Golden hour; chewis.

01

Despertó de golpe, sudoroso y agitado después de haber tenido nuevamente el mismo sueño, o más bien pesadilla.
Se levantó temblando de su cama, todavía seguía asustado por culpa de ese tan vívido sueño. Se dirigió al baño, tomó una ducha de agua fría para despertarse mejor y despejar su mente. Al terminar se vistió y después se dirigió a la cocina para ver que se prepararía de desayuno esta vez.

Su teléfono comenzó a sonar mientras comía su cereal. Si, cereal porque realmente le había dado flojera cocinar algo más complicado.

Lo respondió de inmediato en cuanto vio que era su padre quien lo llamaba.

-Lewis hijo, buenos días, ¿tienes planes para hoy? -le preguntó en cuanto su hijo respondió.

-Buenos días padre, no estoy seguro, es casi mi último día libre antes de el debut en formula 1. -respondió sin más y terminó la última cucharada de su razón de cereal.

-Hoy empieza la temporada de formula 3, ¿no te gustaría asistir? -le preguntó.

-¿Tu irás? -le preguntó.

-En realidad no, pero tu deberías para distraerte un rato.

-Tendré que ir un rato entonces.

La llamada terminó tan rápido como comenzó, y el se alistó para ir a ver el inicio de la formula 3 británica de ese año.

Ese día Lewis por alguna razón decidió ir a la primera carrera dentro de la formula 3 británica, tenía curiosidad de ver a los mas jovenes; recordar cuando el estuvo tambien allí. Después de todo era de su país, por eso le interesó ir a verla.

El tendría su debut dentro de la formula 1 dentro de unos días, obviamente le emocionaba, pero también le ponía algo de nervios, pero sabía que le iría bien, se esforzaría por dar un buen rendimiento.

Condujo directamente al lugar donde se llevaría acabo la primera carrera de ese año. Al llegar se estacionó y luego se dirigió a la entrada del lugar.

Caminaba mirando su teléfono, ya que estaba distraído terminó chocando con alguien. Su teléfono cayó al suelo al impacto. Se agachó para recogerlo, y terminó golpeando su cabeza con la del contrario que igualmente se había agachado para tomar su teléfono y regresárselo.

—Auch -se quejó el más bajo mientras sobaba su cabeza después de tal golpe, pero le regresó el teléfono al mayor en cuanto se incorporaron. —Disculpe, no vi por donde iba -río nerviosamente.

El mayor lo miró directamente a los ojos, recibió el teléfono en sus manos. —No hay problema, no tuviste la culpa por completo, también fue en parte mía -río levemente. La mirada de ese chico era demasiado hipnotizante para el. También notó la diferencia en su forma de pronunciar las palabras, seguramente era un extranjero.

—Oh por dios, ¡eres Lewis Hamilton! -alzó un poco la voz por la gran sorpresa de tener a uno de sus ejemplos a seguir frente a el. —Es un gran gusto conocerlo -sonrió de par en par, extendiendo su brazo para saludarlo educadamente con un estrechon de manos.

Lewis no pudo evitar sonreír al escuchar al menor hablar, le parecía tierna la manera en que se dirigía hacía el. Dudó mucho en aceptar el saludo, no por ser descortés, sino porque el contacto mínimamente físico le incomodaba, por no decir que le desagradaba completamente por cosas de su pasado que seguían dentro de su alma torturándolo cada que lo recordaba. Pero por alguna razón su cuerpo actuó automáticamente y aceptó la mano del menor estrechándola con suavidad.

—¿Puedo preguntar por tu nombre? -preguntó Lewis al soltar la mano del menor.

Checo lo miraba con completa atención. Asintió rapidamente. —Por supuesto, mi nombre es Sergio Perez, aunque mi familia y gente cercana me dice Checo. -sonrió suavemente.