Un pequeño niño es encontrado por un grupo de hechiceros, pero al ver qué el pobre nene tenía una maldición, decidieron quedarse con el hasta entonces.
¿Qué clase de aventuras tendrá el pequeño junto a sus nuevos amigos?
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• Serás un...
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Nuestro nene jugaba solito en el gran patio verde del instituto.
Tenía todos sus juguetes tirados por todos lados, incluso aquel peluche que Megumi le había dado.
—- Oh pipip mito do, cote toti co poi keke —- decía el menor, sus palabras no tenían sentido alguno, solo disfrutaba de decir cosas al azar.
Pero en eso una enorme pero enorme sombra lo cubrió, claro que el peque se dio cuenta de la oscuridad que lo cubría su diminuto cuerpo.
Alzó su vista notando al gran chico que estaba de pie frente a él.
—- ¡Hola hola pequeño hombrecito! —- saludó con bastante euforia.
(N) estaba aturdido con la personalidad del desconocido.
—- ¡Eres muy pequeño!
Lo cargó con solo una mano, dejando al nene sorprendido.
—- ¡Woaaa! —- (N) exclamaba sacudiendo sus manitas.
—- ¿Cuál es tu nombre hombrecito?
—- Tú (Ñ) —- se señaló asi mismo.
—- ¡Muy bien pequeño (Ñ), vamos a jugar!
—- ¡Pi! Pugar —- nuestro niño no se negaría nunca a jugar.
Comenzaron a jugar primero con las escondidas.
—- Uno, do, te, cato, cico, sei, tete, oco, nene, de —- finalizó — Lito o no, yi voy
Comenzó a correr por todos lados en busca de su nuevo y enorme amigo. Buscó entre algunos edificios y cerca de la entrada.
Hasta que sus oídos captaron la risa del enorme chico, no dudo en correr donde oyó la risa.
Lo encontró escondido tras de un árbol, lo que lo delató no fue la risa, si no que el tronco era bastante delgado como para ocultar un cuerpo tan grande.
—- ¡Te econte! —- aplaudía feliz por su logro.
—- Oh no, me encontraste~ —- fingió tristeza y luego sonrió brillantemente —- Es tu turno hombrecito
El chico grande se volteo para contar, nuestro bebito corrió en busca de un buen escondite.
Hasta que logró encontrar un buen escondite para él.
—- ¡Listos o no ahí voy!
El chico de gran tamaño comenzó a buscar al nene, pero no lo veía en ningún lado.
—- ¿Dónde podría estar?
Caminó un poco más hasta llegar al campo donde los de primero y segundo estaban entrenando con Gojo que los supervisaba.
