Capítulo doce

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Sally

—Dame unos días más —dije levantándome de la cama y buscando mi máscara—. No te enojes, son solo unos días.

Me maldije por dejar la máscara en el baño, nunca lo hacía, ¿por qué ahora sí? Agarré mi celular y salí en dirección al baño para ponerme la prótesis. Salí de la casa y llamé a Ash, necesitaba hablar con ella antes que con cualquier otra persona. Eché a caminar llevándome el celular a la oreja.

—Sally, ¿sucedió algo?

—¿Qué hago? Hace unas semanas estaba enamorado de ti y ahora no puedo sacarme a Larry de la cabeza.

—Puede que él haya hecho aflorar algo de lo que no tenías idea. ¿Por qué no le das una oportunidad?

—Porque le he dicho que no al principio. Pensará que estoy jugando con él.

—Larry no es así. ¿Adónde vas? Te escucho agitado.

Me detuve en seco y miré a mi alrededor, era el camino hacia el lago Wendigo, en poco me quedaría sin señal y la llamada se cortaría. Respiré profundo escuchándola hablar para tranquilizarme, pero mi cabeza iba a una velocidad que no podía seguir.

—¿Qué hago? —La interrumpí.

—Ve y dile cómo te sientes, Sally.

—Confundido, así es cómo me siento.

—Díselo de todas maneras. —Hizo una pausa—. Escúchame, Sally, sé que las cosas ahora no están claras, pero es evidente que ahora no ves a Larry solo como tu mejor amigo, el beso hizo que algo cambiara en ti. Solo habla con él, ¿no recuerdas cómo te sentías cuando él no lo hacía?

—Sí... —Solté un suspiro—. Necesito reorganizar mi cabeza.

—Llámame cuando algo suceda entre ustedes.

Dicho eso, cortó la llamada. Me quedé parado con el celular pegado en la oreja como un idiota. Mi cabeza se movía a toda velocidad, no sabía cómo actuar ahora. ¿Cuál tenía que ser mi siguiente paso? Decidí enviarle un mensaje rápido a Larry y seguir caminando hacia el lago. Le pedí que viniera en dos horas, que tenía algo importante que decirle. Cuando llegué, me senté bajo un árbol y miré el agua que reflejaba la luz de la luna. Me alegraba conocer tan bien este lugar y saber que Larry podría llegar hasta aquí sin ningún problema. Decidí quitarme la máscara y respirar, llenar mis pulmones de aire fresco. Necesitaba tranquilizarme y ordenar mis ideas lo mejor que podía, armarme de valor para decirle lo que pasaba. Escuché las hojas mecerse con el viento, pero todavía no había señales de Larry, esperaba que no se hubiera enojado conmigo por huir así, que no pensará que juego con él. Le había pedido unos días, pero no podía esperar más, Ash tenía razón, algo había cambiado entre nosotros y, si seguía esperando, iba a arruinar nuestra amistad.

El tiempo pasó más rápido de lo que pensaba, apenas me había dado tiempo de ordenar mi cabeza cuando escuché pisadas en las hojas secas. Respiré profundo preparándome para lo que iba a hacer en cuestión de segundos. Mi corazón golpeaba con fuerza en mi pecho, parecía querer huir de mí ahora mismo.

—¿Qué sucede, Sal?

Dijo Larry sentándose a mi lado, lo miré unos instantes, mi cabeza pareció borrar mi habilidad para hablar, no podía articular las palabras que me rebotaban en el cerebro de un lado al otro. En su rostro noté la preocupación por mi silencio, pero no sabía cómo empezar. Había estado en la misma situación hacía unas semanas con Ash, no podía comprender por qué las cosas habían sido un poco más sencillas cuando me le declaré.

—¿Te encuentras bien, amigo? Pareces nervioso.

—Es que lo estoy... —Tomé aire y lo aguanté unos segundos antes de continuar—. ¿Recuerdas el beso que me pediste el día de la fiesta?

Ocultó tras su cabello la sonrisa que apareció en su rostro.

—Sí, claro que lo recuerdo, Sally. Pero, ¿qué tiene que ver con tus nervios?

—No he dejado de pensarlo desde entonces. Yo... No sé que me sucede...

Nos quedamos en silencio, dejando que el sonido de las hojas mecidas por el viento llenara el espacio. A pesar de sentir el cuerpo temblarme de los nervios, no me estaba incómodo. Sentí, de repente, que cruzaba su brazos por mis hombros, algo que había hecho decenas de veces, pero que, ahora, me hacía sudar como un idiota. Apretó mi hombro izquierdo un poco haciendo que tomara valor para seguir hablando.

—Quiero contarte algo —dije, pero no esperé a que me contestara—. Travis me besó además de declarárseme. —Lo miré, él tenía la mirada clavada en el lago—. No sentí nada con él. Cuando tú lo hiciste... No sé cómo explicarlo...

—Solo dime si te gustó, no tienes que explicar nada más.

—Me gustó. Más de lo que hubiera querido admitir ese día. Estoy confundido por eso, porque se suponía que estaba enamorado de Ash como no lo había estado nunca de nadie, pero tú has hecho que todo diera un vuelco.

Seguía sin dirigirme la mirada. Llevé mi mano a su cabello para ponerlo detrás de su oreja, como me hacía a veces. Una sonrisita le curvaba los labios, pero parecía negarse a mirarme. Me pregunté si estaba tan confundido como yo ahora; si tenía miedo a dar un paso en falso que destruyera todo entre nosotros.

**

Muy buenas~ acá traigo el nuevo capítulo. Estamos entrando en la recta final de esta historia, Sally está abriendose a su nueva forma de ver a su amigo, ¿cómo creen que va a reaccionar Larry después de haber sido rechazado? Si les está gustando, por favor voten, comenten y compartan, todo apoyo se les agradece muchísimo.  

Detrás de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora