Capítulo 12

1.8K 135 12
                                    

Max

Luego de buscar mi auto en el circuito e ir al hotel donde se estaba quedando para poder cambiarnos lo más rápido posible, llegamos a la fiesta un poco más tarde que los demás y nos recibieron unos meseros preguntándonos si queríamos algo para tomar mientras nos guiaban y, sin dudar, me pedí una cerveza. El alcohol puede ser necesario cuando lo único medianamente memorable es la victoria de mi carrera de hoy.

Bueno, mi victoria y Charles.

Lo de hoy fue un pequeño avance para mí respecto, pero no uno lo suficientemente grande. Las palabras que mi mamá sobre mi relación siguen sonando en mis oídos. Y se que Charles sabe que algo está sucediendo, pero por el momento no quiero hablar de eso.

Nos acercamos a saludar a nuestros compañeros, quienes se hallaban sentados alrededor de una gran mesa. Con la mayoría no nos veríamos hasta dentro de un mes y esta cena previa a la fiesta era una buena forma de despedirnos temporalmente. Es difícil no extrañar a estos tipos cuando pasamos varias semanas casi que conviviendo juntos. De hecho podemos ser más unidos de lo que aparentamos, pero el público sigue creyendo que no. Si supieran...

***

Para cuando terminamos la cena, algunos se van a descansar mientras la mitad nos quedamos para la fiesta. Algunas horas aquí y todos estamos borrachos, en mayor o menor medida, punto de que hablamos de cualquier cosa.

—Entonces, ¿quién va a formar parte del grupo de las WAG? —preguntó una muy sobria Carmen sentada en las piernas de George, quien se rio en su hombro.

—Él —respondemos Charles y yo al mismo tiempo. Miro su rostro sonrojado por el alcohol y río al notar su indignación.

—Soy mayor que tú, no seré la WAG —sostiene.

—¿Quién es el campeón del mundo de los dos? —ataco.

—Basta, basta. No peleen —intercede Lily, la novia de Alex —. Se pueden turnar y todos felices —me apunta seria —. Y yo también soy una campeona y soy una WAG.

Levanto mis manos en rendición.

—Mi error, lo lamento.

Las risas estallaron seguidas por brindis, promesas de incluirnos en grupos de Whatsapp de las WAG, algo que George y Alex nos advirtieron que sería peligroso. La fiesta como tal fue perfecta y una digna despedida a mis compañeros, concluyendo en Carlos usando agua en reemplazo de champagne para mojarme. Y sí, estábamos todos lo suficientemente ebrios como para que nos terminen llevando en autos hasta donde cada uno se quedaba una vez se terminó la celebración, pero lo suficientemente conscientes como para siquiera rozar nuestras manos en el camino al hotel.

Pese a que luego de atravesar la recepción no nos cruzamos con algún otro trabajador o inquilino, no quería arriesgarnos. Mientras Charles abría la puerta y entraba, mi mente trajo a mí las palabras que mi madre me dijo. Sentía que mi noche se oscurecía más de lo normal y el peso de mi pecho regresaba. Mierda, comencé a ver borroso debido a que sentía las lágrimas acumularse en mis ojos.

—¿Max? —me llamó cuando volteó a verme —. ¿Qué sucede Max?

—Solo estoy cansado, no te preocupes —digo mientras me saco el abrigo que llevaba conmigo.

—¿Vas a seguir con eso? Max, hoy tuviste un día muy duro y luego de hablar con tu madre, estuviste decaído toda la noche —se acerca a mí colocando una de sus manos en mi hombro —. No sé qué te dijo cuando salí esos minutos o qué sucedió, pero quiero que sepas que si necesitas hablarlo estaré aquí para escucharte y acompañarte.

Que Sea Un SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora