XXXVI

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Marcus Walker

La cena había sido lo más estresante de mi vida.

Sentía como tenía mis manos sudadas.

-¿Pasa algo?- negué

Había planeado esto en poco tiempo y como había hecho todo era una locura.

Toque mi bolsillo para confirmar que tenía el anillo que le había regalado hace un tiempo.

El mesero se iba acercando, haciendo muecas.

-¿Listo para el postre?- asentí sin esperar nada

-Amor creo que mejor pasamos- ella tomo mi mano

-Quiero postre- hice un puchero

Ella sonrió para asentir.

Sabía que no se negaría.

-¿Ya puedo leerla?- negué de nuevo

-No bebé- acerque su mano a mis labios

-Bueno ahora que lo pienso si puedes leerla-

En la carta le había escrito todo lo que sentía por ella.

Ella la tomo y empezó a leerla.

Podía ver como sus ojos se iban llenado de lagrimas

-¿Por qué?- levanto su mirada un segundo para seguir leyendo

La carta era larga.

El mesero llego con el postre que había ordenado mientras un mariachi se acercaba a nosotros.

-Amor- ella levanto su mirada y la primera nota de los mariachis se escuchó.

Me puse de pie para ofrecer mi mano e iniciar a bailar.

-¿Por qué?- un sollozo hizo que la mirara

-Porque eres la mujer de mi sueño y te amo con locura- ella me miro sorprendida

-¿Qué tú que?-

-Que te amo- respire para separarme de ella

-Verónica- me arrodillé frente a ella

-Se que te había dado este anillo anterior mente y te dije que era de mentira, pero aquí frente a todos quiero que esto sea algo real- pause sacando el anillo de mi bolsillo

-¿Quieres ser mi esposa?- mis manos temblaban mientras sudaba sin parar

-Acepto ser tu esposa, tu novia, tu amante y todo título que me quieras dar- ella beso mis labios

Sonreí para ponerle su anillo aun temblando.

-Te amo- la mire cuando esas dos palabras salieron de sus labios

-Te amo- la tome de sus mejillas para besarla

Amaba poder estar emocionalmente conectado con ella.

Nos volvimos a sentar en la mesa para comer nuestro postre.

-¿Por eso querías el postre?- asentí

-No podía dejar que destruyeras mi sorpresa- sonreí

-Jamás pensé que estaría casada con el amor de mi vida- ella sonrió

-¿Soy el amor de tu vida?- ella asintió con una sonrisa

Mientras ella comía del postre pague la cuenta para continuar con nuestro día.

-Ahora caminaremos un poco por la cuidad- ella asintió para tomar mi mano

En la otra tenía su ramo.

Relación "Arreglada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora