ANAM CARA

17 - UNA HISTORIA

CIRCE

Tiro de los listones que sujetan el hermoso corsé en color negro que hace parte del mono corto en el que me encuentro enfundada. Me calzo los tacones del mismo color mientras me observo en el espejo el cual me devuelve la imagen de siniestro en todo su esplendor. El cabello negro de la peluca se encuentra peinado en delicadas hondas de sirena, el maquillaje resalta mis facciones modificándolas un poco incluyendo el color negro de las lentillas. Sonrio con arrogancia siendo consciente de que sin importar el papel que interprete mi presencia y belleza resalta sin el más mínimo esfuerzo.

Escucho que la puerta se abre mientras termino de retocarme el labial y al desviar la mirada en el espejo y al hacerlo siento como un latigazo me azota el pecho. Santino Russo enfundado en su uniforme táctico es impresionante, pero enfundado en un traje negro es suficiente para llevarme al abismo de la lujuria. Mi sexo se contrae al tiempo que se humedece.

- ¿Qué pasa? – hablo respirando profundamente saliendo de la nubla de lujuria deleitándome con la mirada que me lanza haciendo que mi ego se eleve por los cielos ya que me observa como si fuera algo fascinante e irreal.

- Chúpamela – habla mientras se acerca a mi sacándose el miembro completamente empalmado, me muerdo el labio inferior mientras la saliva se me aliviana al verla.

- Tenemos que irnos – hablo al tiempo que me toma de la parte trasera de mi cuello con fuerza lo que me hace reír.

- Ponte de rodillas – ordena y el tono de su voz me hace estremecer – mientras tragas podemos hablar.

Sin apartar la mirada de la suya empiezo a ponerme de rodillas pasando mis manos por su cuerpo hasta que sujeto su miembro pasándome la lengua por los labios antes de tomar en mis labios su glande jadeando al sentir su sabor.

- Te escucho – hablo antes de lamer su longitud.

- ¿Qué estamos buscando? – pregunta él mirándome a los ojos.

- Quiero saber de qué va el tratado levi... - no termino de hablar ya que cuando su polla entra de golpe en mi boca.

- Creo que fue mala idea – gruñe a lo que yo le rodeo con la lengua, me deleito viendo su mirada nublada.

Sus manos se apoderan de mi cabeza embistiéndome más fuerte y profundamente, mi sexo palpita mientras mi piel se eriza y agradezco que mi maquillaje sea aprueba de agua ya que un par de lágrimas ruedan por mis ojos.

- Maldita – gruñe echando mi cabeza hacia atrás bruscamente sacando su miembro – saca la lengua – lo hago de inmediato a lo que él pone la punta en esta mientras se masturba e instantes después siento como su semen se derrama sobre esta por lo que trago saboreándolo.

- ¿ya podemos irnos? – pregunto mientras lo limpio antes de ponerme en pie. Me dirijo al espejo donde reviso que todo esté en orden antes de volverme hacia él que ya se encuentra inmaculado.

- Tratado leviatán – murmura observándome a lo que yo entrecierro los ojos – podría estar relacionado con el apellido Leviat...

- ¿Dónde lo hemos escuchado? – pregunto

- Yo lo escuche mientras peleabas en el callejón – responde acercándose a mí - es una de las muchas cosas que está investigando nuestro equipo. – asiento con la cabeza.

- ¿Qué escuchaste?

- Un nombre – responde tomándome de la cintura pegándome a su cuerpo – Nyx Leviat – me besa hambriento, me aparto lentamente mirándolo a los ojos.