26- TREN

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ARTEM

Le doy una calada a mi cigarrillo desviando la mirada hacia el hombre que se encuentra en las sombras mirando por la ventana observando lo más valioso en nuestra vida a través de unos binoculares. Hace un tiempo no nos reuníamos en persona, pero debíamos ponernos al día en cuanto a la organización ya que él es quien está más cerca de ella.

En este momento nos encontramos en Roma ya que nuestra esposa se encuentra en una misión aquí.

- ¿a quién le diste? – pregunta sin apartar la mirada de su objetivo.

- Matteo Rizzo – respondo revisando en la Tablet el recorrido en tiempo real de un cargamento de armas para un ejército de rebeldes sirios – tengo serias razones para creer que nos está traicionando.

Asiente con la cabeza en lo que nuestros hombres de confianza ingresan a la oficina en la que nos encontramos informándonos que Makrov y Domenico están subiendo, asiento con la cabeza igual que Ennio que no aparta la mirada de la ventana.

- Secuéstrala – ordena haciéndome sonreír ya que parece que me leyera la mente por que es lo mismo que estaba pensando – quiero pasar tiempo con ella.

- Santino nos está ganando terreno – comento haciéndolo reír con sarcasmo.

- Santino Ruso, puede tenerla en este momento – habla en el mismo tono – pero es mi mujer...

- Nuestra – corrijo dejando el iPad de lado.

- Es cuestión de tiempo para que asuma su lugar a nuestro lado – sentencia a lo que yo asiento con la cabeza de nuevo por que es verdad.

Desvío la mirada hacia él notando como las sombras lo ocultan, cuando estoy por hablar la puerta se abre dejándonos ver a Mavrot y al padre de Ennio. El primero se detiene un instante al ver la silueta de Ennio de pie en la ventana, mientras que Domenico se sienta en uno de los sofás frente a mí.

- No esperaba verte aquí, hijo – habla observando a su hijo que lo ignora ya que el centro de su atención está en nuestra esposa.

- Es cierto, hace mucho tiempo no gozábamos de tu presencia, Ennio – habla Mavrot, aunque noto en su tono un toque de nerviosismo. - ¿Qué pasa? – se sienta junto a Domenico – ¿a que se debe esta reunión?

- Tus hijas – habla Ennio en el tono peligroso que pone de rodillas a los hombres bajo nuestro mando. – desacataron una orden directa que le dimos.

- ¿Qué sucede?

- Ennio y yo elegimos a nuestra esposa – hablo viéndolo a los ojos notando en estos la perplejidad que le causan mis palabras.

- Tus hijas se atrevieron a tocarla – el enojo en el tono de Ennio cada vez es más evidente.

- Por eso habrá consecuencias – hablo deslizando por la mesa la imagen del precio del atrevimiento de las Leviat.

- No pueden hacerlo – se pone de pie haciendo reír a Ennio.

- Durante años hemos permitido que Nyx y Azara creyeren que son las dueñas del poder – hablo haciéndole una señal a Mavrot para que se siente- recuerda el trato que nuestros padres hicieron...

- Esto podría desatar una guerra – desvía la mirada hacia Ennio que no ha apartado la mirada de la ventana antes de volverse hacia mí.

- No creo que tus hijas quieran enfrentar se a nosotros – comenta burlón y desafiante Ennio. – tienen más que perder que nosotros.

ANAM CARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora