Capítulo 22

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Max


Suzuka es un circuito muy especial para mí. Aquí me subí por primera vez a un Formula 1, tuve grandes victorias, fui campeón el año pasado y la afición siempre sorprende de forma grata, supongo que es por nuestro lazo con Honda. Y, desde que llegué el lunes por la noche, no paramos de trabajar con ellos y el equipo en general. Lo que no ayudó a que mantenga gran comunicación con Charles, con quien hablo ocasionalmente. Pero ambos estamos tan ocupados que se nos dificulta mantener conversaciones largas y constantes. Y ya lo extraño.

Aún así, no dejó que mis pensamientos me distraigan. Esa era parte del trato a la hora de iniciar lo nuestro, que no interfiera en nuestras carreras. Lo que es difícil cuando la relación que tenemos es por demás polémica gracias a las imágenes nuestras que siguen saliendo a la luz gracias a ese perfil y los fanáticos que no están de acuerdo con nosotros.

Tan solo me gustaría saber quien es el que sigue filtrando fotos nuestras previas a la revelación.

***

―Excelente clasificación ―viene Charles a saludarme un poco cabizbajo.

—Gracias —le doy un rápido abrazo y busco sus ojos —. ¿Qué sucede? ¿Es por tu clasificación?

—Hablemos luego. Si alguien nos escucha o ve hablando de eso, será un escándalo —dice tapándose la boca con su mano. Y entiendo lo que dice, el que lo escuchen quejarse del quinto lugar haría que vuelvan los rumores y no estamos para eso. 

—Bien —le sonrío y engancho suavemente mis dedos con los suyos hasta que me llaman —. Vayamos a comer después. 

Y sin esperar respuesta, me giré y fui donde Fernando y Lando esperaban. 

***

—¿Te encuentras bien? —pregunto.

Mis ojos miran al techo mientras mi dedos distraídos se enredan en el cabello de Charles, quien reposa su cabeza en mi pecho desnudo.

La carrera fue hoy y la gané. Si todo sale bien, y todo apunta a que si, ganaremos el campeonato de constructores en Qatar y yo saldré campeón en Austin. Ya teníamos todo asegurado. En cambio Charles…

—La carrera de hoy fue un desastre para mí —confiesa y se acomoda, llamando mi atención y haciendo que nos miremos —. Tuve mis errores, lo admito. Pero el equipo tuvo pésimas estrategias. Y esa parada en boxes… —suspira —. Dios, no entiendo qué sucedió en ese momento. Vi la repetición y simplemente se equivocaron. Y aquí estoy, sin puntos el día de hoy. 

Vuelvo a dirigir mis ojos al techo. Aquí es donde, profesionalmente, Charles y yo somos muy distintos. 

—¿Y les dijiste esto al equipo?

—¡Sí!

—¿De qué forma? Porque el tono importa. 

—¿Qué quieres decir?

Me giro hasta que me pongo de costado y haciendo que la sábana que cubre nuestros cuerpos desnudos se baje un poco.

—¿Por qué crees que vivo puntualizando cada cosa que siento que debe mejorar? ¿Por qué peleo siempre con Giampiero? —niega —. Porque pido solo una cosa al equipo y es un auto campeón. Confío en mis habilidades como piloto, pero sé muy bien que sin un auto ni el apoyo necesario del equipo no habría podido pelear campeonatos y ganarlos.

—¿Dices que me rebele?

—Digo que saques al Max Verstappen en tu interior —sonrío —. Sé de lo que eres capaz y cuando talentoso eres, sé que eres material de campeón y que puedes hacerme molestar en pista  —acaricio su mejilla —. Mereces todo el apoyo posible. 

Que Sea Un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora