CAPÍTULO 21.

156 17 41
                                    


| La superheroína |

ZAYRA

Tardé cuatro días en hablar con Marjorie y Robert. No sabía muy bien cómo explicarles que me iría de casa a vivir con el que supuestamente era el compañero de trabajo al cual detestaba. Pero sorprendentemente lo entendieron.

—¿Con... Adler? —preguntó sorprendido Robert.

—¿No os llevabais mal? —añadió Marjorie.

Lo más difícil fue explicárselo a Hope.

—Hola, Ratón. ¿Estás jugando? —Entré en la habitación. Encontré a Hope encima de la cama, boca abajo con el libro abierto de par en par mientras meneaba sus pies.

—La señorita Taylor nos ha enseñado un cuento nuevo. ¡Mira! —levantó el libro con entusiasmo —Es una superheroína que salva a su mundo con sus ¡suuuuperrrrrr poderes! — enfatizó.

—Ven aquí, canija, tengo que contarte un super secreto —me senté a su lado en la cama y la senté en mis piernas. Era mucho más difícil de lo que había imaginado. Porque Hope tenía los ojos de papá, y mirarlos era como verlo a él. Solo que siendo mucho más tierno y adorable. —Tu sabes que tu hermana es mayor, ¿no? —Empecé. Hope asintió en silencio moviendo toda su cabeza.

—Y sabes que la tata no podrá vivir contigo siempre, ¿verdad? —Sus ojitos se aguaron, y volvió a asentir. —Pero también sabes que nunca me voy a alejar de ti, ¿verdad, Ratón? —Le hice cosquillas en la tripa y sus dulces carcajadas me dieron años de vida.

—¿Te vas a ir, Zay? —preguntó entristecida.

—Si, Hope. Me voy a ir, pero voy a seguir contigo. Nunca me voy a ir de verdad. ¿Lo entiendes? —Necesitaba que entendiera que jamás la abandonaría. —Podrás venir a conocer a Betty.

—¿Quién es Betty? —Su mirada se iluminó.

—Una gatita super bonita y cariñosa. Estoy segura que seréis grandes amigas —aquello dibujó una sonrisa en el rostro de mi hermana. —Ahora tendrás la habitación entera para ti, podrás llenarla de libros y juguetes. Serás como una princesa.

—¡Como una superheroína! —Gritó, saltando de mis piernas al suelo, corriendo por la habitación con los brazos formando una capa a su espalda.

Miré a mi hermana con las lagrimas acumulándose en las pestañas. Parpadeé para deshacerme de ella y me frote los ojos con la manga del jersey. No quería dejar a Hope, pero era lo mejor para ella. Tenía a Marjorie y Robert. Nugget también le haría compañía. Debía aprender a ser mejor hermana para poder cuidar de ella. Así que cogí fuerzas y salí de la habitación. Era el momento de empezar a poner en orden mi vida. O por lo menos intentarlo. 


Ava vino a casa para ayudarme a hacer las maletas. No tenía gran cosa, ropa y algún que otro producto de maquillaje, neceser de baño y algunas joyas. Fueron un par de horas lo que tardamos en vaciar mi armario. Aquella tarde tenía que trabajar en el turno de tarde así que me despedí de mi amiga y caminé hasta la cafetería como todos los días. Con los auriculares puestos y aprovechando el camino para fumar. Pensé en que a partir de ese momento, ese camino ya no lo haría sola. Solo esperaba que Adler no fuera muy hablador por las mañanas. 

Abrí la puerta del local y en ese instante los ojos del rubio me localizaron en la entrada. Habían pasado cuatro días desde la noche que dormimos juntos y todavía no me acostumbraba a tenerlo delante. No sé si convivir con él sería realmente buena idea o una misión suicida. 

Quiéreme en silencio y dime lo que calla tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora