XXXII

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Verónica Spencer

-A ver si entiendo un poco- ahí estaba una vez más Amaya en mi oficina cuando estaba a punto de irme al apartamento

Anoche no nos mudamos por lo cansado que estuvimos con todo.

-Le dije que no soy una aventura nada más o no quiero serlo- repetí por milésima vez

-¿Le dijiste que te gusta?-

-Lo insinué un poco – respondí no tan segura

-Por el amor al universo Verónica que a los hombres tienes que explicarle con manzanas todo, lo más seguro es que lo dejaste peor que en el inicio- la mire preocupada

-Entonces el no entendió- ella negó

-Busca la forma de decirle mucho más claro todo- asentí no muy segura

-Pensé que había sido clara- me recosté en mi silla

Un toque en la puerta hizo que me sentara como debía

-Adelante- entro uno de los empleados

-El gerente me envió a entregarle la copia de los ingredientes que se recibieron hoy- sonreí tomando el papel

-Gracias- espere a que saliera

-Veo que vamos bien con la empresa- asentí hacia Amaya

-Si, ahora quiero abrir una repostería más a ver que tal nos va-

-No me habías dicho de esa idea- se hizo la ofendida

-Lo siento, pero son cosas que pienso, pero como no tengo un plan todavía no lo comento- le reste importancia

-¿Lo sabe tu esposo?- negué rápidamente

-Solo tu bebé- le sonreí

-Así me gusta- sonrió con cierta coquetería

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-Mi esposo llego primero- sonreí al verlo cargando unas cajas

-Si, quiero mudarme a nuestra casa- sonreí el solo pensar que es nuestro nuevo hogar

-¿Y mi beso?- hice puchero cuando paso por mi lado

Él sonrió para dejar la caja en el suelo e irme a besar.

-Ahora si- sonreí sin soltarlo

-No hagas como ayer que hoy si nos tenemos que ir- asentí riendo

-¿Cómo te ayudo?-

-No hagas nada solo quédate aquí- negué tomando una caja para salir con él de nuestro apartamento

Esta era una nueva etapa que quería vivir a su lado siempre.

-Eres tan hermosa- lo mire mientras cargaba la caja

-Tú eres hermoso- sonreí

-Te besaría nena, pero si lo hago romperé los platos- reí negando

-Lo dejamos para más tarde- él asintió

Cuando llegamos al estacionamiento fuimos hasta su auto en donde subimos las cajas.

-Oh- me gire hacia la persona que hizo el ruido y ahí estaba la vecina

-¿Te mudas?- su mirada fue hacia mi esposo

Ella me ignoro por completo.

Vero tienes que avispaste mujeres como ella podrían quitarte tu marido- pensé

Relación "Arreglada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora