Obsesión 🖤 Wenclair

Eres mía.

La frente arrugada, su mal genio, no tan malo en realidad, y sus suspiros agotados, eran la expresión vívida de su humor.

Aunque sus emociones eran un desastre, igual debía admitir que era más de lo que esperaba.

Tras regresar del bosque, acompañada de la rubia, arrastrando a un oso perfectamente demacrado, sus padres no pudieron reprocharle la tardanza, en realidad estaban más que felices, no solo de verla traer a un animal de esa prominencia como primera presa, si no por también traer a la compañera que escogió, la cual desprendía su aroma y presumía su marca con orgullo por todo el lugar.

Volviendo a la situación actual.

Una Merlina estaba acostada en su habitación, rodeada de sus propias prendas, y aprisionada en una llave marcial por parte de la rubia, quien se negaba a dejarla ir.

— Enid, al menos yo debo ir a trabajar — Su tono cansado y un poco irritado se quejaban por ella, pero al escuchar eso, las piernas alrededor de su cuello la apretaron más, con un gruñido de la Gamma resonar, volvió a suspirar — Hiciste un nido con mi ropa para soportar la fiebre de la mordida, no me necesitas aquí.

— Siempre te necesito aquí — Respondió al instante, mordiendo la mano de la morena que estaba inmóvil cerca de su rostro.

Pasaron dos días desde su cumpleaños y la pequeña estaba exigiendo más atención de lo normal.

— No puedo seguir faltando al trabajo, Enid Sinclair — Su voz un poco más fuerte hizo temblar la confianza de la rubia, quien estuvo por soltarla, pero sacudió su cabeza y volvió a sujetarla.

— Lily no va a trabajar desde que marcó a Emilia, ¿Porque no haces lo mismo?.

— Emilia está en cinta, lo único que necesita es el aroma de su Alfa a su alrededor para que su cachorro crezca sano y fuerte.

— Yo también estoy en cinta.

De tanto suspirar, a Merlina se le escaparía la felicidad.

— No estás en cinta Enid, tu y yo sabemos lo difícil que es eso.

— ¡Quien sabe!¡Puede que tengas buena puntería! — Exclamó.

Merlina hizo un esfuerzo inhumano para no reír.

Un par de quejidos bajos y su agarre tornarse más suave y la Delta sabía que dijo algo que no debía.

— Escucha, está bien, no tienes que preocuparte por eso, pequeña, solo es más complicado que quedes embarazada, es complicado más no imposible.

La menor la miro algo triste, para luego esconder su rostro en la mano de Merlina, llenando sus mejillas y ocultando su vergüenza.

— De seguro estás feliz de que sea difícil quedar embarazada, puedes tener toda la diversión sin preocupación — Dijo, con su rostro bien escondido de los ojos de la morena.

— Eso no es cierto — Tomó aire, acariciando el cabello de Enid — No quiero tener tantos hijos como para formar un equipo de fútbol como Lily, pero al menos lo pensé.

Asomó su mirada entre los dedos de Merlina, con sus mejillas completamente sonrojadas.

— ¿Quieres tener cachorros conmigo? — Su voz más aguda, casi en un Susurro y sus ojos brillar con un encanto desconocido, y ahora la sonrojada era Merlina.

Trago fuerte, cubriendo la mitad inferior de su rostro con su mano libre.

— C-claro que....quiero — Susurró lo último, sintiendo su cara arder.

No eran una pareja llena de amor y paz como lo eran Lily y Emilia, pero se amaban con la misma locura.

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