ANAM CARA

HERMANAS

NYX LEVIAT

Mientras observo el enorme cuadro frente a mi soy consciente de que no debería sentir envidia por nada en este mundo ya que gracias a la mujer que se encuentra retratada en el cuadro lo he tenido todo desde el momento en el que mis hermanas y yo nacimos.

Dannika Leviat

Incluso después de muerta y en un cuadro que se puede ser la impresionante, imponente y poderosa mujer que fue. Ella es la razón por la que la orden Leviat se creó, ella fue la razón por la que ahora tanto mi hermana y yo somos consideradas las personas más importantes del mundo criminal y la razón por la que nuestros hijos serán inmunes a todo aquellos que piensen si quiera hacerles daño.

Suspiro observando la mujer más hermosa que alguna vez he visto, rasgo que Azara, Ravena y yo heredamos. A través de los años he escuchado infinidad de veces la forma en la que hablan de mi madre ya que nunca hubo o habrá una mujer capaz de lograr lo que ella logro.

Cuando pienso en ella no puedo evitar sentir envidia ya que ella unió a dos enemigos que pusieron el mundo a sus pies, con una mirada logro hechizar al líder de una de las mafias más poderosas en el mundo al punto que se casó con él. Dannika Leviat, paso de ser una huérfana sin hogar a tener el mundo a sus pies.

- ¿Cómo lo hiciste? - murmuro observando sus impresionantes e hipnóticos ojos grises, vuelvo a suspirar desviando la mirada de mi madre al objeto de mi profunda envidia.

Ravena Leviat

Mi difunta hermana era una copia en miniatura de nuestra madre, aunque Azara, ella y yo compartimos el mismo vientre durante nueve meses las tres éramos completamente diferentes.

Ravena ha sido mi maldición, ha estado muerta durante años y aun así siempre he tenido que competir con ella. tenso la mandíbula recordando las palabras que me marcaron ya que el hombre del que he estado enamorada toda mi vida me las dijo mientras me encontraba desnuda frente a él.

"Ennio y yo la elegimos, por lo que si no es con ella no es con nadie"

He estado enamorada de Artem Zemtsov desde que tengo memoria, durante muchísimo tiempo anhele que me eligiera. Aunque tengo dos esposos igual que mi hermana siempre desee que uno de ellos fuera Artem, incluso cuando escuche una y otra vez lo que sucedió cuando tanto él como Ennio Vitiello conocieron a Ravena.

- ¿Dónde está papá? - la voz de Azara me saca de mis pensamientos cuando se detiene junto a mí.

- Fue hablar con Artem - respondo sintiendo la presencia de Cassio junto a nosotras. - ¿y bien? - me vuelvo a verla notando como la decepción brilla en sus ojos mientras me extiende un sobre.

- Negativo - responde con tristeza por lo que sujeto su mano dándole un leve apretón.

Azara ha intentado quedar embarazada los últimos tres años y no lo ha logrado, aunque los médicos dicen que tanto ella como sus esposos están en perfecto estado de salud para concebir, pero simplemente no sucede.

- Señoras - habla Cassio el hombre que ha estado con nosotras desde que éramos unas niñas. Nos volvemos a verlo notando que nos señala la mesita en el centro de la sala que hay en el estudio de papá donde nos encontramos, noto que sobre esta hay una tetera y dos tazas.

- Ven - guio a mi hermana hasta que juntas nos sentamos en uno de los sofás mientras Cassio nos sirve nuestro té favorito. - ¿estás bien? - odio verla triste.

De las dos, Azara es la más sensible, algo que admiro en ella ya que en nuestro entorno eso es una debilidad, aunque es algo que jamás nos ha importado ya que quien quiera lastimarla tiene que pasar sobre un ejército, sus esposos y por mí, algo que no es fácil porque para mí, es la persona más importante en el mundo y la protejo como tal.

Las dos nos complementamos ya que ella es la inteligente, después de Artem y Ennio, es ella quien controla todo lo relacionado al dinero, negocios, inversiones, propiedades y todo aquello que nos ayude a blanquear el dinero que entra a la organización.

Mientras que yo me ocupo de todo el trabajo de campo, los tratos con los capos de la organización. La orden Leviat está conformada por los seis herederos de los hombres que forjaron esta organización luego de que mis hermanas y yo naciéramos y nuestra madre muriera. Azara y yo estamos casadas con cuatro de ellos, mientras que los otros dos se niegan a rehacer su vida luego de que Ravena muriera.

- Quizás no estoy hecha para ser madre - murmura con la voz entrecortada algo que me mata, por lo que la atraigo hacia mi besando su sien.

Soy consciente de que ser madre es algo que siempre ha querido, cuando teníamos diecisiete años nos sorprendió a todos cuando quedo embarazada, pero cuando unos días después tuvo un aborto espontaneo. Sus esposos estuvieron a su lado apoyándola en aquel difícil momento y es que sus esposos la aman desde el primer instante en el que la vieron.

- No te preocupes, que en cualquier momento nos sorprenderás con tan maravillosa noticia - respondo sonriéndole a lo que ella asiente con la cabeza.

- Quizás tu tengas mejor suerte - dice tratando de sonreírme, pero solo le sale un gesto decepcionado.

- No tengo prisa - respondo consiente que en algún momento debo darles un hijo a mis esposos, pero mientras más pueda retrasarlo mejor. - quiero enseñarte algo - le hago una señal a Cassio para que me traiga mi bolso y cuando me lo entrega saco de este el pequeño cofre verde. - interceptamos una caravana blindada que su único cargamento era esto - abro el cofre dejándole ver el hermoso y única joya.

- Es hermoso - dice tomando el cofre, un anillo con un enorme diamante rosa en forma de gota descansa en este.

Consigo distraerla mientras hablamos del próximo cargamento de arte y joyas que ella misma se encargará de vender en una subasta que tendrá lugar al día siguiente, sonrio tomando su mano dejando un beso en el dorso de esta y es entonces cuando lo noto, un leve movimiento en la esquina más apartada del estudio.

Hay alguien ahí

Con un lento movimiento tomo mi arma, mi hermana me observa confundida por lo que le hago una señal que fácilmente podría pasar por un gesto hacia el lugar donde está el hijo de puta que se atrevió de entrar a este lugar, pero antes de que pueda reaccionar la cortina se corre dejándome ver la silueta de una persona pequeña y menuda, pero esta está cubierta por completo con un uniforme táctico en color negro.

- Yo que tú, no lo haría - habla ella y su voz hace que un escalofrío me recorra el cuerpo, pero lo ignoro poniendo a mi espalda a Azara notando como otra silueta muchísimo más grande salir por un costado apuntándole con su rifle a Cassio.

- Voy a destriparte - amenazo viendo cómo se acerca desafiante y con un porte de arrogancia que me hace tensar la mandíbula cuando escucho su risa sarcástica haciendo que mi sangre se caliente por lo que rápidamente le disparo, pero ella de la misma forma lo esquiva disparándonos ella a nosotras.