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-tengo cancer Enji.

A nadie le gustaría escuchar esas palabras viniendo de alguien a quien amas mucho.

Enji sintió que la sangre se le bajaba hasta los pies cuando las escuchó venir de Rei, su esposa, madre de sus cuatro hijos. No dijo nada por varios minutos, la lengua bailando dentro de su boca tratando de organizar sus palabras para poder decir algo coherente.

-estás jugando, ¿verdad?-suelta una risita nerviosa y niega sin poder creerlo del todo.

Rei frunce las cejas y pronto niega algo enojada.

-¿tengo cara de estar jugando Enji?

-pe-pensé que solo...eso sería un simple cólico, por un momento pensé que quizás y de nuevo tú estabas...

-no hay embarazo, no lo hay por suerte-suspiró aliviada y Enji se le apretó el corazón al oír a su esposa decirlo con tanto alivio, como si otro hijo quemara en su vientre peor que el cancer.

Así como si tener otro hijo no fuera la mejor cosa del mundo, para él lo era; para Rei, que había llorado cuando la prueba de su último embarazo dio un resultado positivo, lanzándola con tanta fuerza que esta se partió a la mitad maldiciendo a Enji por no cuidarse.

Se sentía tan culpable porque a pesar de que ella no deseó nunca tener hijos ahí estaba ella cumpliendo sus caprichos porque después de todo lo amaba y no soportaba ver al alfa deprimido.

-es mi culpa, ¿cierto?

Rei no dice nada al momento jugando con sus dedos sintiéndose enojada por un momento.

-sabes que el embarazo de Shōto presento complicaciones, a quedado un daño en el utero que ha formado un tumor, tengo una cita para esta semana donde me explicarán bien todo. Pero...Enji.

-¿si?-asiente ansioso porque siga-¿qué sucede? ¿Te ha dado un buen tratamiento? No importa el precio, lo pagaremos.

-no es eso, el problema es que...no habrá tratamiento.

-¿a que te refieres con eso?

-el cancer, está muy avanzado...

Un largo silencio ocupa la gran alcoba principal, los puños de Enji tiemblan y Rei lo puede ver.

-el doctor dice que es un milagro que lleve tantos años estando bien sin ningún tratamiento, en teoría...no hay mucho que hacer...

-siempre hay algo que hacer, ¡no puede ser ese hombre tan desesperanzador! ¡¿que le sucede con sus pacientes?! Le meteré una puta demanda y cambiaremos de hospital...

-¡Enji! No seas terco, en todos lado dirán lo mismo, ¿que carajo piensas hacer?

-salvar a mi esposa-asiente decidido-a la madre de mi hijos.

-¡mi último hijo me hizo esto!-tan rápido como dijo aquello pone una mano sobre su boca negando culpable.

-Shōto no es culpable de nada...-Enji niega defendiendo la voluntad de su hijo menor.

-lo se...lo se, lo se, lo se-repite varias veces, casi como si quisiera convencerse a sí misma de aquello-por eso...no le diremos nada a ninguno de los niños, ellos no necesitan sentirse mortificados por eso.

Enji asiente, apretando los labios da la media vuelta, con las manos juntas sobre la espalda.

-algo querías decirme Enji...dilo.

El alfa niega rápidamente-puede esperar, ahorita no es el momento.

Rei asiente y el silencio reina antes de que Enji vuelva a hablar.

Entre Pinos y Rosas -DekutodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora