XI

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Verónica Spencer

Cuando salió de la habitación me tire en la cama mientras pateaba al aire.

-En una semana seremos maridos y mujer- susurré

No ocultare mi emoción, pero no se lo dejaría notar a él

¿Por qué el documento de capitulaciones?

Bueno no quiero más sorpresa con nuestros negocios.

Si nos divorciamos al año no quiero perder mi repostería.

Guarde los papeles juntos a nuestro contrato.

-Contrato que hemos quebrado en menos de un día- susurre para mí

Claramente el documento de capitulaciones se lo tenía que entregar al juez que nos casara.

Me quite la toalla de mi cabeza y desenrede mi cabello.

-¿Cuándo comeremos?- me reí cuando apareció de nuevo

-Voy- deje el cepillo de lado para ir con el hasta la cocina

-¿Qué cocinaste?-

-Comida- lo mire mal

-Dios, respondes igual que mi madre-

-Es que es una pregunta estúpida- lo empuje suavemente

-Le pregunté a tu madre que es lo que más te gusta, pero ella misma no sabe- me quejé

-Creo que no tengo comida favorita- sonrió muy tierno

-Por ese motivo hice unos camarones en salsa de ajo con unos vegetales de acompañante- el asintió

-No soy fan de vegetales- hizo una mueca

-Aprenderás a comerlos, es parte de una dieta saludable- asintió no tan feliz

Él me ayudo a servir todo en nuestros platos para comer.

-¿Qué tal el trabajo?- inicie una conversación para no comer en silencio

-Un poco más de lo mismo, pero estar rodeado de animales es mi terapia. ¿Qué tal tu trabajo?-

-Pase todo el día arreglando unas recetas para la repostería- sonreí

-¿Te gusta tu trabajo?- asentí

-Es como si hiciera arte con mis postres-

-Tú eres un arte por sí solo- tosí por su comentario

-¿Cómo?-

-¿Qué?-

Quería que el repitiera lo que dijo, pero no lo obligaría

Luego de terminar de comer él se encargó de limpiar todo mientras yo guardaba la comida que nos sobro.

-Pedí una cama para mi habitación, se tardará una semana- él asintió sin mirarme

-Me duele la espalda- se quejo

No era para menos, por su altura se tenía que doblar un poco para todo

-Puedo hacerte un masaje luego de que te bañes- sugerí

-¿Sabes dar masajes?- asentí hacia su mirada intensa

-Terminemos aquí- reí para ayudarlo

Cuando la cocina quedo reluciente una vez más él fue a ducharse.

Yo busque una crema que haría todo más fácil.

Prepare todo para cuando él saliera del baño.

-Listo- apareció con su pantalón para dormir

Relación "Arreglada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora