Capítulo 42

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Sam tiro su saco al sofá mientras se quitaba la corbata, después de la cena con la madre de Rubén los dos habían regresado al hotel cansados, aunque el peliblanco parecía más perdido en sus pensamientos.

-Me daré un baño ¿prefieres ir tú primero?

-No, en realidad, solo quiero dormir- Rub se sentó en la cama sacándose el saco y los zapatos

-Te pasa algo, pareces distraído

-No es nada, solo...te quería agradecer

-¿Porque?

-Por acompañarme, aceptar cenar con mi madre, soportar sus miles de preguntas, ya sabes

-Tu madre es muy linda, en realidad me lo pasé bien, no tienes nada que agradecer- Samuel comenzó a desabrochar su camisa

La mirada de Rubén fue hacia los movimientos de manos del pelinegro, las palabras de su madre volvieron a taladrar su mente, una parte de él no quería creer en los sentimientos que su madre decía que veía por parte de Samuel, pero otra parte se moría porque fuera cierto.

-¿Porque lo haces?

-¿Qué?- Sam lo miro curioso quitándose la camisa

-Todo esto-hizo un ademán con sus manos- Planear la manera de traerme a Paris, cambiar la reservación, acompañarme a la cena con mi madre, creí...creí que nuestra relación era puro sexo

-Lo es

-¿Entonces porque te tomas tantas molestias? ¿Porque haces este tipo de cosas por mí?

Sam suspiro antes de sentarse a su lado sin mirarlo, Rubén se acomodó de costado para verlo mejor, esperando de que hablará

-La verdad ni yo sé cómo explicarlo, contigo todo es diferente, incluso he roto mis propias reglas

-Pero ¿porque?

-Eres diferente al resto- Sam lo miro con una sonrisa- No caíste antes mis encantos, yo caí ante los tuyos

-Vale, entonces porque no fui una de tus conquistas normales ¿me tratas diferente?

-Un poco es por eso, pero aparte de tus provocaciones, que aún no perdono, por cierto- Rub río- Eres la primera persona que me saca de mi zona, no solo en el sexo sino en todo lo demás

-¿Cómo qué?

-Nunca había cocinado con nadie, ni tampoco le hubiera permitido a quedarse en mi casa sin tener sexo o viajar con esa persona, son cosas muy personales

-¿Como el dormir en la misma cama?

-Exacto, son algo que hacen las parejas, y yo no quiero una relación, pero contigo...es diferente, sale natural, soy yo mismo

-¿Y eso es por...

-Es solo porque eres igual de persistente que yo y siempre estás haciendo berrinche- Sam río dejando un beso en su mejilla- Iré a bañarme

Se puso de pie tratando de caminar al baño, pero Rubén se paró de la cama para tomar su brazo y jalarlo hacia él. Por un momento los dos se quedaron mirando, pero ninguno dijo nada

-Rubén...

Los labios del peliblanco cortaron sus palabras, sus manos se enrollaron en su cuello acariciando su cabello mientras Samuel bajaba las suyas desde su espalda hasta sus caderas. Caminaron poco a poco hasta la cama hasta que se acostaron de manera lenta en ella, sus movimientos eran suaves, como si el uno tuviera miedo de dañar al otro

Samuel bajo sus besos por la barbilla hasta llegar al cuello de Rubén, el chico bajo él aprovecho para acariciar su espalda desnuda mientras se acomodaba. Las manos de Sam aprovecharon en desabrochar la camisa de Rubius hasta quitársela completamente y acariciar sus pezones junto a su abdomen, eran toques tan suaves que el peliblanco podía sentir que se estremecía con cada caricia

Tomo el rostro de Samuel para quitarlo de su cuello y unir sus labios, podía sentir la necesidad en el beso, aunque no tenía claro si era por el sexo o porque necesitaban los labios del otro. Bajo sus manos hacia el pantalón del pelinegro desabrochándolo, metiendo su mano en su bóxer para tomar su miembro logrando que soltara un jadeo sobre su boca, pero aun así no lo dejo de besar

Movió su mano de arriba a abajo en el miembro de Samuel ganándose gemidos entre besos, sintió como las manos del contrario buscando desnudarlo por lo que lo ayudo pateando sus pantalones lejos de ellos y abriendo las piernas dándole completo acceso

-Eres...un...impaciente- Sam hablaba entre besos en sus labios

-Te necesito, más que otras veces

Noto como el pelinegro se alejó para verlo, lamió sus labios antes de volver a unirlos y meter uno de sus dedos en él de manera tan lenta y delicada que Rubén no pudo aguantar el gemido que salió de sus labios. Sus labios parecían no despegarse, ni cuando Samuel metió un segundo dedo, ni mucho menos un tercero, preparándolo para entrar en él

-Daddy...

-No, hoy no quiero que me digas así

Rubén se sorprendió, pero antes de que pudiera hablar Samuel lo miro con un brillo especial en los ojos haciendo estremecer al peliblanco

-Sam, por favor, te necesito

El chico sonrió antes de entrar en él sin dejar de mirarlo, Rubén no pudo evitar gemir, pero más que por la intromisión fue por el hecho de tener esa mirada que podía confundir con cariño de Samuel

-¡Oh por los dioses!- Samuel jadeo ocultando su cara en el cuello de Rubén- No me aprietes

-Lo...lo siento

Comenzó a moverse dentro de él, mantenía un ritmo perfecto, mientras que Rubius ayudaba moviendo sus caderas y gimiendo en su oído. Enrollo los brazos alrededor del cuello de Samuel mientras él seguía con su cara oculta entre su cuello dejando pequeños besos ahí

-¡Joder, te...- Rubius mordió su labio aguantando sus palabras- Sigue, por favor sigue

-Rub...¡Mierda! ¡Oh joder!

Lo penetró mucho más rápido como buscando su propio clímax, Rubén abrió más las piernas para sentirlo más profundo. Unas estocadas más y los dos se vinieron al mismo tiempo, aunque Rub se concentró más en no soltar las palabras que tenía pensadas desde hace rato

-Samuel...

-Iré a bañarme para que puedas descansar

Ni si quiera lo miro cuando se puso de pie antes de entrar al baño, escucho la puerta cerrarse de un portazo y sin más suspiro mordiendo su labio para no llorar. Lo había sentido diferente, no era simple sexo, es por eso que tenía tantas ganas de gritarle un te amo mientras lo hacían

Al parecer Samuel también había sentido eso, pero parecía no querer aceptarlo, él sabía que no encontraría a una persona a la cual enamorarse, lo tenía claro. Es por eso que se había encerrado en el baño al instante, eso no había sido una sesión de sexo más, había hecho el amor con Rubén, había querido decirle que lo quería, y eso era lo que lo había asustado

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