Amor y suplicio

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Los hombres de Kim Namjoon entraron a la sala y dejaron a la mujer a sus pies arrojándola al suelo. La pobre ya no tenía fuerzas para evitar una estrepitosa caída y se dio de lleno contra el suelo en sus rodillas y pómulo izquierdo que ahora dolía y estaba enrojecido según vio el hombre cuando ella apenas pudo ladearse un poco. Ya ni siquiera lo miraba, ni suplicaba su perdón, ya se había dado cuenta que eso no serviría. Aquel chico que había conocido en su adolescencia, aquel que era gentil y agradable, ya no existía y todo gracias a que ella lo había despreciado por su físico; jamás pensó que esa acción de una jovencita inmadura de dieciséis años le sería cobrada tan cara quince años después. 

Namjoon la levantó del suelo, la arrojó al sillón para hablarle con odio en sus ojos  -Ya eres casi un saco de huesos, que bueno que mis amigos y clientes no ven a quién se están cogiendo. Así ni excitas a nadie- la jaló por el cabello para que lo mirara -¿Será que no comes porque quieres morirte ya? No te preocupes, no durarás mucho tiempo más- Fue a su habitación a darse un baño para luego dormir sin ningún remordimiento. 

Mientras tanto, Jimin y Jungkook estaban en la habitación de su departamento comiéndose a besos, desnudándose y listos para entregarse mutuamente con amor, con dulzura pero también con pasión y lujuria, cuidadosos de que no fueran a despertar al infante a unos metros aunque según habían visto, ya no despertaba a mitad de la noche. 

*Aviso de puerquedad* 

Jungkook sintió una suave y húmeda lengua recorriendo su torso, desde su ombligo hasta sus pezones donde uno de estos fue mordido y chupado ligeramente y el otro tomado entre los pequeños dedos de su experto novio que luego regresó a darle atención a su rostro y besó sus labios con ardiente necesidad. Ambos sintieron cómo sus miembros se endurecían cada vez más y Jimin dejó escapar un gran gemido -Aaaaahhhh... lo siento...- 

El pelinegro lo abrazó con un brazo y el otro lo colocó debajo de su cuello para luego rodar en la cama y ahora quedar él arriba sin dejarle caer todo su peso. Sacó su mano de la nuca de su amado quien le sonrió por la muestra de cuidado y protección y rápidamente fue él quien lo atrajo hacia sí. Se volvieron a besar hasta que finos hilos de saliva comenzaron a salir de las comisuras del menor y otro gemido se escuchó cuando Jungkook se empezó a restregar y sus miembros comenzaron a rozarse entre sí. 

-Me fascina escucharte gemir, desearía que lo hicieras con total liberad y desenfreno como esa vez en el hotel. Deberíamos de repetir la experiencia, pero esta vez en uno un poco más cómodo y elegante- Jimin asintió y Jungkook le delineó las facciones con adoración. 

Se separaron y el menor se puso boca abajo para que Jungkook pudiera comenzar a dilatarlo, separando su trasero con una de sus manos, ese hermoso y perfecto trasero que no se cansaría nunca de ver y amasar a su antojo. El más joven acallaba sus gritos con la almohada cada que tocaba su punto de placer y es que ya se había vuelto experto en encontrarlo. 

Cuando estuvieron listos, el castaño se puso de espaldas a la cama y al fin fue penetrado. Una de sus piernas estando hacia el lado y la otra arriba del hombro del fuerte pelinegro que se movía sin dar tregua mirando con una sonrisa triunfante a Jimin quien hacía expresiones de sumo placer. 

Volvieron a cambiar de posición boca abajo para de esta forma llegar más adentro y con mayor facilidad a la próstata, pero además, Jimin volvió a buscar la boca de Jungkook. Quien sabe por qué, pero esta vez, necesitaban de esos besos, no eran solamente por placer sino porque con ellos se estaban comunicando lo mucho que se amaban, perdiéndose en la mirada del otro, adentrándose en sus almas además de en sus cuerpos. Jimin no podía sentirse más amado, más cuidado y protegido, tenía lo que siempre había deseado; se sonrieron mutuamente y de un momento a otro acabaron. 

*Fin de la puerquedad* 

Jungkook salió del esbelto cuerpo y miró como su esencia era expulsada por el dilatado esfínter que comenzaba a regresar a su normalidad. Después fue por unos pañuelos para limpiarse un poco e igual la cama -Cuando despertemos echaré a lavar las sábanas y las pijamas junto con la demás ropa. Al fin es domingo- Jimin echó a reír -Eres todo un amo de casa, acabamos de hacer el amor y ya estás pensando en lavar- Jeon también rio. 

La mañana comenzó como cualquier otra para ellos. Jimin preparó el desayuno, el amo de casa echó la tanda a la lavadora y Minho puso la mesa gustoso; ya se había hecho a la idea de que el profesor Park vivía con ellos y él y su papá se amaban. Aunque jamás había visto alguna muestra física de afecto mas que sonrisas y pequeños besos, con eso le bastaba para saber que ellos eran felices. 

Al finalizar de desayunar, arreglarse y poner a secar la tanda de ropa, salieron a pasear como cualquier familia a un parque. Así, mientras Minho se divertía en los juegos, los dos adultos descansaban bajo la sombra de un árbol -Mañana interpondré la demanda en los juzgados. Ya comenté con mis superiores para que me apoyen y podamos también de una vez alegar los delitos de privación ilegal de la libertad y trata de personas. Cuando regresemos añadiré estos al documento- 

Mientras tanto, Chong llegó a la mansión -Señor Kim, le traigo la USB con el video del tipo que me golpeó y se llevó a Minha al hospital. Dicen que él mismo la sacó de éste y se la llevó en su camioneta. Supongo ella estará en donde él- 

Aquel hombre hizo un movimiento indicándole a colocar la memoria en la laptop conectada a la enorme pantalla, abrió el archivo y el video comenzó a correr -Pausa y acerca la imagen- ordenó. Se puso en pie y se acercó un poco como analizando el rostro de aquel pelinegro -Me parece conocido de algún lado- pero no recordaba de dónde -Déjame el video, puedes retirarte- y haciendo una reverencia a noventa grados, Chong se fue. 

Namjoon volvió a correr el video, pero esta vez en cámara lenta, pausando una y otra vez, amplificando el rostro, seguro de conocerlo. Tal vez alguno de sus clientes, algún empresario o político y después de un momento, la respuesta llegó a su mente -¡Lo tengo!- y de inmediato pidió que trajeran a la mujer a su presencia. 

Sus hombres llegaron con ella a rastras y la dejaron en el suelo. Kim la levantó y puso en el sillón para que viera en la gran pantalla con una sonrisa que le heló la sangre -Quiero que veas este video- la chica no quería hacerlo y él le sostuvo la cabeza -¡Dije que vas a ver este video!- volvió a poner play y pausó en la imagen de Jungkook, ella abrió los ojos y tembló -Mira a quién tenemos aquí. Hace algunos meses yo le quité a alguien que le pertenecía y ahora él tiene a alguien que me pertenece. Creo que le tendré que hacer una cordial visita a tu ex-esposo Lisa- 

-¡No! ¡No le hagas nada a Jungkook!- gritó y con las pocas fuerzas que le quedaban se sostuvo del brazo de Kim tratando inútilmente de detenerlo -Te lo suplico, déjalo- 

-Vaya Lisa, pensé que ya nunca me ibas a volver a hablar ni suplicar- se quitó de su agarre -Pero temo que quiero a Min-ha de regreso y ella está con él, así que por su bien y el de tu engendro, espero que cooperen y me la devuelvan- y diciendo esto, Kim salió del lugar en busca de su hombre de confianza Min Yoongi quien se encargaría de investigar dónde estaba el domicilio de Jeon Jungkook. 

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Muajaja mi gente bonita ¡Lisa in your area! Al fin, después de cuatro capítulos de anunciar su regreso. ¿Qué pasará con el Jikook en su nube de amor? 

Amo cada versión de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora