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No importa cuantas veces allá visto la imagen, siempre se le revolvía el estómago.

El cuchillo largaba gotas de sangre y todo la piel estaba manchada de lodo y sangre, nunca estaba seguro en qué momento pasaba, solo parpadeaba y de repente la horrible imagen aparecía.

Como un disco rayado que se repetía con cada maldita noche que podía cerrar los ojos y pensar que tendría una buena noche. 

Todo era color negro y solo lograba reconocer el mueble de su antigua habitación en su casa en Tokio y el maldito piso de madera.

Lleno de sangre y manchas de pisadas con lodo, la sombra de su propio cuerpo cobijaba al inerte y pequeño cuerpo sobre el suelo, su figura temblaba por lo que veía, apretando el cuchillo con tanta fuerza que sus nudillos eran blancos.

¿Que había hecho? Se preguntaba en su cabeza una y otra vez.

"lo maté"

Era lo único que pasaba en su cabeza.

"Shoto esta muerto"

Un espasmo lo despertaba como todas aquellas aterradoras noches y luego su pecho se apretaba con fuerza impidiéndole respirar correctamente.

Se sienta y grita hasta que su garganta quema, apretujando su puños contra las sabanas. 
¿Como Shinsō se atrevía a decir que eran dulces sueños?

No podía más con esto y no se le ocurría alguna manera de acabarlo pronto que no fuera hablar con las personas protagonistas de sus sueños.

"Eso no pasará, no puedo hacerlo"

"Ellos no me perdonaran jamás y ni yo a ellos"

Era inicio de semana y el fin de semana había sido mejor gracias a Inasa que le había insistido que debía ir a la escuela para despejarse, aunque no contaba mucho con ello si eso significaba ver caras que no quiere

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Era inicio de semana y el fin de semana había sido mejor gracias a Inasa que le había insistido que debía ir a la escuela para despejarse, aunque no contaba mucho con ello si eso significaba ver caras que no quiere.

"Es un pueblo chico Todoroki, deberás acostumbrarte a encontrártelos hasta en el supermercado a menos que puedas cambiar de distrito" le había dicho.

No era una opción para el hacer que su padre le cambiaran a todos, estaba bien asentados aquí y su papá llevaba organizando una cena de negocios para hacer nuevos socios en la zona y que la empresa pudiera crecer mucho más, eso llevaba planeado al menos por un buen tiempo desde que llegaron aquí, no podía dar más problema, menos ahorita que estaban arreglando las cosas ambos.

Aún resultaba incómoda la relación entre su padre y él, pero ya era más agradable estar en el mismo lugar que él, viendo la tele, desayunando o una de las pocas cosas que había adoptado de su padre, leyendo libros en la hora de la merienda.

Su corazón estaba roto, pero al menos una de sus parte estaba reconstruyéndose de nuevo y eso le hacía sentir mejor que antes.

Había reunido la suficiente fuerza para levantarse por la mañana y llegar a la escuela después de ser despedido por su hermana con un fuerte beso en su frente.

Entre Pinos y Rosas -DekutodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora