Capítulo 26

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Rubius sonrió cuando vio como Alex paseaba de un lado al otro en su oficina, enojado consigo mismo y a la vez al punto de una crisis nerviosa, Nieves se limitaba a verlo desde el sofá

-¡Es tu culpa por dejarme! ¡Sabes cómo me pongo cuando estoy borracho!

-Pero ¿estas bobo o qué? ¡Yo que iba a saber que te emborracharías y te encontrarías con Fargan!

-¡Yo que sé! ¡Pero es tu culpa!

Rubius puso los ojos en blanco antes de dejarse caer en su silla, por fin se había tomado un tiempo para hablar con sus amigos, la primera semana de trabajo había sido pesada, tanto que ni si quiera había podido ver a Samuel

-Podemos solucionarlo, solo le diremos a Fargan que todo fue una broma de mal gusto

-No creo que lo crea-Alex se dejó caer en el sillón- ¿Porque soy tan idiota?

-No te digas eso cariño-Nieves acarició su hombro- Lo eres, pero aun así no lo digas

El pelinegro la miró mal a lo que tanto Nieves como Rubius soltaron una risita, Alex acomodó su cabeza en el respaldar antes de suspirar cansado

-¿Porque les cuento esto a ustedes? Nieves lleva sin salir con alguien desde hace más de un año y tu ni si quiera sabes que es querer a alguien

-¡Oye! Puedo no haber salido con nadie, pero sé que es estar enamorado de una persona-Alex puso los ojos en blanco

-¿Y tú? ¿Algo que refutar? -Rubius se quedó mirando un punto fijo

-No, nada, pero tampoco el querer a una persona es una ciencia muy difícil

-¡Ja! Claro, señor experto-Alex sonrió burlón- Enamorarse no es como solo tener sexo, es más que eso

-Ilumíname sabio-Rubius le devolvió la misma sonrisa

-Enamorarte de alguien es no poder estar sin esa persona porque sientes que no respiras, que tú corazón lata tan rápido solo con verla, que todo te parezca insignificante cuando estás con ella, que te haga sentir como nadie lo hace, que esa persona sea en la que más confías, la que te hace sentir bien, con la que quieres pasar cada minuto del día, aunque sea mirándose uno al otro, que sea esa persona que con un simple beso te hace temblar todo el cuerpo, eso es enamorarse

-Woah, Alex...no sabía que tenías cosas tan bonitas para decir-Nieves sonrió enternecida

Rubius se quedó callado, bajando la mirada hacia sus manos, nervioso por esas simples palabras, porque, aunque no lo quisiera aceptar una persona estaba causando casi más de la mitad de esas cosas en él. Como si el destino fuera en su contra la puerta de la oficina sonó y sin previo aviso el causante de su confusión entró

-Necesito hablar con Doblas, ¿Me permiten? -sus amigos lo miraron a él antes de ponerse de pie y salir de su oficina

-¿Pa...pasa algo?-maldijo por lo bajo su tartamudeo

-Sí, y creo que no te va a gustar

Samuel se acercó a él, Rubius dejó de respirar al sentir como su corazón se aceleraba, le estaba pasando muy seguido, al igual que el extraño sentimiento de extrañarlo cuando no estaba con él.

-¿Estas bien? De pronto te pusiste pálido-Rubius asintió-¿Seguro?

-Sip, no es nada

-Me preocupo por ti, lo sabes

Y claro que lo sabía, esa era la principal razón por la que Rubius había comenzado a pensar en Samuel cada minuto de su día, se había comportado de una manera tan linda con él, lo había tratado bien e incluso le demostró que le importaba, justo había tocado puntos muy sensibles en su ánimo

-Estoy bien, lo prometo-Samuel le sonrió antes de atraerlo hacia él por la cintura- ¿Que...que haces?

-No te veo desde hace una semana-escondió su cara en su cuello dando pequeños besos- Extrañe esto

Rubius jadeo al sentir sus besos en esa parte, su cuerpo comenzó a temblar, sintiendo las manos de Samuel sobre él, sin pensarlo tomo la cara del mayor estampado sus labios en su boca, besándolo con necesidad. Tanto él como Samuel se sorprendieron, el peliblanco siempre se mostraba necesitado en el sexo, pero nunca buscando un simple beso

-Rubén...-Sam se separó lentamente- ¿Seguro no pasa nada?

-No, nada

No le diría que lo extraño demasiado esa semana, ni que ese simple beso lo había hecho sentir miles de cosas, ya comenzaba a tener sus dudas desde que hablo con Merli, pero como le dijo la mujer, simplemente estaba ocultando lo obvio, estaba comenzando a mostrar interés por Samuel, pero un interés más que solo sexo, lo que lo asustaba

-¿Que venías a decirme?-Rubius escapó de sus brazos posicionándose atrás de su escritorio

-Tengo que irme de viaje, durará una semana

-Oh, ¿Tanto tiempo?

-Sí, hay un proyecto que hacemos fuera del país, necesito ir a ver cómo va, no queremos problemas

-¿Vas solo?-trato de aparentar sus celos por si la rubia falsa también iba

-No, voy con Auron, así que trata de no hacer enojar a Luzu mucho

-Me gustaría ir contigo-Rubius hizo puchero, a lo que Samuel lo tomo del rostro dándole un corto beso

-Tal vez en otro momento, pero ahora recién estás comenzando en este puesto y creo que no sería conveniente

Rubén asintió con una mueca triste, Sam aprovecho que, bajo la mirada para acorralarlo contra el escritorio y su cuerpo, tenía esa sonrisa coqueta que tanto le gustaba al chico

-Prometo que al regresar nos divertiremos demasiado-dejo un beso en sus labios bajando hasta su cuello- Espérame listo bebé

-A sus órdenes daddy

Rubius gimió al sentir como el pelinegro mordía su cuello antes de alejarse de él y salir de su oficina, se dejó caer en su silla, tocando el lugar en donde lo había besado antes de soltar una sonrisa tonta, estaba perdido

||Please, daddy|| 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora