06 - LUZ BLANCA

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SANTINO

- ¿Cómo es posible que exista en el mundo una mujer como ella? – escucho a Pia mientras me encuentro de pie observando a la comandante y al ministro caminar juntos a un auto que espera por ellos.
- Esa no sería la pregunta correcta – interviene Enzo de pie junto a mí – la pregunta seria, ¿Cómo una mujer como ella tiene una posición como la que tiene?
- Se le dice talento y perseverancia – escuchamos una voz ronca y gruesa tras nosotros por lo que nos volvemos encontrando a los tres miembros de los Spectrus – algo que a Circe Starkov le sobra.
- Me acabo de enamorar – habla en voz baja mi médico mientras observo al enorme hombre que se encuentra frente a nosotros – Pia Moretti – se presenta extendiendo su mano.
- Sabemos perfectamente quienes son – responde el ruso tomando la mano de la italiana – pero es un gusto conocerlos – le guiña un ojo de forma coqueta haciendo que mi médico se sonroje, estoy por hablar cuando un soldado aparece.
- Comandante Russo – me habla directamente – el general Russo lo busca.
- Vayan a descansar, que tendremos muchísimo trabajo y los necesito al cien porciento – hablo antes de dirigirme a la torre administrativa donde se encuentra la oficina de mi hermano con muchas preguntas en mente dirigidas a una sola persona.
Esos ojos aparecen en mi mente haciéndome estremecer y más al recordar lo que sentí al verla moverse de forma tan sensual en ese tubo. Debo admitir que nunca he mi vida había visto una mujer con una belleza como la de la comandante Starkov ya que su imponente aura solo la aumenta. Respiro profundamente antes de sacudir la cabeza tratando de alejar de mi mente su imagen cuando entro a la sala de reuniones.
Al llegar a la oficina del general la secretaria se pone de pie adelantándose para abrir la puerta dejándome pasar encontrándome con Matteo tras su escritorio, levanta la mirada cuando me escucha.
- ¿Qué sucede? – pregunto viendo como deja todo de lado dándome su atención por completo.
- Tengo autorización del ministro para que puedas ver el expediente de la comandante Starkov – me extiende una Tablet – solo veinte minutos desde que introduzcas el código y no puedes salir de aquí.
- ¿Por qué tanta seguridad para una comandante? – pregunto tomándola junto a un código escrito en una nota.
- Porque para Adal Starkov es la persona más importante en su vida – responde en lo que yo ingreso el código - el ministro se ha mantenido tanto tiempo en el poder por una razón.
- Su hija... - murmuro cuando su información aparece, empiezo a leer sorprendiéndome con lo encuentro.
Tiene veinticinco años, nacida en Rusia, cumple años el veinticinco de julio, entro a la academia de la organización cuando tenía cuatro años, habla doce idiomas entre ellos latín, es experta en armas de largo y corto alcance, tiene el record del disparo más largo de la historia en la organización, al haber dado en el blanco a tres punto cinco kilómetros de distancia. Experta en combate y manejo de armas blancas,
Las misiones en las que ha participado son impresionantemente aterradoras y de las cuales ha salido muchas ocasiones, Ilesa. Gracias a estas misiones es que pudo llegar al rango de comandante siendo tan joven además de ser la primera y única mujer en la historia de la organización en tener ese rango.
Su madre, Elken Starkov fue una de las mejores tenientes de la organización, pero decidió retirarse y dedicarse a manejar el negocio principal de la familia Starkov. La fabricación y distribución de armamento militar, del cual la comandante es heredera.
- ¿todo esto es verdad? – pregunto perplejo ya que esta información parece describir muchísimos años de carrera militar, cuando en realidad es menos de una década.
- Esa mujer posee un talento y una inteligencia como ningún otro – responde el general.
- Es imposible que exista una persona como la que describe este informe – refuto a lo que él sonríe divertido.
- Circe es conocida como la Inefable – me molesta la forma en la que habla de ella – ya que no hay ppalabras para describirla en ningún sentido.
- Es absurdo – replico a lo que él ríe.
- Pronto lo descubrirás – presto atención a sus palabras – descubrirás porque está donde está siendo tan joven, porque todo aquel que trabaja con o para ella la respetan al punto que darían sus vidas por la suya sin dudarlo un segundo, pero sobre todo descubrirás por que el puesto de ministro tiene su nombre...
- ¿Qué? – pregunto perplejo poniéndome de pie.
- Es ultra secreto lo que voy a decirte – asiento con la cabeza – Adal Starkov va a retirarse, pero antes de hacerlo se está asegurando de que su hija tenga los méritos y medallas necesarias para aplicar al puesto...
- No puede – replico incrédulo – no tiene la edad...
- Por ahora es una de las razones por las que no puede asumir el cargo...
Salgo de la oficina de Matteo sin poder creer todo lo que leí, pero sobre todo que la persona que describe aquella información sea una mujer de apariencia angelical y belleza inigualable.
- Comandante – escucho la voz de Aleksa me saca de mis pensamientos y al volverme a verla la encuentro sonriéndome – me entere que tienes una semana de descanso.
Suspiro observando el techo de mi habitación mientras escucho la suave y delicada respiración de la mujer que se encuentra a mi lado profundamente dormida, hace unas horas Aleksa y yo llegamos al comando luego de una semana de descanso, al menos para mí ya que ella estuvo conmigo los últimos dos días.
Me vuelvo a observar a la mujer que duerme a mi lado. Aleksa es hermosa, sus profundos ojos negros fue una de las cosas que me gusto de ella ya que estos siempre me observan con fascinación. Mi vida a su lado es tranquila, hemos estado juntos tres años y todo ha sido bueno con ella, nunca discutimos, ni peleamos, yo me voy por meses y cuando vuelvo ella siempre me recibe con una hermosa sonrisa, siempre dispuesta a cuidarme cuando he regresado herido.
suspiro de nuevo volviendo la mirada al tiempo pensando en que no es suficiente y de repente la imagen de Circe bailando en el tubo hace que se me engrose el miembro en un instante.
- Maldita – susurro molesto poniéndome de pie lentamente sin despertar a la mujer a mi lado.
Voy hasta el baño donde me encierro apoyando mis manos en el lavado molesto por que esa maldita no ha salido de mi mente desde que salí de la sala de reuniones, el recuerdo de ella bailando hace que mi polla salte por falta de atención, aunque es la de ella que anhela.
Enojado conmigo mismo me doy una ducha con agua muy fría tratando que esta baje la frustración y enojo que en los últimos días he empezado a pensar en cosas que antes ignoraba. Suspiro saliendo de la mampara con el genio arruinado por lo que rápidamente me enfundo en el uniforme de entrenamiento que es completamente negro, una vez que estoy listo salgo de la habitación notando que los primeros rayos empiezan iluminar el cielo.
Voy a la cafetería en busca de un café y al salir de esta veo a uno de los soldados de la guardia del ministro con los doberman de Circe, empiezo a seguirlo sin saber por qué demonios lo hago notando que los lleva al mismo lugar donde la vi por primera vez. Observo atento a la espera de que el soldado salga y cuando lo hace avanzo al lugar entrando en completo silencio todo esta oscuro, pero en el lugar se escuchan las notas de un violín por lo que siguiendo el magnetismo que de repente emerge en el ambiente, camino siguiendo el sonido hasta que mis pies se detengan al ver la imagen frente a mi.
Paso saliva al verla de nuevo sobre ese tuvo, la sangre me empieza a fluir hacia un mismo punto mientras que el cuerpo entero me hormiguea, el pulso se me dispara y el corazón me late desbocado en el pecho.
Es... es...
Simplemente no tengo palabras para describirla.
Esta vez no hay luz roja de fondo, sino una blanca, sus movimientos son más delicados, sin dejar de ser sensuales y cuando la música para baja del tuvo poniendo sus hermosos y hechizantes ojos en mi.
¿De dónde saco esos ojos? Por qué es imposible que exista otros iguales.
- Si tomas una foto aparte de durar más, puede serte más útil en la intimidad- habla haciendo que me estremezca - ¿Qué haces aquí?
Pregunta, pero es algo que ni siquiera yo sé cual es la respuesta. La veo caminar hasta el estéreo el cual apaga antes de tomar una botella de agua de la cual bebe.
- ¿Te deje sin habla? – cuestiona de nuevo y debo parecer estúpido al no responderle.
- No podía dormir – respondo haciendo que ella enarque una ceja mientras que yo quiero pegarme un tiro ante semejante estupidez.
- Deberías cambiar de novia – responde caminando hasta mi en lo que se suelta el cabello que tenía recogido en un moño desordenado – por que un buen polvo es suficiente para que duermas  plácidamente.
Una imagen de ella sobre mi cabalgándome viene a mi mente haciendo que la boca se me seque.
- ¿Y tu? – trato de cambiar el tema antes de que sea más vergonzoso para mi - ¿Qué haces aquí tan temprano?
- No tengo novio que me ayude a dormir...

ANAM CARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora