31. RAVEN

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ATENAS, GRECIA

NYX

Cruzada de brazos observo la hermosa ciudad frente a mí a última hora de la tarde. Suspiro profundamente disfrutando de la sensación del viento contra mi rostro y el silencio a mi alrededor, aunque no esté sola. Me encuentro en mi lugar favorito de la ciudad, en el Partenón.

Puede que este sea un lugar turístico, pero mis hombres lo despejaron para mi ya que es un lugar que me brinda un poco de tranquilidad. Algo que no he tenido desde que volvimos de Groenlandia.

Las revelaciones de mi padre lo han cambiado todo, el poder que los Carnagers nos dieron es lo que nos ha mantenido a mi hermana y a mí en la cima de la mafia. Ahora, todo lo que Azara y yo hemos tenido se encuentra amenazado por esa hija de puta a quien parece que la tierra se hubiera tragado.

- Es una bonita vista – inquiere Artem despreocupado justo a mi lado.

- ¿Qué haces aquí? – pregunto sin apartar los ojos de la ciudad recodando las palabras de mi padre.

" todo en tu vida y la de Azara ha sido manipulado con un solo objetivo... proteger a Ravena"

- ¿sabías que iríamos a verlo? – pregunto volviéndome a verlo.

- Fui yo quien hizo que encontraras las coordenadas – responde sin más encogiéndose de hombros sin aparta la mirada de la ciudad.

- No puedes ocultarla siempre... – vuelvo la mirada al frente – cuando la encuentre, voy a matarla – lo escucho reír y entonces recuerdo algo.

- ¿no te lo dijo tu padre? – pregunta al tiempo que escucho el sonido de un encendedor – no hay forma en que puedas tocarla, en este momento nadie sabe dónde está, pero cuando regrese ella asumirá su lugar...

- No regresara con vida y si lo hace Azara y yo podemos anular el tratado – advierto recordando lo que dijo mi padre.

"la única forma en la que tanto Azara como tú no se vean afectadas con el regreso de Ravena es si una de las dos tiene un hijo..."

- Así que también te lo dijo – comenta divertido dándole una calada a su cigarrillo – es curioso, porque hasta donde se Azara se muere por ser madre, pero aún no ha sucedido. – el sarcasmo en su voz me hace volverme hacia él que me observa con superioridad.

- Hijo de puta – llevo mi mano al arma que tengo en la espalda mientras el ríe - ¿Qué hiciste?

- Ennio y yo hemos estado enamorados y obsesionados con ella desde la vimos por primera vez – sonríe tomándome del cuello al tiempo que escuchamos el sonido de armas a nuestro alrededor. – cuando la vimos por primera vez supimos que era una reina, pero de esas que necesitan ser salvada. No, ella es una reina oscura, sádica y siniestra, una que no necesita príncipes o caballeros como tú o hermana. mi esposa merece verdugos, guerreros que vivan y mueran por ella.

- Que poético – me burlo en su cara a lo que él niega con la cabeza.

- Respondiendo a tu pregunta – Ennio y yo jamás pondríamos en peligro el poder de nuestra esposa, así que hicimos que no pudieran anular las cláusulas del tratado – me tenso mientras una sonrisa siniestra aparece en su rostro – cuando Azara quedo en embarazo, hicimos que abortara y se le extirpo el útero – abro los ojos como plato – a ti te hicimos lo mismo, en cuanto a vuestros esposos les hicimos una vasectomía – reacciono dándole un cabezazo para que me suelte ya que siento que me falta el aire – Ennio se encargó de que eliminar a todo aquel que lo sabia y yo de mantener el secreto cuando ustedes se realizaban estudios.

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⏰ Última actualización: Mar 31 ⏰

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