Prólogo

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Seúl 6 meses atrás.

Un joven llegaba a su departamento de madrugada. Dejó su mochila sobre la mesa de la cocina y sacó de ésta un sobre con dinero que juntó con otros billetes que tenía en un jarrito dentro de una alacena -Al fin tengo el dinero de la renta del mes- suspiró -Pero a qué costo...-

Él no habría deseado nunca tener que entrar a trabajar ahí. Él era un profesor, no un bailarín y casi prostituto de un centro nocturno, pero en eso se había tenido que convertir pues habían hecho recorte de personal en la escuela donde trabajaba y ¿A quién habían despedido? Por supuesto al único hombre porque "Haces un excelente trabajo, pero eres un hombre y este es un trabajo para mujeres. Los hombres no son bien vistos en un preescolar y menos si son gay. Hay muchos prejuicios al respecto" había dicho la directora.

Movido por la premura de encontrar un trabajo para solventar sus gastos, había entrado a trabajar de bailarina, sí, bailarina pues el lugar solicitaba chicas que supieran bailar en telas y pole así que no se la pensó dos veces y se vistió de mujer pues sabía hacer esas dos clases de danza siendo contratado de inmediato. No podía ocultar que Park Jimin era un chico y profesor ante las autoridades educativas, pero sí ante cientos de hombres borrachos y sedientos de placer y así, se había convertido en Min-ah. Sin embargo, nunca le dijeron que algunos de los asistentes podrían solicitar privados y, aunque dejaban propinas extraordinariamente buenas, estas eran después de haber recibido cierto trato un poco más especial. Cuando se enteró de esto, era demasiado tarde; afortunadamente, debido a su belleza, el jefe y dueño del lugar había decidido que para tener acceso a ella, debían pagar unas sumas bastante considerables lo que en cierta forma agradecía para no tener que hacer esa clase de servicios muy seguido. 

Iba a ponerse su pijama y dormir cuando de pronto, tocaron a su puerta. Sabía quién era, casi podía oler a su arrendador y él olía el dinero. Sacó la mensualidad del jarrito y abrió la puerta. Antes de que el señor Dong dijera algo le puso el dinero frente a su cara con la mano estirada para intentar poner distancia -Aquí está la renta. No me moleste en un mes- 

-Oh, vamos Jimin. Tú sabes que todas tus rentas podrían quedar saldadas si tú me dieras placer- dijo su casero al tiempo que le dedicaba una mirada lasciva. El hombre sabía del secreto del chico y ya en alguna ocasión había intentado tener un privado con él pero se había negado a pesar de que le recortaron su sueldo como sanción. 

-¡Nunca! Ni crea que me planeo quedar mucho tiempo más aquí- eso era lo que más quería en el mundo, tener el dinero suficiente para poder mudarse de ese inmundo lugar. 


Busan 6 meses atrás. 

Jungkook acarició la suave piel de su hermosa esposa, aún estaban desnudos bajo las sábanas después de unas rondas de pasión en la que ambos habían disfrutado en demasía. Debían aprovechar el tiempo después de que su pequeño hijo se durmiera y antes de por algún motivo se fuera a despertar  

Ambos eran una pareja estable, se adoraban y se lo dejaban saber el uno al otro cada que podían. Lisa se paró de la cama para poner su ropa interior y camisón y así poder dormir sin problema. 

El día siguiente, Jungkook se despertó y alistó para ir a la oficina, se despidió de su esposa con un beso y se fue. Ella se quedaría un rato más en lo que llevaba a su pequeño a la escuela y luego trabajaría en Home Office hasta el momento de recogerlo. 

Todo transcurrió normal hasta que el teléfono de la oficina sonó -Señor Jeon, tiene una llamada de la escuela de su hijo. Su esposa no ha ido a recogerlo- Jungkook sintió cómo se le helaba la sangre. Eso no era algo normal, consultó su reloj y vio que había pasado una hora desde que habían finalizado las clases. Tomó la llamada y la situación le fue explicada diciendo que la señora Jeon no contestaba las llamadas y por eso recurría a él. 

Todo el rato camino a la escuela estuvo tratando de llamar a Lisa, pero efectivamente, no había forma de localizarla y llegó un momento en que fue bloqueado, ya no se podía poner en contacto con ella. 

Recogió al niño y al llegar a casa, Jungkook fue a su habitación esperando encontrar a su esposa, pero no estaba ahí. Quizá había salido y se le había hecho tarde; algo debía haberle sucedido fuera de lo común ¿Pero qué? ¿Por qué no se había puesto en contacto, no había ido por su hijo y ahora lo había bloqueado? Pasó al vestidor rumbo al baño llevándose una gran sorpresa... no había ni una sola prenda de su esposa, ni sus zapatos, ni sus joyas, en el baño ni su cepillo de dientes, nada. -No puede ser... se ha ido... nos dejó- dijo incrédulo. ¿Por qué si se amaban y todo estaba bien entre ellos? Al menos eso había pensado él, tal vez para ella, habría sido diferente. 

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Y arrancamos con esta nueva historia. Gracias por acompañarme mi gente bonita, espero sus votos y comentarios como siempre. Aquí sí prometo mucha puerquedad como bien les había dicho. 








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