El encanto de la bruja |- ( Katakuri x Oc)-

19 - Tormenta

Llego el fin de semana y desembarcamos en la isla Candy , las islas estaban dentro de todo cerca , formando el famoso lugar "Whole Cake" aun así , disponían de climas y paisajes totalmente diferentes.

La isla al mando de Perospero era como su nombre mismo lo indicaba, un lugar hecho de dulces. Perseverando más el caramelo.

Un lugar colorido por demás y el aroma a azúcar estaba por todos lados, incluso en la plaza principal había una gran estatua de caramelo.

Los habitantes reconocían a Katakuri de inmediato, pero no se acercaban.

—Falta solo un poco, Ocean.

Al llegar al castillo de su hermano mayor , su esposa nos abrió la puerta .

Ella era casi tan alta como el , y se la veía sumamente feliz y sonriente la mayoría del tiempo. Nos invitó a pasar de inmediato y nos mostró nuestra habitación.

—Peros-sama se encuentra un poco ocupado, a la noche estará con nosotros.

Entre más pasaba el tiempo , mas tenia curiosidad sobre qué le ocurría a Katakuri , pero me reconfortaba de cierta manera ser incluida en ese tipo de evento , acercarme y conocer a su familia.

Cuando Perospero regresó , su esposa lo recibió cálidamente y luego de la cena , decidí consultarle a solas , sobre Katakuri.

—Disculpe...señor—comencé a hablar sumida en los nervios.

—¿Qué te ocurre , muñequita?

—No sé si deba , abordarlo así , pero... puedes...¿hablarme sobre Katakuri?

—Puedo decirte muchas cosas sobre mi hermano... se mas especifica—y me invitó a tomar asiento en el sofá.

—No me puedo acercar a el...asi que quiero regalarle algo...

—¡Ju,ju,ju!Perorin~, sí , hay algo , pero no sé cómo iras a conseguirlo—se puso un tanto misterioso y prosiguió—aquí en la isla Candy , en el lado oeste hay un diminuto bosque , allí crecen unas bayas , llamadas gotas de nieve rosa. Las donas con glaseado de esa baya son su locura.

—Está bien , iré a conseguirlas. Gracias Peros-sama—en realidad no sabia como decirle.

—Ten cuidado , es agradable el clima aquí , pero en ese sector de la isla...

Interrumpí a Perospero , y me puse de pie :

—¡Descuida!

¡Cómo no se me había ocurrido antes, preguntarle a Katakuri por su sabor favorito de donas! Solo tenía que pedir algunas en la cocina y yo hacer el glaseado ¡Y listo!

Al día siguiente, mientras Katakuri aun dormía, me escabullí hacia el lugar donde crecían las bayas.

El pequeño trocito de bosque en medio de la isla caramelo, era un tanto sombrío y se encontraba en una especie de bahía, el viento soplaba enérgicamente.

¡Las tengo! ¡Tengo las bayas!

Pero cuando estaba por irme , note ese típico aroma a lluvia , sin ser precavida no había llevado ningún abrigo , pese a que estaba un tanto nublado.

A lo lejos , sonaban los truenos y me apresure , en vano . La fuerte tormenta me había alcanzado.