08 - GOLPE

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Zarqa – Jordania

Escaneo el perímetro a través de la mira del rifle que tengo entre mis manos en este momento, me cercioro que no haya amenaza alguna alrededor de la mujer que camina como si nada por las calles de la ciudad en la que nos encontramos.

La observo después de casi un mes en el que nos dividimos viajando a diferentes lugares en busca de recolectar información relevante para la misión, pero es mucho lo que hemos descubierto, al parecer lo que buscamos es una aguja en un pajar, un extenso y peligro pajar.

- Avance hostil al flanco derecho – escucho la voz de Enzo dirigiendo mi atención al lugar que dice notando que un par de hombres caminan en línea recta hacia ella.

- Micrófonos abiertos – ordeno siguiéndolos hasta que noto como la comandante hace una señal casi imperceptible con una de sus manos – ¿Kozlov?

- Mantengas sus posiciones – ordena el teniente de los Spectrus, pero cuando estoy por refutar la voz de un hombre me detiene.

- Siniestro – observo a los hombres llegar a ella que se encuentra de vi y al escucharlos se vuelve.

- ¿Quiénes son? – pregunto sin apartar la mirada de la comandante.

- Los hermanos Kratos – responde Biser – Patroclo y Corban, traficantes en el mercado negro.

- Le dijo ¿siniestro? – pregunta Pía confundida - ¿Cómo el asesino? – me vuelvo hacia el ruso que se encuentra junto a mí en busca de respuesta, pero él ni se inmuta, en cambio habla callando a los demás.

- No es el momento – vuelvo mi atención a la comandante – si le pasa algo por que estas distraído, te parto el cuello – amenaza el ruso haciéndome fruncir el ceño, pero cuando estoy por responderle uno de los Kratos habla.

- Siempre es un placer verte - mi respiración se torna pesada cuando el imbécil se le acerca y ella le sonríe, pero antes de que pueda si quiera tocarla le pone un puñal en el cuello.

- Conoces mis reglas - el tono de voz que es siniestramente aterrador que me eriza la piel, pero esa sensación se esfuma cuando veo como el otro hombre le pone un arma en la sien haciendo que Circe sonría.

Tanteo el gatillo con mi dedo dispuesto a disparar, pero veo como ella se vuelve a ver a quien le apunta logrando con esa mirada que baje el arma.

- ¿Qué quieres? – pregunta el hombre en lo que ella baja el cuchillo. – no creo que esta reunión sea social.

- Información – responde ella guardando el cuchillo el cual me genera un poco de curiosidad – los Seytan...

- ¿Dónde escuchaste ese nombre? – se tensan bajando la voz.

- ¿entonces existen?

- Si valoras tu vida olvídate de ese nombre – habla el que antes le apuntaba.

- Digan el precio, sin importar lo que sea o cuanto sea, lo pagare

- Ninguna suma o lo que sea que nos ofrezcas, vale nuestras vidas... -

- ¿Que quieres de ellos?

- No es algo que a ti pueda importarte – les da la espalda dispuesta a alejarse en lo que yo suspiro ya que de nuevo no tenemos información relevante sobre los Seytan.

- No podemos decirte quienes son – la voz de uno de ellos la hace detener – pero si decirte donde hay información sobre ellos y el tratado.

ANAM CARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora