Seducción y placer

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Jungkook se sentía nervioso, a decir verdad era su primera vez en un lugar así aunque no le había dicho a Taehyung y él parecía suponer que ya tenía experiencia en el asunto -Vas a ver que no es como en otros lugares, o al menos con ella. Tú sabes, te bailará en el pole y debes seguir la regla de no tocarla pero ella sí lo puede hacer y ahí es cuando te dará placer. Tanto que no te arrepentirás de dejarle una cuantiosa propina en su hermosa lencería... Ahora tendré que volver a ahorrar, pero verás que me agradecerás el favor- 

En unos minutos llegó uno de los elementos de seguridad del lugar e invitó al pelinegro a seguirlo por entre las mesas, luego al lado del escenario y posteriormente detrás de éste. Ahí el área se dividía en varias ramificaciones, unas que iban a los camerinos, otra a las salas privadas y una hacia un sótano. Tomaron el camino hacia las salas y el hombre abrió la puerta dejándolo pasar primero -Tendrá una hora. Min-ha ya viene, recuerde que no puede tocarla ni besarla y está siendo video-grabado. Cualquier falta a esta regla será reportada y usted no tendrá derecho a volver a este establecimiento- 

Una vez que Jungkook asintió, el guardia salió y dejó entrar a la bella chica que ahora portaba un mini vestido azul marino de lentejuelas, hombros descubiertos y cuello alto, unas botas largas y un antifaz del mismo color. 

Min-ha fue hacia el pequeño escenario donde estaba el tubo en automático, ni siquiera reparó en quién había sido la persona que había contratado sus servicios, no le importaba. Fue hasta dar la vuelta hacia enfrente para iniciar su rutina que lo vio y sin querer, le sonrió, sintiéndose agradecido de que fuera él. La música comenzó y se trepó al pole donde giraba, hacía poses sexys que dejaban ver sus bellas piernas. De pronto, sintió la necesidad de ser aún más sensual; así, se paró dejando el tubo frente a él pero que Jungkook lo viera de lado, bajó hasta el suelo y subió haciendo resaltar sus curvas con el movimiento de cadera. Continuó su baile y antes de terminar, se puso de espaldas a su espectador, saltó al tubo, se puso de cabeza y abrió las piernas haciendo que el vestido se subiera y dejara al descubierto su redondo trasero dividido por la tanga de encaje.  

Jungkook no podía decir o hacer nada. Desde que la vio llegar se había quedado en la misma pose, sentado petrificado con las manos sosteniendo el abrigo entre sus piernas ocultando lo único de su ser que había reaccionado por sí mismo. 

Caminó lentamente, moviendo su cadera a cada paso y al llegar frente a él se hincó sin dejar de ver directamente a sus ojos. Esos ojos que ya lo habían conquistado y que Min-ha sentía que no podía dejar de mirar hasta que se dio cuenta que debía hacerlo, debía mirar hacia otro lado pues para eso lo había contratado. 

Tomó las manos de Jungkook y las puso a los lados de sus piernas, luego quitó el abrigo de encima y lo que vio lo hizo morder sus labios y sonreír sexy. Desabrochó el cinturón y luego el pantalón. El hombre apenas atinó a reaccionar al sentir un tirón y una linda voz diciendo -Deja bajarlo-. Como Min-ha, Jimin casi no hablaba, pero cuando lo hacía, podía fingir la voz para tenerla bastante más fina y aguda. 

*Aviso de puerquedad* 

Lo que sintió Jungkook a continuación lo elevó a otra dimensión. La bella chica apenas vio su erecta hombría, se relamió y no dudó ni un instante en adentrarlo a su boca. Lo adentró y sacó varias veces seguidas, ejerciendo una succión deliciosa. Lamió la punta de donde ya comenzaba a salir un poco de líquido, parecía estar saboreándolo, Luego bajó su boca hacia sus testículos, lamió y succionó con una fuerza suficiente ambos haciéndolo sentir en las nubes y se lo estaba dejando saber con algunos jadeos y su respiración agitada. 

Min-ha por su parte, se estaba esmerando como nunca. Esta felación la estaba haciendo con agrado, no tenía conocimiento de quién era ese hombre, pero quería hacerlo sentir placer, quería que se viniera gracias a él y sus servicios. 

Metió toda su extensión a su boca y se esforzó aún más en una garganta profunda que le hizo tener una pequeña arcada, pero no cesó, por el contrario, lo volvió hacer. Deseaba que Jungkook le follara la boca, deseaba a ese hombre, tanto, que él mismo se fue excitando y le regalaba soniditos así como unas mejillas enrojecidas que él hombre en el sillón vio de reojo y lo llevaron a pensar que Min-ha era una criatura hermosa, más que perfecta. 

Jungkook seguía jadeando, en cualquier momento acabaría. Recargó su cabeza en el respaldo del sillón y sin aviso, le llenó la boca a la chica -Oh, lo siento... yo...- dijo alarmado, esperando cualquier signo de reproche o voces molestas. Sin embargo lo que vio fue a la chica tragando todo y luego relamiéndose, dejando en claro que no le había importado en lo más mínimo. 

Ella se puso en pie con dificultad, tratando de reprimir una mueca de dolor que el otro notó, pero pensó que se trataba de dolor por la pose adquirida. Sin embargo, el verdadero motivo era que algo allá abajo le dolía como los mil demonios. 

Min-ha se subió un poco el vestido por la parte trasera, dejando ver el pequeño resorte en su tanga y su glúteo izquierdo. Jungkook rápidamente sacó de su cartera todo el dinero que llevaba encima, mismo que atoró en la prenda y rápidamente ella bajó su vestido -Gracias- dijo. Y tras volver a regalarle una sonrisa, se fue. 

*Fin de la puerquedad* 

Al salir del privado casi corrió a los camerinos y se fue a encerrar en uno de los baños. Le urgía poder quitarse la tanga y el pegote con el que se detenía su hombría al cuerpo para que no se notara. Una vez hecho eso, cerró los ojos y se dedicó a darse placer pensando en la mirada y  cuerpo de aquel pelinegro. 

Jungkook se reunió nuevamente con Taehyung que había estado bien acompañado de otra de las bailarinas a quien quitó de su regazo cuando lo vio regresar -¿Y bien?- le miró y se puso a reír -Nah, no hace falta que me lo digas. Se te ve en la cara que todo valió la pena- 

Regresaron al departamento de Jeon. Jennie se despidió junto con Taehyung y ellos también fueron a sus respectivas moradas. Jungkook se quedó pensando en lo que acababa de suceder y en la hermosa mujer que era Min-ha, sus curvas, sus ojos, pero sobre todo la hermosa y sensual sonrisa que le había regalado varias veces. 

Una vez terminando su turno, Jimin regresó a su departamento y se puso a revisar sus mensajes de correo y redes sociales. Ahogó un grito de emoción cuando vio el mail de una escuela a la que había aplicado como profesor y había sido aceptado en ésta. Al fin tendría nuevamente un trabajo decente, podría dejar de bailar y dar placer a hombres en un tugurio. Al día siguiente renunciaría y el lunes iniciaría su nuevo trabajo. Con este entusiasmo y augurando un gran futuro para sí, Jimin se fue a dormir. 

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Yay! Mi gente bonita, espero les guste éste capítulo. Muchas gracias por estar leyendo. 

Amo cada versión de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora