III

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Marcus Walker

-Carajos- gemí del dolor de cabeza que tenía

Tome mi cobija y tape todo mi cuerpo tratando de evitar la luz del sol

Con mis manos busque mi almohada que siempre abrazo para dormir, pero en su lugar me encontré con un cuerpo

No quería abrir mis ojos.

No sabía quién era.

-Sin tocar mucho- aun así, ella no alejo mis brazos

-¿Qué hago aquí?- me aleje

Mire mi cuerpo y aún seguía vestido

-Bueno alguien se emborracho con una depresión gigantesca. No sé dónde vives y no te podía llevar con tus padres- se levantó de la cama

-Te traje aquí y te tiré en la sala, pero en la noche te metiste en mi cama- resumió todo

-Bueno gracias- me senté en su cama

-En el baño de invitados tienes un cepillo de diente para que te quites ese olor a ogro- asentí para salir de su habitación

No sabía dónde estaba todo, pero fui abriendo puerta hasta que di con el baño.

Ella no había cambiado en nada, desde pequeña fue igual conmigo.

Me lavé los diente, la cara y luego hice mis necesidades.

Fui hasta su cocina, moría de hambre.

-¿No se supones que pidas permiso?- apareció bañada y con una vestimenta que la hacía ver hermosa

-No moriré de hambre- inicie a hacer unos huevos estrellados con unas tostadas para los dos

-Al menos sabes cocinar, así cuando nos casemos nos turnamos-

-Tenemos que hablar de eso, pero no siempre cocinó - ella asintió mientras iba a no sé donde

Volvió con un papel.

-Reglas- anuncio

-¿Cuál es la primera?- serví nuestro desayuno en cada plato

-Primero que antes de la boda debemos actuar como pareja para que no sea raro- asentí

-Segundo, no podemos salir con terceras personas, si nos enamoramos de alguien antes de la boda todo se cancela- ella asintió

-Tercero, no sexo- me reí

-Dudo que aguantes-

-Tercero, solo tendremos sexo con consentimiento del otro- asentí feliz

-Podría hacértelo todo el día- susurré queriendo que ella me escuchara

-Dudo que tengas estamina-

-Llevo años en entrenamiento- le sonreí

-Cuarto, cada fiesta que tengamos iremos juntos- asentí

Ella siguió añadiendo reglas hasta que firmamos los dos.

-Bueno iré a trabajar- me le quede mirando

-¿No piensas irte?- negué

-Tenemos que quedar si viviremos en mi apartamento o en el tuyo-

-Lo podemos determinar otro día- asentí

Limpie los platos para salir con ella.

-Ahora sí que tengas un buen día- la tome de su cintura y la besé

-Oye- se quejó

-Tenemos que empezar con los cariños para que sea una mentira creíble- le sonreí

-Debería ir a ducharte hueles a alcohol- se quejó separándose

Relación "Arreglada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora