Capítulo once

1.3K 115 59
                                    

Larry

Sally me recordaba a la pequeña Soda cuando extrañaba a sus padres. Me pregunté si seguía triste por el rechazo. Había resultado más sensible de lo que solía mostrarles a todos. De repente, se separó un poco, apenas lo suficiente para poder desabrochar su máscara y quitársela. Aproveché para hundirme un poco en el puff y dejar que él se recostara contra mí, lo hizo sin perder un segundo. Volví a rodearlo con mis brazos esperando que fuera suficiente para que no se sintiera tan mal.

—¿Te encuentras bien? —pregunté después de un rato—. Has actuado un poco raro hoy.

—Lo siento. No puedo dejar de pensar en...

Su celular vibrando en su bolsillo lo interrumpió, yo también podía sentirlo. Lo sacó y atendió.

—Travis... —dijo—... Sí, estoy cerca... Claro, enseguida voy.

Dicho eso, colgó y se levantó de mi regazo poniéndose la máscara. Nos miramos unos segundos en silencio, pero él no dijo nada más. Tampoco quise preguntar, no quería llevarme una respuesta que no me agradara. Sabía, de alguna manera, que quería que lo esperase aquí. Suspiré hundiéndome más en el asiento, agarré la Game Boy y seguí jugando para pasar el rato. La distracción no duró mucho más de un par de minutos, mi cabeza no dejaba de molestarme. Odiaba tener celos de Travis, aunque supiera que a Sally no le agradaba demasiado, menos que lo pretendiera tan descaradamente.

—Soy patético

Susurré sabiendo que, supiera lo que supiera, los celos no me abandonaban. Mi cabeza iba a torturarme hasta que lo viera volver. Encendí un cigarrillo y me lo llevé a la boca, le di una larga calada antes de expulsar el humo con pesades. Miré por la ventana, no podía ver más que un par de árboles y el cielo, no era mucho para distraer mi cabeza, al contrario, me hacía dar más vueltas a la situación. Terminé el cigarrillo y lo aplasté en el suelo hasta que se apagó por completo. Eché la cabeza hacia atrás cerrando los ojos.

Me desperté cuando sentí que tocaban mi mejilla, abrí los ojos encontrándome con Sally parado junto a mí. No me había dado cuenta de cuándo me había quedado dormido y, mucho menos, cuando él regresó. Me miró unos instantes con una sonrisita en el rostro, así me di cuenta que se había sacado la máscara. Sus ojos azules estaban clavados en mí acompañando a esa sonrisa brillante.

—¿Tomando una siesta?

—Te fuiste por mucho.

—Sí, lo siento. Travis se demoró.

—¿Puedo...?

—Se declaró. Nada que no sepas ya, Larry. No pongas esa cara, sabes que no me gusta para nada.

—¿Cómo lo tomó?

—Se enfadó. —Se sentó en mis piernas como lo había hecho antes—. Traje pizzas y unas cuantas cervezas mientras dormías.

—¿Travis te golpeó?

—No te preocupes, Larry, no sucedió nada. —Se giró a mí—. ¿Comemos?

—Claro.

Se levantó unos instantes solo para agarrar la caja de pizza y ponerla en sus piernas para que pudiésemos comer. Estuvimos en silencio unos minutos antes de empezar a hablar como siempre. Me gustaba que las cosas fueran así, no quería perderlo por mis sentimientos tontos.

Pasamos el resto de la tarde allí, jugando videojuegos y tomando cerveza. Luego, cuando el sol empezaba a bajar, decidimos volver a casa. Sally decidió ir a ducharse, mientras yo me metía en el cuarto. Me acosté en la cama y miré el techo sin mucho más que hacer. Tampoco tenía ganas de hacer nada, habíamos pasado toda la tarde bebiendo cervezas, me apetecía más dormir. Pronto, Sal entró a la habitación secándose el cabello. Ni siquiera levantó la mirada hacia mí, caminó hasta mi cama y se sentó en el borde.

—¿Qué sucede?

—¿Puedo acostarme contigo?

—Sabes que no debes preguntar, Sal.

Hice lugar, él terminó de secarse el cabello, tiró la toalla sobre su cama y se acostó acurrucándose en mi pecho.

—¿Todo está bien? Hoy actúas un poco raro —dije abrazándolo.

—Tengo ganas de estar contigo ahora. Recuperar el tiempo que me evitaste.

—Esta mañana huiste.

—Necesitaba pensar.

Me quedé callado sintiéndolo aferrarse a mí. ¿Había sucedido algo con Travis que no quería decirme? No parecía haber sido golpeado, estaba seguro que no hubiera vuelto conmigo, probablemente se hubiera encerrado aquí y no me hubiera dicho nada. Me acomodé apretándolo más contra mi cuerpo. Ahora podía entender qué era lo que sentía cuando yo lo evitaba. Solté un pequeño suspiro llevando mi mano a su cabello, todavía un poco húmedo, enredando mis dedos en él con suavidad. Cerré los ojos esperando que pronto hablara. Lo sentí moverse entre mis brazos, separándose de nuevo de mí. Abrí los ojos para mirarlo, me percaté que no tenía la máscara puesta, pocas veces lo hacía, aunque solo estuviéramos nosotros dos. Nos miramos. Mis ojos pasaron de sus ojos a sus labios. Hoy, más que nunca en estas últimas semanas, las ganas de besarlo me consumían. Me obligué a esperar a que dijera algo, a que él fuera quien se moviera.

**

Muy buenas~ acá traigo el nuevo capítulo. ¿Soy la única que siente la tensión entre Larry y Sally? Espero que les esté gustando cómo van las cosas entre ellos y lo próximo que viene para ellos. Si les está gustando, por favor voten, comenten y compartan, todo apoyo se les agradece muchísimo.

Detrás de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora