Dos lobos una luna.

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En aquella mansión todos estaba atareados, con lo cerca que estaba el cumpleaños  número 25 de la hija mayor de los Addams, los preparativos debían de estar adelantados, apresurandose por los pasillos para no estar retrasados, y aunque la celebración era en 3 días, los arreglos ya habían iniciado.

Mientras que la casa familiar era un auténtico infierno, Merlina seguía intentando dominar su forma de lobo al lado de Lily en aquella cabaña abandonada, que ya no estaba tan abandonada.

— Vas mejorando — La peliblanca le facilitó una botella de agua a la agotada morena, quien vestía con prendas deportivas, sentada en los escalones en el frente de aquella cabaña.

— Si, solo me es complicado mantenerme mucho tiempo así — Merlina debía estar lista, al llegar la media noche, su familia se reuniría a las afueras de la mansión, en la parte trasera, para mirar por primera vez al lobo adulto entrar en la inmensidad del bosque, y esperar a que vuelva con su primera caza.

Mientras Lily se sentó a su lado, dedos correteaba pequeñas aves que bajaban a la superficie por gusanos para sus crías, cazando.

La peliblanca tomo aire, profundamente, con un creciente nerviosismo invadir su ser, mientras Merlina permanecía pasible, sin molestias.

— Mer — llamó la Alfa, apretando sus puños fuerte, y tragando seco — Tengo algo que decirte.

— ¿Aparte del hecho de que marcaste a Emilia?

— Aparte del hecho de que.... — La miró sin creerlo — ¿Cómo lo sabes?.

— Enid me lo dijo, me lo contó todo ayer, después de lloriquear que no hemos hecho lo mismo — dejo de lado la botella de agua, ahora prestando atención a la personalidad infantil que estaba por emerger en Lily — ¿Porque no me lo dijiste tu?

— No sabía cómo decirlo — Se excusó, la verdad es que no sabía cómo la gran Merlina Addams, exninfomana y amante del sexo sin compromisos (aunque lo de ninfómana paso a ser solo con Enid) podría tomar la noticia. Y claramente ahora, estaba dolida.

— Talvez un “Oye Merlina ¿Sabes que? Tuve sexo con una chica y terminé por marcarla porque soy una maldita desesperada que hacía mucho no sabía lo que era estar dentro de una vagina” ¿Cómo te suena?.

Lily le da un zape.

— Al menos marqué a la mujer que amo, no como “señorita me dan miedo las relaciones serias” — Se burló, ahora recibiendo una mirada de muerte de la morena.

— La voy a marcar — Susurro, pero aún así Lily lo escucho fuerte y claro.

— ¿Cuando? ¿Cuando cumplan 70 años? ¿Cuando tu pene deje de funcionar? ¿O cuando le duela el que no la aceptes como tú compañera y decida rendirse contigo? — Su risa divertida irritaba más a la pelinegra.

Y eso último la puso muy nerviosa.

— En 3 días.

— Ohhhh para tu cumpleaños, eso está bueno, será romántico.

Las mejillas de Merlina se pusieron rojas, evitando su mirada.

— Realmente no me gustaría que se arrepienta de que la marque yo.

— No creo que esa chica tenga a alguien más en mente.

— ¿Y si luego de marcarla las cosas cambian? ¿Si deja de sentir esa chipa de romance prohibido al saber que somos algo oficial? ¿Que tal si se aburre del sexo conmigo?

— ¿Que tal si cierras la boca? — Un codazo en sus costillas, y Lily decidió hablarle con más seriedad — Eso no va a pasar cabeza de nube lluviosa — Merlina se estremeció, recordando ese apodo — esa chica te ama, te lo dice todos los días con su aroma y pareces más ciega que el tío Murphy Addams.

Obsesión 🖤 Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora