Especial: Aprendiendo a sentir.

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Las nubes blancas decorar el cielo a primera hora de la mañana, acompañada de los tenues rayos del sol, que acariciaban por la rendija de la ventana el rostro durmiente de Enid.

Su cuerpo había cambiado mucho, ahora un poco más rellena, y dejando de lado su escuálido aspecto, ganando resistencia, mejorando su condición, con una dieta balanceada, tardes de pilates cuando lograba salir temprano de la oficina, y sus noches llenas de cardio, acompañada de cierta chica de tez morena y mente distante.

La molestia en su cara al sentir ese leve ardor la forzó a darse la vuelta en la cama, para percibir de frente un agradable olor a café, acompañado de queso derretido.

En la cocina, Merlina miraba un tutorial para preparar un sándwich, si, ese era su nivel de cocina.

Concentrada en su trabajo, no notó la presencia de la rubia detrás de ella, mirándola facinada y feliz, al contemplar el empeño que ponía Merlina en prepararle el desayuno.

— ¿Quieres ayuda? — La suave voz de Enid sacudió a la morena, quien casi deja caer la rebanada de jamón que tenía, y volviéndose para mirar a la chica reírse de su reacción.

— No, estoy bien — Merlina dejo de lado lo que traía en sus manos, volteando su cuerpo completamente hacia Enid, con una expresión nerviosa, algo tímida, cosa que sorprendió a la rubia.

Merlina se acercó, y ya delante de Enid, tomó aire, y levanto su mano hacia ella.

Enid miro, paso por paso, segundo por segundo, el cómo el rostro de Merlina se tornaba cada vez más rojo, para luego, solamente acariciar su cabeza.

— B-buenos días, Enid — Continuó acariciandola, despeinando más su cabello con mechones rebeldes creados por la tela de las sábanas.

Enid suspiro, ahora encantada, con la mirada de Merlina hacia ningún lado, evitando los ojos azules que rogaban por su atención, mientras escondía su vergüenza.

Enid tomo su mano, llevándola hacia su propia cintura, y acercándose para besar los labios de Merlina.

Fue un beso rápido, lo suficiente para producirles cosquillas y la ligera sensación de querer más.

Y era justo lo que logró.

— Buenos días para ti también, Merli.

Sintió el agarre en su cintura ajustarse más, y la otra mano de Merlina elevar su mentón para propinarle otro beso.

Lento, refrescante y cariñoso, que le saco una pequeña sonrisa, al sentir el empeño de la morena en mantenerla cerca.

— No me voy a ir a ningún lugar — Dijo entre risas, siendo besada de manera tierna por la morena en su mejilla y frente.

— Lo sé, pero no quiere decir que no pueda hacerlo.

Suspiró, devolviendo el beso — Está bien, tu ganas, puedes hacerlo cuanto quieras.

Continuaron besandose, mientras Enid acariciaba el cabello de la morena que caía en frente de su rostro, llevándolo detrás de su oreja, apoyándose para besarla más.

Pero un desagradable olor a quemado  interrumpió el olor de ambas danzar felizmente por el lugar.

Se quemaban los sandwiches.

— ¡Maldición! — Merlina dejo de lado a Enid, para apagar la llama de la cocina, mientras detrás de ella, una ronda de risas descontroladas llenaban el silencio de la mañana.

— JAJAJAJAJAJA — seco la lágrima que caía por su mejilla de tanto reír, para acercarse a la morena y abrazarla por detrás, tomando sus manos entre las de ella, con su mentón que apenas si llegaba a su hombro — Te enseñaré a preparar los mejores sandwiches, pero será un secreto entre tu y yo — Mordió su cuello, por encima de su camiseta, sin dejar marca, para luego con una risita, incitar a Merlina a reír a su lado.

Te enseñaré a sentir.

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Y yo aquí, tu sabes, regalando caramelos para que no me linchen más adelante :D

Solo puedo decir, que no me arrepentiré de nada.

Muajajajajajajaja

Bay bay 👋🤌🧐

Obsesión 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora