Capítulo 10

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Max

¿Silverstone y Hungaroring? Tachados de la lista y con victorias que ayudan a mantenerme en el liderato. Y ahora estaba tirando en una cama feliz de que tendría días libres antes de pisar lo que sería mi segunda carrera local, Bélgica.

—¿Seguro no te molesta que esté aquí? Siempre puedo ir a mi casa —hablo en voz alta.

—Nah, quédate tranquilo —me contesta Charles desde el baño, haciéndome sonreír.

Casi un mes pasó desde que oficializamos con nuestros compañeros y realmente fue mejor de lo esperado. Nuestra dinámica con Charles no cambió y eso es lo que disfruto de nuestra relación. Seguimos siendo los mismos de antes pero sumamos el besarnos y más cosas a la ecuación.

Escucho el agua de la ducha comenzar a correr en el baño y tomo la sabía decisión de sacarme mi ropa para acompañarlo .

—¿Qué haces? Pensé que dijiste que ibas a descansar un poco primero —dice haciéndome espacio, pero yo me pego a su cuerpo.

—Los planes cambian, ¿no te parece?

Dicho eso, lo beso mientras apoyo su espalda a su pared sin esperar a que intercambiemos luego de que nos girara. Antes de que siquiera me de cuenta, se arrodilla frente mío y me lleva a su boca chupando mi miembro con una fuerza que me hace llevar mis dedos a su pelo.

Si, esta era una de las cosas que se sumó a nuestra dinámica.

***

Me saco los auriculares luego de dar por finalizado el stream con mi equipo. Pronto tendría que empacar para poder salir a Bélgica, mi segunda casa. Lo bueno de ese detalle es que no tendría que ir a un hotel a dormir porque mi madre tiene su casa donde me voy a quedar con ella y Victoria. Lo malo es que tendría que hablar con Charles sobre decirles a ellas sobre lo nuestro.

Jimmy se acerca maullando a buscarme y lo alzó en mis brazos para poder acariciarlo. En el pasado Sassy lo acompañaría, pero la traidora me dejó por el visitante en mi casa.

—Todo bien Charles, pero no puedes venir aquí y apropiarte de mi gata -como sospechaba, lo encontré con ella en mi sofá mirando una película.

—Y tú —señalo a un desprevenido Lando que llegaba con bolsas de snacks en lo brazos y mientras yo bajo a Jimmy de los míos —, no deberías estar comiendo esas cosas cuando estamos a días de una carrera.

—¿Eh? —me acerco y le saco los paquetes para llevarlos nuevamente a la cocina.

Los tres veníamos planeando ir a Bélgica juntos en un vuelo que saldría mañana, por lo que vinieron a mi casa a dormir. Normalmente no tendría problema pero el no saber qué hacer con mi madre me ponía nervioso.

—Lo siento papá, no lo volveré a hacer —lo miro serio y él me ignora alzando a mi gato -. Papá está malhumorado, ¿no es así?

—¿Sucede algo Max? —pregunta Charles desde el sofá mirándome con preocupación.

—No, nada. Perdón chicos, solo estoy un poco ansioso —los dos se miran entre ellos por unos segundos y luego vuelven a mirarme a mí.

—Iré a comprar algunas golosinas -avisó Lando —. Ya que eres el papá aburrido y no me dejas comer chatarra, al menos quiero unos caramelos -salió rápido de la habitación

—Deja de llamarme papá —le grito.

Suspiro y me siento en el sofá junto a Charles, que apoya su cabeza en mi hombro. Busco su mano con la mía y quedamos allí en silencio por unos minutos hasta que habla.

Que Sea Un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora