Capitulo 21

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Charles

Otra vez el himno de Países Bajos sonando al final de la carrera. A esta altura del año ya me lo sé de memoria junto al austriaco. Me gustaría decir que estoy molesto, pero sé todo lo que Max luchó para estar donde está y se lo merece. Aunque yo también necesito y quiero ganar. Teníamos un ritmo excelente, pero ni Verstappen ni Red Bull se equivocaron para variar. Nosotros, en cambio, podemos debatirnos sobre a quién le echarán la culpa los internautas. Alerta de spoiler, a mí.

Cuando las notas dejan de sonar, aplaudo y acomodo mi visera en mi cabeza, listo para lo que es una lluvia de champagne luego de la entrega de los trofeos. Por algún motivo que no me debería sorprender, Max y Carlos, quien pasó de salir quinto a llegar segundo, vienen en mi contra y yo me defiendo entre risas. Pasamos para la foto y salimos listos para responder preguntas.

Ojalá pudiera decir que no estoy molesto por el segundo lugar.

***

Gracias a que la regla de no recibir visitas de Max finalizó con la carrera, Carlos me dejó solo en la habitación despidiéndose con un "ya me lo agradecerás". Max dijo que pasaría, pero no creía que haría algo. No aquí. Solo que cuando sonó un golpe en la puerta y abro, ni siquiera me saluda.

Al entrar, Max sujetó mi rostro con un dejó de desesperación que pude saborear y correspondí, ya que me sentía igual. Sus labios trabajaron en los míos sin descanso y su lengua chocó con la mía en todo momento. Cerré la puerta antes de que alguien nos vea o escuche como comenzábamos a gemir, pero él parecía tener otros planes ya que nos giró con brusquedad, estampándome en la gruesa madera y acorralándome allí.

-Max -gemí con fuerza cuando se separó para besar mi cuello y buscando un salvavidas en su cabello, al que me aferré con fuerza, cosa que aparentemente le gustó.

-Te extrañé estos días -suspiró en mis labios antes de volver a besarme, pero no se quedó allí. Sin soltarme, me arrastró hasta una mesa cercana para apoyarme allí.

Mientras mis dedos seguían en sus cabellos sujetos con fuerza, los suyos acariciaban mi abdomen jugando con el borde de mi camiseta como si estuviera tanteando el terreno, rozando mi piel con ellos, hasta que finalmente se separó para sacarme la ropa. Río por su torpeza debido a la prisa, deteniéndome cuando regresa a mí. No tengo idea de cuánto tiempo pasamos allí solo besándonos y acariciándonos, pero podría hacerlo toda la noche que sería feliz. Por supuesto Max no piensa igual, ya que comenzó a desabrochar mi cinturón para luego arrodillarse.

-Si que me extrañaste -bromeo entre gemidos cuando me saca de mi ropa interior.

-¿Recién te diste cuenta? -lo veo lamer a lo largo de mi miembro, tentándome.

-Max, por favor.

Y haciendo caso a mi súplica, me mete dentro de su boca chupando con fuerza. El gruñido que emití fue más fuerte de lo que pensé, ya que provocó una risa que sentí vibrar por mi pene sacándome más sonidos. Poco a poco me llevaba cada vez más profundo, ahogándose por momentos pero soportando y haciéndome sentir tan bien que mis manos regresaron a su cabello y mi cabeza se inclinó hacia atrás. Sin darme cuenta, empecé a guiar el ritmo, siendo más rápido y exigente pero sin recibir quejas.

-Sigue así, se siente tan bien -gimo moviendo mis caderas entrando más profundo, llegando a su garganta.

La intensidad fue tal que ya me sentía cerca del éxtasis, incrementando mi ritmo hasta que me liberé en su boca con un gruñido cuyo volumen no me molestó. Sentí que mis piernas se alojaban mientras Max se separaba de mí, limpiándose la boca mientras sonreía orgulloso.

-¿Quieres que te siga demostrando cuánto te extrañé? -preguntó mientras se sacaba su polo, parándose para ponerse a mi altura.

-Ven aquí.

-Súbete a la mesa - me ordena y obedezco, ganándome un intenso beso mientras me acomodaba y yo bajaba su pantalón lo suficiente para liberarlo de su ropa interior.

-Espera -lo separo y me mira preocupado -. En mi maleta hay una botella de lubricante.

-Viniste más preparado que yo.

-Es que no te veré hasta el miércoles en Japón -lo veo sonreír.

-Te amo tanto -me da un suave beso en mis labios -. Ya vengo.

Lo veo caminar donde le señalé y volver triunfal una vez que lo encuentra. Luego de prepararse, me penetró con una suavidad ausente hace unos minutos. Los movimientos de su cadera mantuvieron el ritmo lento mientras acercaba su frente a la mía, rozando nuestras narices.

Nuestros ojos no se despegaron en ningún momento. Definitivamente estábamos exponiendo nuestros sentimientos de una forma que nunca lo hicimos, ni siquiera cada vez que nos decíamos "te amo".

Y dios, quería mucho más de esto.

***

-¿Te quedarás aquí hoy? -le pregunto enjuagando mi cabello. Besos nos metimos a ducharnos luego de la ronda de sexo.

-¿Te molesta?

-No, esperaba que digas que sí. Sólo que no trajiste tus cosas.

-Vine con un plan y mi maleta iba a molestar, así que la dejé en el hotel. Checo me la llevará mañana al aeropuerto, ya lo hablé con él.

Terminamos de bañarnos y salimos para comer algo y mirar algunas películas mientras descansamos en la cama y abrazados. Frustrado por la carrera de hoy, decidí romper una de las reglas que habíamos puesto.

-La carrera de hoy fue muy difícil, realmente me siento agotado.

Al principio sentí sus músculos tensarse, lo que me preocupó. Hasta que finalmente se relajó y habló.

-Pensé que Carlos me iba a alcanzar -confiesa -. Realmente fue difícil manejar el RB19 no estaba en su mejor punto y por momentos sentí que perdía el control. Y el calor...

-Eso es lo peor -río -. Juro que la lluvia de champagne fue tan relajante.

-Sí, no voy a negar que fui feliz porque sentía que me refrescaba -el silencio nos invadió, por lo que creí que la conversación estaba terminada, pero continuó -. Oye, ¿estás bien con esto de que Carlos te supere?

-Honestamente no. Quiero ganarle y también a ti. Es molesto y cansador que me culpen por los problemas del equipo o me rebajen por compararme con él. Estoy realmente agotado de los comentarios de la gente.

-¿Hablaste de esto con el equipo?

-No, Carlos también luchó por ese lugar y se lo merece. Y no creo que a Ferrari le guste la idea de revelarme.

-No te estarías revelando, estarías pensando en tu futuro y eso no debería ser algo malo -suspira -. Sé todo lo que dijeron de mí, pero aquí estoy. La gente no entiende los sacrificios que uno hace para triunfar.

-Ojalá pudiera ser más como tú en ese sentido.

-Te puedo dar una o dos clases -me abraza más fuerte.

-Debería aceptarlo -respondo la muestra de cariño y seguimos viendo la película.

Parecía interesante y estaba feliz de que al fin hablemos de trabajo para sacarnos un peso de encima, pero el sueño me estaba dominando y mis ojos se cerraron poco a poco hasta que finalmente me dormí.

Que Sea Un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora