Capítulo ocho

1.3K 112 14
                                    

Sally

Cuando me desperté, me sentí solo, incluso antes de darme cuenta que Larry no estaba dormido conmigo. Había dormido tan profundamente que no lo sentí levantarse. Me giré quedando boca abajo y miré la cocina, él estaba ahí, concentrado en lo que preparaba. Me levanté y me acerqué sin hacer ruido, haciendo que pegara un respingo cuando coloqué una mano en su espalda. Se giró para mirarme.

—No te escuché.

—Ni yo a ti. ¿A qué hora te levantaste?

—No lo sé, temprano —se volvió a lo que hacía—. ¿Quieres desayunar?

—Claro. Primero iré a asearme.

Asintió mientras servía un poco de café en una taza. Volví al sofá, tomé mi máscara y caminé hasta el baño. Unos minutos después, me encontraba sentado en la mesa desayunando con Larry. Lo único que se escuchaba en la habitación era un viejo reloj de pared que estaba en la sala. Podía escuchar, si ponía bastante atención, a Todd y Neil hablando en su habitación. Miré a Larry, parecía desanimado. No comprendía qué era lo que le pasaba, ni por qué había dejado de confiar en mí. Terminé de desayunar, me levanté y fui a la habitación sin decir nada. Agarré mi celular y me tiré en la cama tecleando mensajes a Ash. No sabía si iba a contestar en poco, pero no dejé de mandarle mensajes uno tras otro diciéndole lo que pasaba con Larry. Las respuestas no tardaron en llegar, prácticamente parecía haber copiado y pegado sus mensajes con pequeñas variaciones. En todos me decía que le diera tiempo, que no tardaría en hablar conmigo y que me calmara.

—"Esto es una mierda, Ash. Él no era así y no entiendo qué le pasa."

—"Tranquilo, Sally, pronto te dirá todo."

—"¿Por qué todos saben lo que le pasa menos yo? ¿Y por qué no me lo dicen?"

—"No te enojes, ¿sí? Es algo que debe hacer él."

Solté un suspiro y tiré mi celular en la mesa de luz, volvió a vibrar, pero ya no lo miré, no quería contestar a nada. Estaba enojado con todos por excluirme así. Se suponía que eran mis amigos, ¿por qué hacían esto? Me quedé acostado hasta que Neil vino a llamarme para almorzar. No quería hacerlo, pero prácticamente me obligó a bajar. No tuve más opción que seguirlo. Una vez todos en la mesa, Neil y Todd nos informaron que darían una fiesta el fin de semana. Por un segundo, tuve una pequeña esperanza de ver a Ash de nuevo, pero lo descarté rápidamente. Si fuera a venir, me lo diría, aunque, sabiendo que me ocultaban cosas estos días, podrían no decirme absolutamente nada.

***

El sábado llegó, la casa estaba llena, incluso Travis estaba con nosotros. Me alegraba saber que habíamos dejado todo atrás y nos comportábamos como adultos de una vez. Me la pasé hablando con Chug, Maple y CJ, pero no me sentía cómodo sin Larry conmigo. Siempre estábamos juntos, pero hoy me evitaba especialmente. Travis se sentó al lado mío, me cruzó el brazo por los hombros y me ofreció su cerveza. Lo miré, tenía el ceño fruncido como siempre, pero parecía más avergonzado que enojado conmigo. Acepté la botella, me saqué la máscara y tomé un sorbo, logrando que en su cara apareciera una sonrisa.

El resto de la noche me la pasé hablando con él, parecía otra persona ahora. No era un imbécil, al menos. Era buena compañía cuando se relajaba y hablaba un poco más que no fueran groserías. Tal vez, era el alcohol lo que lo había hecho abrirse.

—¿Qué le sucede a Larry? —Escuché la voz de Todd pegado a mi oído—. De repente se fue al cuarto. No nos ha prestado demasiada atención tampoco. ¿Puedes ir a hablar con él?

Lo miré unos instantes antes de asentir y levantarme mientras arreglaba mi máscara. Me disculpé con Travis, que parecía no agradarle la idea de que lo dejara solo. Fui directamente a la habitación que compartíamos y toqué la puerta, nadie contestó. Decidí entrar directamente, después de todo, era mi cuarto también. Las luces estaban apagadas, pero lo podía ver perfectamente sentado en el suelo. En una mano tenía un cigarrillo y en la otra una botella de cerveza. Cerré tras mi espalda, me acerqué a él y me senté frente a él recibiendo su mirada. Nunca lo había visto así de triste, me sentí culpable sin saber qué había hecho.

—¿Te encuentras bien?

—No.

—¿Quieres hablar?

—Lamento que te hayan enviado cuando te la estabas pasando bien con Travis.

—No tanto, una fiesta no es buena si no estás cerca de mí.

—No digas eso. —Su mirada se entristeció aún más—. Déjame solo, Sally. Ve a disfrutar la fiesta.

—No me iré a ningún lado, Larry. Nunca te pones así, ¿qué sucede hoy?

Se acercó a mí quedando cara a cara. Me sentí nervioso. Algo en sus ojos hacían que me sintiera así. Se terminó de acercar. Podía estar seguro que había besado la máscara justo en la boca. Lo observé desconcertado cuando se separó. Su rostro se oscurecía cada vez más por la tristeza. Volvió a la posición en la que estaba en un inicio y le dio un sorbo a su bebida. Me pregunté si había sido efecto del alcohol, pero no se veía borracho.

—Ve, Sally. Quiero estar solo. Por favor.

No pude moverme aunque mi cerebro y él me lo pidieran. Me había dejado descolocado completamente. No quise dejarlo solo tampoco, era mi mejor amigo, no iba a alejarme ahora que la estaba pasando tan mal. Me entristecía también. De repente, lo escuché sorber la nariz. Estaba llorando.

**

Muy buenas~ acá traigo el nuevo capítulo. Esta vez solo voy a dejar una sola pregunta: ¿qué creen que va a pasar de ahora en adelante entre nuestros protagonistas? La acción de Larry no es una cualquiera, menos tratándose de Sally. Si les está gustando, por favor voten, comenten y compartan, todo apoyo se les agradece muchísimo.

Detrás de la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora