Jaxon...
Escuché un par de golpes en mi puerta a los que hice caso omiso, no tenía ganas de hablar con nadie y menos conocer a la nueva acompañante. El alcohol y las pastillas aún estaban en mi organismo, la resaca que tenía era jodidamente una mierda. Necesitaba un dos o cuatro horas más de sueño, para poder siquiera pensar en levantarme de la cama.
Volvieron a tocar y gruñí en respuesta mientras me cubría la cara con una de las almohadas que había desordenadas sobre el colchón.
-Buenos días, soy su nueva cuidadora y quería presentarme. Le hice el desayuno- una voz dulce se escuchó al otro lado de la habitación.
Al parecer era alguien joven, por lo que no sería difícil hacer que dejara el trabajo, como lo había hecho con las tres anteriores.
-Vete, no quiero nada-suspiré restregándome los ojos.
-Pero yo...-al parecer era insistente, pero pronto se le quitaría la buena voluntad.
-DIJE QUE TE FUERAS, MALDITA SEA- lancé una zapatilla contra la pared para ahuyentarla.
-Perdone señor, estaré en la cocina si necesita algo- su voz fue más apagada y finalmente la oí arrastrar sus pies lejos. No me gustaba comportarme de esa manera con las personas, pero era la única opción para que todos desistieran en la idea de una niñera para mí.
Ni siquiera sabía qué hora era, pero debía ir por algo de agua o mi cuerpo se empezaría a deshidratar. Tome la sudadera que encontré y en chándal baje a la primera planta. Pasé por el salón, vi todo ordenado y en buen estado.
Al entrar en la cocina encontré a mis compañeros de banda y de casa riendo mientras alguien de espalda cocinaba algo. El olor agradable de comida casera entro por mis fosas haciendo que me diera hambre.
-Alguien puede darme una maldita botella de agua y hacer silencio- gruñí y todos voltearon a verme menos la que debía ser mi niñera. Ella se dirigió a la nevera y buscó algo.
- ¿Puedes tener jodidos modales?- Ethan rodó los ojos desde el taburete donde se encontraba sentado.
-No quiero-
-Aquí tiene señor Meyer- bajé la vista a la mano y luego la llevé a la dueña, era ella.
Me sentí como idiota por primera vez. Tenía una blusa rosa con unos vaqueros y unos tenis un poco desgastados. Su cabello con un medio moño y unas gafas.
-Yo no sa... -
-Un gusto, soy Isa y seré su asistente- me dio una sonrisa que desequilibró todo mi ser.
Me enderecé restándole importancia al hecho de que me había dejado sin aliento- Jaxon- le quité el agua de las manos y me largué de la cocina. Comencé a dar zancadas alejándome de ahí, pero sin querer resbale con el borde de la loza en la escalera y me corté la planta del pie. -MIERDA- la sangre no paraba de salir y dolía demasiado.
Escuche pasos y era Isa, apareció corriendo hacia mí, con una cara de completa preocupación, mis amigos venían detrás con el ceño fruncido. Se puso sobre sus rodillas y me pidió amablemente que extendiera mi pie para que lo revisara, lo hice de mala gana y con una cara de completa desconfianza.
-No es profunda, puedo curarla ahora y mañana o pasado ya estará totalmente sana- se recompuso, pero la vi marearse al levantarse rápido, Daniel la sujetó de la cintura para estabilizarla.
-Te tengo- le sonrió y ella se puso roja.
-Gra..gracias, es que..-
Carraspeé la garganta - ¿Vas a curarme o qué? -
¿Celos? ¿Esos habían sido celos? No lo podía creer y menos de mí, siendo que ni de mi novia los sentía.
-Sí, disculpe. Ya vuelvo- salió corriendo en dirección al baño donde guardábamos el botiquín.
- ¿Tienes que ser siempre un jodido imbécil?- Paula me dio una mala mirada.
-No dije nada-
-Si dijiste, si tienes problemas mentales. No te descargues con la pobre chica- advirtió y pasó a mi lado.
Los demás se marcharon a sus habitaciones, dejándome solo. Ella volvió con todo lo necesario y con una fruta. -Pensé que... sabe, el plátano sirve para la resaca- me lo extendió -si quiere puede comerlo ahora o cuando guste- con cuidado paso una gasa con desinfectante sobre mi piel y luego lo vendo. -Como nuevo-
Esta vez se paró con lentitud y me extendió su mano -Venga, lo ayudare- me negué, pero ella insistió y terminé aceptando a regañadientes.
-Deja de tratarme de usted, que seguro tenemos la misma edad-
-Perdone... perdona- hablo mientras subíamos las escaleras -es mi jefe y me gusta ser respetuosa-
Cuando estábamos en la puerta del cuarto sentí algo de vergüenza al ver el interior y el desastre que había. Sumido en una total oscuridad por las cortinas negras, ropa tirada por todos lados al igual que botellas y contenedores de pastillas.
-Creo que aquí podría dormir cinco días sin darme cuenta si ha amanecido o no- bromeo mientras ayudaba a que me sentara en el colchón -y es... gigante-
-Es una pocilga- murmure.
-Bueno... pero una muy linda- su risita me saco una a mí y ni siquiera supe por qué. Sus chistes eran terriblemente malos.
Me terminé acostando y lancé un suspiro.
-Creo que lo dejaré descansar, si necesi..-
-No-
-¿No?-
-Quise decir... no te vayas. No tengo sueño- no la quería cerca y tampoco cerca de Daniel -¿Puedes abrir la cortina para que entre un poco de luz?-
-Claro- pateó un par de latas de cerveza y finalmente corrió la tela dejando entrar la claridad en ese nido de ratas.
-Wow, que linda vista- miró a través de la puerta corrediza de vidrio que daba al balcón. Me gire a observar y el sol pegaba en su rostro, iluminando sus ojos azules y cada uno de sus jodidos rasgos que hicieron latir con fuerza mi corazón.
Si era una linda vista.
Holis... Cómo han estado?
Yo amo a Isa... y Jaxon es tan...
Se les quiere
Abrazo de koala
Nela<3
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Al Filo del Abismo 💎
Novela JuvenilLlegó como un huracán.. Sacudió mi vida Se llevó mis pesadillas y miedos Pero se marcho, dejando recuerdos de su pasaje por mi vida..