Incosteable e inconcebible

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Jimin levantó el mentón con altanería -Vine a hacer una visita pues escuché buenos comentarios del lugar. Pero la zona da mucho que desear- acompañó esto con una mueca. 

-Oh, señor. Sé que no es un lugar bello por fuera, pero verá que dentro es lo mejor de todo Seúl- volvió a reverenciar -Acompáñeme por favor ¿Gusta algo de beber?- llamó al barman con un movimiento de mano y el chico se apresuró hacia el par presto a recibir indicaciones. 

-Un whisky Macallan estará bien- tanto el barman como Chong se quedaron perplejos. Jimin sabía que no contaban con algo así al ser uno de los más caros del mundo -... un etiqueta negra entonces. Veo que no tienen el que deseo, una lástima. Me gusta que cumplan mis caprichos- 

-Jin-Suk, el señor entrará a mi oficina, que lleven una botella nueva allá- mencionó el hombre y acto seguido invitó a Jimin a acompañarlo -No podemos hablar bien aquí, es mejor hacerlo en un lugar con privacidad- 

-No puedo creer lo sencillo que fue esto, ni me ha preguntado nada acerca de quién soy y ya me está invitando a su oficina- no sabía si era solamente por su pinta o porque era un verdadero tonto. Wu los acompañaba de cerca como si de verdad fuera su escolta y no solamente un pasante de abogacía; al parecer también se estaba tomando muy en serio su papel.  

Caminaron por el pasillo, pasaron la división hacia los privados, los camerinos y el sótano y luego llegaron a la puerta de la oficina -Espera aquí- dijo el dueño del lugar a Wu quien lo vio con cara de pocos amigos. 

-Señor Chong, no pienso entrar a ningún lugar sin mi escolta. Usted comprenderá que alguien como yo no puede confiar en nadie, así que o él entra conmigo o me veré en la necesidad de marcharme del lugar- la forma en que lo había dicho no dejó más remedio que hacerle caso y dejar a ambos pasar, sin embargo, algo llamó su atención. 

-¿Cómo es que sabe mi nombre?- él no se había presentado. 

Jimin pensó rápidamente, tenía habilidad para improvisar y salir de problemas rápido, algo que como profesor había desarrollado -Como le dije me informé desde antes de venir quién era el dueño del lugar... bueno, el que dice ser el dueño, porque también sé que usted no lo es- Tomó asiento en una de las sillas frente al escritorio. 

-¿Qué... qué quiere decir?- Chong quien se había puesto nervioso de inmediato y de no ser porque ya se había sentado quizá sus piernas hubieran flaqueado. No sabía quién era el joven, pero estaba seguro que era alguien importante y con conexiones. Nadie sabía ese dato. 

-No hay que ser un adivino para saberlo. Simplemente y con todo respeto, usted no parece la clase de persona que pueda manejar un lugar así, pero no se preocupe, no diré nada si usted me trata bien y atiende a mis solicitudes- cruzó la pierna y dibujó una sonrisa ladeada en su rostro. Disfrutaba ver a Chong preocupado y tratando de complacerlo. 

Tocaron a la puerta, el hombre dio acceso y la mesera dejó la botella y dos vasos con hielos sobre el escritorio mostrando la botella y sello al visitante para luego retirarse. Chong aprovechó para servir los dos vasos -Y bien ¿Cuáles son esas solicitudes señor...?

-Jeon, Jeon Minho- dijo sin pensarlo mucho. El nombre del pequeño hijo de Jungkook fue lo primero que le vino a la mente -Mi petición era estar con Min-ha, pero a juzgar por la afluencia que vi allá afuera, puedo ver que sigue sin estar disponible. Así que ¿A quién podría usted ofrecerme para satisfacer mis necesidades?-

-Bueno, Min-ha solamente daba privados y orales, ninguna de nuestras bailarinas hace nada más que bailar. Ehm... entonces no hay quién pudiera darle un servicio más... completo- trató de ocultarlo, pero se podía dar cuenta a todas luces que el señor Minho sabía perfectamente que sí podía tener sexo en el lugar. 

-Usted sabe que no hablaba de las bailarinas sino del espacio del sótano. Ese donde sus cámaras están grabando pero no trasmiten- señaló hacia atrás a la pared con los monitores y dio un pequeño sorbo a su bebida -Puag ¿Cómo le puede gustar esto a Jungkook?- 

Chong ladeó una sonrisa, sabía que podría sacar una cantidad enorme de dinero si daba acceso a aquel chico al glory hole pero este estaba reservado solamente para íntimos del señor Kim quienes entraban por la puerta de atrás y salían por la misma sin que nadie los notara -El señor Kim no tendría por qué enterarse. Podría cobrarlo yo y embolsarme ese dinero directamente sin decirle nada- nunca se le había ocurrido la idea pues en primera, temía a su jefe y en segunda, no había encontrado a nadie que pudiera pagar la tremenda suma, porque si un privado con Min-ha era caro, el glory hole era casi prohibitivo. -Está bien señor Jeon, podrá entrar a esa sección del lugar, pero debo advertirle que no está disponible para todo público, que me estoy jugando el pellejo y que el pago lo deberá hacer en efectivo conmigo- 

Al chico y su escolta los tomó por sorpresa ese asunto, no habían considerado el que tuvieran que pagar algo y no sabían cuánto costaría, pero era seguro que ni juntando el dinero de los dos, podrían pagar ni la mitad. Jimin se puso en pie delicadamente y fue hacia los monitores tratando de hacer tiempo -Está bien señor Chong ¿De cuánto estamos hablando?- Cuando escuchó la cantidad, por poco cae fulminado, lo bueno es que estaba de espaldas al tipo. Se dio la vuelta tratando de verse normal -Sucede que no salgo con esa cantidad de dinero en efectivo normalmente. Usted entenderá que es por medidas de seguridad, además de que pudiera resultar muy sospechoso. Podría hacer unas cuántas llamadas y conseguir la cantidad. Solo que mientras, tengo otra petición- 

Lo que él decía tenía sentido ¿Cómo no se le ocurrió? Era obvio que no cargaría tal cantidad de efectivo -Bien, le daré tiempo... ¿Cuál es la otra petición?- 

-Necesito ver los monitores- señaló los dos que tenían la contraseña sin ninguna imagen en ellos -Si voy a pagar esa cantidad, necesito ver con quién o quiénes me voy a meter- 

-Señor, es un glory hole, se supone que no puede ver a quiénes se folla- obvió, pero casi se podía palpar el temor por la simple idea de que Jimin deseara ver a esas mujeres. Ni siquiera los amigos del señor Kim las habían visto alguna vez pero tampoco les interesaba; A nadie les interesan esas mujeres que no eran mas que un objeto sexual sin embargo, a él sí le interesaba una de ellas, aquella que estaba pagando por quien sabe qué cosa desde hacía más de diez meses -Era tan bella y ahora...- 

-Señor Chong, regrese- dijo Jimin moviendo su mano frente a la cara del mencionado quien se había quedado en sus pensamientos -Le decía que yo no voy a entrar a ese lugar si no sé quiénes están ahí así que le agradezco pero me retiro- 

-Oh, no, no se vaya señor Jeon...- se apresuró a decir. Quería ese dinero, no desaprovecharía la oportunidad. En la oficina no había cámaras, Kim nunca se enteraría que iba a mostrar las imágenes -Por favor, nunca vaya a mencionar que yo le mostré estos monitores- 

-Tiene mi palabra señor Chong- Kris también se acercó y el hombre se puso a la defensiva -Él deberá mirar para otro lado- y Jimin asintió pidiéndole de forma muda a Wu que por favor hiciera lo solicitado, solo así podrían saber lo que se ocultaba.  

El pseudo dueño del antro tecleó una clave y ambos monitores cambiaron dejando ver las imágenes del sótano. Una de las pantallas mostraba el interior de cada cubículo donde tres mujeres estaban esperando para ser folladas, pero en el otro monitor... Jimin tuvo que ahogar un grito al ver que una mujer estaba amarrada a una mesa de madera con sus piernas abiertas hacia el agujero en la pared. La pobre lucía demacrada y era como si su alma hubiera abandonado su cuerpo aunque seguía viva. Chong también se estremeció ante la imagen, odiaba verla. 

-P... p... ¿Por qué esa mujer está amarrada?- preguntó Park sin poder ocultar su malestar. Cualquiera que fuera la respuesta, nadie tenía derecho a maltratarla de esa manera tan vil. 

-Por órdenes del señor Kim, mi jefe. Alguna cosa hizo, algo muy grave para terminar pagando de esta forma- se quejó un poco. 

Jimin jamás se imaginó que todo este tiempo, el lugar hubiera estado ocultando semejante atrocidad. Él pensó que todas las chicas del sótano iban por voluntad propia por el simple placer y ahora se daba cuenta que frente a sus narices, un negocio de trata de blancas era llevado a cabo. 

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Y así mi gente, otro nuevo capítulo llega a ustedes. Muajaja ¿Qué estará pasando? 





Amo cada versión de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora