también como Látigo, pero se me ha dado el papel de juzgarte. Verás, vas a caminar por esa cuerda sin red, sin mirar abajo y como un ave. Si logras llegar a la otra esquina te haré una propuesta de trabajo. Al contrario, si caes, todo se acabó —comenta como si de algo sin sentido se tratara.

—¿Debe ser una broma...? —Me muestro molesto y trago en seco.

—Agradécele a Látigo, al menos él dejó que hicieras la prueba. También fue quien te delató, pero... Mhe, detallitos sin importancia —dice agitando la mano y con un rostro inocente.

—¿Qué propuesta es la que tendré al final de la soga? —Digo sin tener idea.

¿Entonces, Látigo me expuso ante ellos? Ciertamente... Es normal, nos conocemos hace poco, no es como si me debiera lealtad o algo. ¿Entonces por qué me duele?

—Solo te la diré cuando lo logres, ya que de no ser así... No la necesitarás en el mundo de los muertos, mi querido Pluma.

En ese momento me di cuenta, estaba contra con callejón sin salida. Si no era capaz de cruzar el muro, sería devorado por las bestias.

♣️Amor De CircoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora