Capítulo seis

1.3K 117 29
                                    

Sally

Cuando desperté, el único que me acompañaba en la habitación era Gizmo, él dormía en mi cama, la que había ocupado Ash durante la noche. Me levanté, tomé mi máscara y salí de la habitación para encaminarme al baño. Me alisté rápidamente y salí acomodando la prótesis y el cabello. A medida que me acercaba a la cocina, escuché la voz de Larry. No entendía bien lo que decía, hablaba más bajo de lo normal. Acostumbraba a ser un poco ruidoso cuando estábamos juntos, sobre todo con Ash.

—Buen día, Sally. —Me giré encontrándome con Todd, sonrió—. ¿Dormiste bien? Anoche se fueron muy temprano.

—Me sentía un poco mal y Larry quiso quedarse conmigo.

—Se preocupa mucho por ti. —Asentí—. No te has dado cuenta aún, ¿no?

—¿De qué?

Hizo una seña con la mano restándole importancia.

—Te lo dirá cuando esté listo.

Sonrió de nuevo y me llevó hasta la cocina, Ash y Larry se quedaron en silencio cuando nos vieron llegar. Él la rodeaba por los hombros de forma cariñosa. Los saludé sentándome en la mesa. Todd sirvió café en un par de tazas y desapareció de la cocina, probablemente, para llevarle el desayuno a su novio. Se veían tan bien juntos que les tenía envidia. Estaba seguro que no conseguiría estar con nadie más que no fuera Ash, no muchas chicas aceptarían que su novio tuviera el rostro deformado.

—¿Qué te gustaría desayunar, Sally?

—Lo que sea, menos café.

—¿Te apetece huevo revuelto y tostadas?

—Y algo de jugo de naranja.

Sonrió asintiendo, se dio la vuelta y se acercó a la cocina. Ash, por su parte, desabrochó mi máscara, la movió un poco para besar mi mejilla antes de irse. Observé a Larry unos instantes, me preguntaba a qué se refería Todd. ¿Qué debía decirme? ¿De qué tenía que darme cuenta? Habíamos sido amigos hacía tiempo, vivíamos juntos antes que nuestros padres se casaran, ¿por qué no me contaría algo que todos los demás parecían conocer? No lo entendía. Larry era mi mejor amigo, a él le contaba absolutamente todo de mi vida, sin importar qué tan vergonzoso o doloroso fuera. Puso el desayuno adelante mío, pero no le presté atención, me quedé mirándolo, quería descifrar lo que ocultaba. Él parecía no entender lo que pasaba, simplemente me sonrió sentándose. Prendió un cigarrillo y le dio una calada. Suspiré, me quité la máscara y comencé a comer.

—¿Sigues triste? —Negué con la cabeza—. Entonces, ¿te sucede algo?

—¿Tienes algo que decirme? Quiero decir, algo importante. Todd acaba de decirme que hay algo.

Su rostro se puso pálido por un segundo, luego se puso rojo. Negó con la cabeza, se levantó de un salto y me dejó solo en la cocina llamando a Todd. Supuse que iba a reclamarle lo que me había dicho. Me tomé mi tiempo para desayunar, mientras esperaba a mis amigos. Parecía que habían olvidado que estaba acá.

—Lo siento, Sally —dijo Larry volviendo a la cocina conmigo—. ¿Cuánto te dijo Todd?

—Que tenías algo que decirme y que lo harías cuando estuvieras listo. ¿Es algo grave?

—No. —Soltó un suspiro—. Lo siento, ¿sí? Te lo diré, lo prometo, pero no ahora.

—¿Por qué no, Larry? Soy yo, Sal, tu amigo. Sabes que puedes contarme lo que sea.

—No tengo el valor porque eres tú, Sally.

Me quedé en silencio, no tenía idea de qué contestar a eso. Tampoco sabía cómo debía reaccionar. Puso su mano sobre la mía, pero la aparté, me levanté tomando mi máscara y salí. Me sentía traicionado, no entendía por qué. No estaba obligado a decirme nada que no quisiera, aun así, me dolía que no confiara en mí tanto como yo lo hacía en él.

Caminé hasta llegar al lago Wendigo sin darme cuenta. Me senté y miré el agua tranquila por un largo rato. La brisa soplaba fresca, mecía las hojas encima de mí. Abracé mis piernas. Estaba solo de nuevo, como cuando era un niño pequeño, después de todo lo que había pasado.

—Sally. —Me sobresalté cuando escuché la voz de Ash—. ¿Por qué te fuiste así?

Ni siquiera la miré, hice como si no existiera, aun

cuando posó su mano sobre mi hombro derecho.

—¿Estás enojado con Larry?

—Me siento traicionado, Ash. Parece no confiar en mí. —La miré—. Estoy seguro que te ha dicho su secreto.

—Él confía mucho en ti, Sally. Dale tiempo, ¿sí? Te lo dirá tarde o temprano, cuando deje de ser un cobarde.

—No tengo otra opción, ¿verdad?

—No, no la tienes. —Acarició mi cabello—. Volvamos, me voy en unas horas y quiero pasar todo el tiempo que pueda con el grupo completo.

No esperó a que respondiera, agarró mi mano y tiró de ella hasta levantarme. Volvimos en su motocicleta. Los tres estaban sentados en el sillón cuando llegamos. Nos unimos a ellos, aunque no tuviera muchas ganas de estar allí. Decidí que, en cuanto Ash se fuera, me metería al cuarto y me quedaría allí el resto del día.

Cerca del anochecer, pude cumplir lo que había planeado. No podría huir de Larry de todas maneras, compartiríamos habitación por un tiempo, pero era suficiente para estar tranquilo, sabía que él no me molestaría después de lo que había sucedido en la mañana. Esperaba que las palabras de Ash fueran ciertas, que solo necesitara tiempo para tomar valor y hablar conmigo como lo había hecho siempre.

**

Muy buenas~ acá vengo con un nuevo capítulo. ¿Creen que Todd metió la pata con lo que dijo? ¿Qué piensan sobre el tiempo que se está tomando Larry para decirle a Sally lo que realmente siente? Si fuera Larry, me enojaría con Todd de verdad, aunque fuera mi amigo de toda la vida jajaja, pero quiero saber qué piensan ustedes. Si les está gustando, por favor voten, comenten y compartan, todo apoyo se les agradece muchísimo.

Detrás de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora