Entre Pinos y Rosas -Dekutodo

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-Shōto, ¡Shōto!

Brinca en su lugar y abre los ojos de nuevo, mira frente suyo donde su hermano que lo ve con preocupación.

-perdón-murmura somnoliento.

-por poco y te caes sobre tu comida-avisa Natsuo alejando el plato de soba unos centímetros de él-podría decirte que fueras a descansar pero estoy preocupado por todo lo que duermes.

-Natsuo-llama Fuyumi al peliblanco y le da una seña de que guarde silencio-no le hables así, le duele la cabeza.

Natsuo suspira y asiente frustrado-lo lamentó Shōto, solo estoy preocupado, ¿te sientes mal? ¿Necesitas que te llevemos al médico?

Shōto niega con lentitud-no es necesario, lo siento por preocuparlos, creo que...he tenido unas semanas un poco duras.

Fuyumi seca sus manos en una toalla y se sienta junto a su hermano menor-lo sabemos cariño-acaricia el hombro del bicolor para tratar de reconfortarlo-me duele tanto como te sientes Shōto, no deberías estar pasando por esto tan pequeño, perdónanos por todo.

"Más disculpas" piensa Shōto con cansancio.

Ni siquiera siente las fuerzas suficientes para hablar, asiente y no dice más, hace dos dias las cosas con su padre habían quedado arregladas, pero a pesar de que sentía un peso menos encima suyo, podía jurar que nunca se había sentido tan miserable en su vida, es como si fuera un aparato recargable al que se le había acabado las baterías y estuviera apunto de apagarse.

No quería pensar el porqué de esto, lo sabía perfectamente y sabía que sus hermanos lo sabían, hasta sospechaba que su padre tenía idea de lo que pasaba.

Se negaba a aceptar que necesitaba a Izuku, se negaba a ponerle atención al dolor que sentía en su pecho porque su omega aullaba de dolor al sentir como su alfa estaba lejos de él, se negaba a ver que Izuku y él si estaba destinados a estar juntos.

Era mejor así, para él y para él alfa peliverde.

Ahorita estaba concentrado en otras cosas, como aceptar verdades que le hacían bien, salvar la poca buena relación que le quedaba con su padre y pensaba ir a Tokyo para visitar la tumba de su madre.

Aunque ahorita mismo no se sentía con los ánimos ni para mover un solo dedo, se sentía agotado de tanto llorar y sus músculos se sentían resentidos por lo tensos que le tuvieron todos estos días anteriores y sus ánimos estaban por los suelos.

-iremos al supermercado Shōto-avisa Fuyumi sintiéndose nerviosa por dejar al omega solo con toda esa peste de feromonas deprimentes de él mismo-compraremos algunas cosas para la cena de negocios de papá ¿quieres ir?

Shōto niega.

-bi-bien, entonces volveremos lo más rápido que podamos, cualquier cosa llámanos o a papá, estaremos atentos al celular.

Shōto vuelve a asentir, solo quiere que su hermana guarde silencio antes de que su cabeza explotara, así que suspira cuando la puerta se cierra y se deja caer sobre el sillón.

Al parecer su papá llevaba organizando una cena desde hace meses y el ni siquiera estaba enterado de lo importante que sería.

-Fuyumi, yo de verdad estoy preocupado, apenas paso una semana, ni si quiera papá se ha visto afectado de manera tan acelerada.

Fuyumi asiente entristecida-lo se Natsuo, lo se. Pero que podemos hacer nosotros, simplemente apoyarlo, darle consuelo, estarle cuidando, nosotros no podemos arreglar un lazo que ellos mismo se niegan a aceptar ahora mismo.

-debe haber algo para que él esté mejor, un lazo rechazado no es algo que se pueda tomar a la ligera, papá lo ha soportado por años, pero...Shōto es diferente, es demasiado joven además...no creo que pueda soportarlo.