17.

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Era lunes otra vez y ya simplemente quería acabar el semestre, no he dejado de pensar en las palabras de Paula. Bruno me ha dicho que ella siempre es capaz de todo tan solo por cumplir sus objetivos, cuando ella quiera, las veces que quiera pero lo que soy yo Lucía Montemayor no estoy para ser el juguete de nadie, joder se me olvidó decir que Bruno conoció a mis padres el fin de semana, se cayeron muy bien, todo salió mejor de lo que pensé, siendo así mi fin de semana fue calmado.

Iba por los pasillos de la facultad cuando la vi, mi cuerpo no reaccionaba estaba paralizada, mientras ella estaba hermosa y más sonriendo sus hoyuelas me hacían suspirar, pero odiaba que fuera gracias a ese gilipolla.

Lu: ¿Qué intentáis Paula? - susurré -
Anto: ¡Joder! Y eso que se va a casar, mírenla - voltee a ver a mi colega, quien tenía una cara de diversión -
Lu: No le veo el chiste - volteé para ir a la cafetería y tropecé con la profesora Sonya - Perdón Profe
Son: - Se ríe - Sonya, sólo dime Sonya - Asentí - ¿Qué te parece un café de disculpas? - pregunta, me reí y asentí -
Lu: Vale, venga yo invito - hizo un gesto de niña pequeña y enredo su brazo al mío para entrar a la cafetería -

Estábamos en la cafetería y mi móvil vibraba pero no le presté atención, me reía muchísimo con Sonya, después de pagar los cafés fuimos a una mesa a sentarnos y hablar un rato cuando la vi en el umbral de la entrada de la cafetería, su mirada era oscura e intensa, sabía que esos ojos grises serían mi perdición. Sonya me saco de mis pensamientos, le había llegado una llamada y se levantó para atenderla mientras tanto me tomaba mi café, estaba tan sumergida en mis pensamientos que no la vi llegar, allí estaba con su atuendo perfecto, su rojo cabello amarrado y unos rebeldes cabellos en su cara, sin los lentes pero con los ojos grises más intensos, sin quitar esos labios carnosos con ese labial rojo que incitaba a pecar, estaba frente a mí y yo moría un poquito más lentamente.

Pau: ¿Eres novia de mi gemelo? - muy directa como siempre y suspiré - Responde - pidió en una súplica -
Lu: Nada oficial aún - respondí segura -
Pau: - La vi sonreír aliviada y me perdí en sus hoyuelos - eso, eso está bien, pienso yo - sonríe de lado -
Lu: Según tú ¿Por qué está bien?
Pau: - Sonreía de lado - Porque si estáis con mi gemelo, luego me odiara de enamorar a su novia - la miré con cara de pocos amigos y sonreía como una niña que daño sin querer el juguete de su hermano y sabe que la van a regañar -
Lu: Odio tu seguridad Paula - negó sonriendo -
Pau: Mentira lo admiras, Bruno me contó - mataré a Bruno -
Son: ¿Interrumpo? - empiezo a amar a Sonya, sonrío y niego, más Paula tiene cara de pocos amigos -
Lu: Para nada, venga, siéntate conmigo - digo sonriendo y Paula echa fuego por los ojos, está totalmente roja -
Pau: Las dejo, hasta luego Montemayor y Soto - nos despedimos y la vi irse súper cabreada, una parte de mi se sintió mal pero la otra se alegró, para que vea como me siento cuando la veo con ese gilipolla -
Son: Creo que me odia - dijo apenada y negué -
Lu: Ella es así siempre - sonreí de lado -
Son: ¿Siempre?
Lu: Sí, incluso en clase - Sonya asintió más tranquila -

Después de hablar y tomarnos los cafés cada una siguió su camino, yo debía ir a casa. Cuando llegué ella estaba apoyada en su Mercedes negro, y yo no entendía su visita, sin embargo, me acerqué y la invité a entrar, lo cual no lo pensó ni dos veces y feliz entró, le ofrecí algo de tomar y aceptó sólo agua.

Lu: ¿A qué debo tu visita Paula? - ella me miró y sonrió de lado -
Pau: Es muy bonita tu casa - comenta y asentí -
Lu: Gracias pero - la vi levantarse del sofá y acercarse a mí, el resto fue todo como en cámara lenta la tenía estampando sus labios contra los míos y sus manos en mis mejillas, nuestras bocas estaban sincronizadas, es como si nacieron para estar juntas -
Pau: Me gustas, ¡Hostia Lucía! - mi pecho subía y bajaba feroz, sentía que mis mejillas ardían - me gustas y no se como evitarlo, he hecho de todo y nada. Sueño contigo, odio que Bruno este contigo, que Sonya se acerqué a ti con esos ojos de no rompí ni un plato - yo estaba asimilando todo esto - Lucía dame una oportunidad de que conozcas a la verdadera Paula Valenzuela, por favor - malditos ojos grises -
Lu: Una sola Paula - sonríe feliz y yo solo me acerqué a ella para besarla - pero si la cagas, olvídate de mí engreída - se reía y volvió a besarme, simplemente no podía negarme a ella, creía en ella, en sus ojos grises y ese era mi gran error -

Pasamos la tarde en mi casa, almorzamos juntas, nos empezamos a conocer, me contó efectivamente que nació primero que Bruno pero para todos Bruno es el mayor, desde los 15 años quería ser periodista, jamás pensó en llegar tan lejos, nos reímos muchísimo, Paula es más que el título de periodista, es más que una influyente, es más que un apellido, me agrada esta Paula. Cuando llegó papá se fue y yo fui a mi cuarto, pensaba en todo lo que viví el día de hoy y sonreí como idiota, todo era ella. Estaba sumergida en mis pensamientos cuando mi móvil empezó a sonar, era una llamada.

Llamada
Lu: ¿Sí?
Pau: Una cita el sábado ¿Aceptas? - Sonreí-
Lu: ¿Sin Bruno? - se reía - Acepto
Pau: "Vale, paso por ti a las 5 de la tarde"
Lu: "Nos vemos entonces"
Pau: "Hasta el viernes Montemayor" - me reí -
Lu: "Hasta el viernes profesora Valenzuela" - colgamos -
Finalizada Llamada

Tengo miedo lo admito, las palabras de Bruno retumban en mi mente pero esos ojos grises fueron tan sinceros que siento que quiero darle un voto de confianza. Más tarde bajé a cenar, mamá estaría está noche en casa, hablamos, reímos y como a la medianoche subí a dormir, tenía un mensaje de Paula de "Feliz noche" le respondí y bloquee el móvil para dormir.

I BELIEVE IN YOUR LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora