27. CIRCUITO

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SANTINO

Escucho por los auriculares las indicaciones que me dan en lo que sobrevuelo la ciudad a la que arribo después de casi una hora de vuelo. Hace dos días terminamos la misión que se nos asignó y aunque me encuentre ansioso por ver a cierta rubia con una tormenta en los ojos, pero debo ayudar a reunir información sobre el tratado Leviat para que tanto Circe como yo reunamos méritos para ascender.

Por ello ubico con la mirada el helipuerto del lugar donde me esperan, desciendo lentamente hasta que aterrizo, apago el helicóptero antes de bajarme encontrándome con un grupo de cinco hombres que me apuntan con sus armas por lo que levanto las m...

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Por ello ubico con la mirada el helipuerto del lugar donde me esperan, desciendo lentamente hasta que aterrizo, apago el helicóptero antes de bajarme encontrándome con un grupo de cinco hombres que me apuntan con sus armas por lo que levanto las manos mientras uno de ellos viene a revisarme.

- Por aquí – me señala el camino una vez que se asegura que estoy desarmado.

Bajo un piso con los hombres pisándome los talones, el que me reviso me guía por un lugar oscuro hasta que abre una puerta que deja ver una terraza con una impresionante vista al mar, pero mis ojos se desvían hacia una de las personas con las que viene a reunirme.

La hermosa mujer se encuentra sentada con la vista perdida en la ciudad. Mis ojos la escanean, no ha cambiado mucho desde la última vez que la vi. su cabello negro se confunde con el vestido en el que se encuentra enfundada del mismo color, color que hace resaltar su tono de piel muy clara. Levanta la mirada y cuando sus ojos negros encuentran los míos sonríe.

- Creí que jamás volvería a verte – su seductora voz hace juego con el resto de su personalidad

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- Creí que jamás volvería a verte – su seductora voz hace juego con el resto de su personalidad.

- Vengo a cobrarte el favor que me debes – respondo sentándome junto a ella que me observan con sus profundos y siniestros ojos negros.

Song Jiwoo es una de las líderes más poderosas en la mafia china, hace dos años estuve infiltrado en su organización, así que en una ocasión le salvé la vida por lo que ella no solo me dejo ir, también me hizo saber que me debía un favor y que haría cualquier cosa que le pidiera.

- Debes estar desesperado si acudes a mí – comenta ella con sarcasmo.

- No desesperado, curioso e intrigado – respondo mientras me comparte de su trago. - Los Seytan – hablo a lo que ella enarca una ceja.

ANAM CARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora