CAPÍTULO 19: ENTRENAMIENTO

147 23 0
                                    

Después de terminar de comer, Iruka se despidió y se fue. Kakashi y yo nos quedamos solos en la mesa, y un silencio incómodo se instaló entre nosotros. Sabía que había algo en su mente, pero no sabía cómo abordarlo. Traté de pensar en algo para romper el hielo y comenzar una conversación.

- Naruto, necesito irme - dijo Kakashi de repente, interrumpiendo mis pensamientos.

Levanté la mirada, confundido. 

- ¿A dónde tienes que ir, Kakashi?

Demonios, desde cuando esta el Ambu aquí. Detesto esa parte donde los ambus entran y salen sin permiso de cualquier lugar, o peor aún es cuando interrumpen algo importante.

- El Hokage me ha llamado. Parece que hay algo importante que debo atender - respondió Kakashi.

- Está bien, ve - respondí, tratando de ocultar mi decepción. Sabía que tenía sus responsabilidades como ninja y que no siempre iba a estar conmigo.

Después de que Kakashi se fue, decidí ir al Bosque de la Muerte para entrenar. Había estado experimentando con la creación de muñecos de nieve utilizando mi energía natural y chakra. Al estar en la habitación del tiempo no podía recolectar mucha energía, por lo que intente crean muñecos más pequeños con movilidad propia.  

Al llegar empecé a recolectar energía natural y comencé a crear los muñecos. Lo más difícil de esto era hacer que se movieran, hacer que se movieran consumía mucho chakra y concentración. Al intentar hacer que se muevan uno de los muñecos empezó a liberar chispas haciendo que se prenda fuego a su alrededor y explote, la explosión fue pequeña, pero puedo deducir que fue por la poca cantidad de energía natural en ella

En ese momento se me ocurrió crear un muñeco que absorbe energía con tocar a otros seres  vivos y con hacerlo incendie todo el lugar sin dejar rastro alguno. Deshice los muñecos y empecé a hacer otro muñeco e imaginé llamas ardientes rodeándolo, capaces de quemar todo lo que tocasen, me costó varias horas poder terminarlo.

Me  aleje de el para poder observarlo. Espere por unos minutos hasta que vi como un conejo se acercaba al muñeco,  cuando lo tocó; el muñeco de nieve se transformó en llamas oscuras que devoraron al conejo. Era perfecto, pero inmediatamente deshice el muñeco, no quería un incendio ahora, además de que si en algún momento tengo que utilizar esta técnica seria solo en caso de emergencia o cuando tenga que destruir una aldea entera.

Quería asegurarme de que funcione por lo que volví a  crear otro muñeco, pero esta vez con hilos de chakra para deshacerlo fácilmente. Una vez listo, con los hilos de chakra hice que se moviera y lo puse cerca de una serpiente, mientras yo me ocultaba, incluso cuando envolvió a la serpiente no llegó a devorarlo como lo hizo con el conejo. En ese instante, un ciervo paso por ahí, pero para mi sorpresa esta vez si devoró al ciervo. Al observar esto llegue a la conclusión de que sólo devoraba con sus llamas a todos los seres con sangre caliente.  

Cuando terminé mi entrenamiento, volví a casa para ducharme, el entrenamiento había sido agotador. 

Al salir, me encontré con Kakashi, quien estaba recostado en mi cama. A veces se aparecía sin que lo llamase. Me acerqué con curiosidad, tratando de saber lo que queria ahora.

-  En que tanto piensas Kakashi - Dije mientras me sentaba en el borde de la cama.

Kakashi se incorporó y me miró. 

- En ti - Sentí como mis mejillas empezaban a calentarse

- No digas tontearías. 

- Te ves lindo cuando te sonrojas

- Ya deja de hacer eso - Kakashi se acercó y empezó a acariciarme la mejilla - Por cierto, ¿para que te llamo el Hokage?

- Me llamo para informarme que dentro de un mes serán los exámenes chunin, Naruto.

Asentí, recordando lo que me había dicho anteriormente. 

- Entiendo. - "Lo que significa que también se acerca el momento en que Orochimaru atacará, y luego... el final del mandato del Tercer Hokage. Tengo que estar preparado para evitar la muerte de Hiruzen", pensé para mí mismo.

.

Durante los siguientes días, mi rutina se centró en entrenar y fortalecerme. Salía al amanecer para correr y ejercitar mi cuerpo, y luego pasaba horas practicando mis habilidades de combate. A medida que el tiempo pasaba, me daba cuenta de que mi chakra era una combinación de calor y frío, y no necesariamente cuando lo juntaba con la energía natural. Necesitaba encontrar la armonía entre ambos para controlarlo por completo, en especial para realizar el muñeco de nieve al tamaño de un susano promedio.

Me uní al equipo médico y por las tardes realizaba misiones ANBU, lo que significaba que yo y Kakashi nos veíamos menos a menudo. A medida que nuestras responsabilidades aumentaban, la frecuencia con la que veía a Kakashi disminuía. Sin embargo, eso no impedía que encontráramos tiempo para estar juntos. 

A menudo, Kakashi se quedaba en mi casa o yo en la suya. Compartíamos comidas, hablábamos y, a veces, simplemente nos quedábamos acostados, disfrutando de la compañía del otro y compartiendo uno que otro beso.

YO NO SOY NARUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora