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El primero en despertar a la mañana siguiente después de la noche de fiesta de ayer fue Lewis. Quien sentía un pequeño dolor de cabeza. No pudo evitar sonreír de par en par al ver a Checo allí abrazado junto a el, recostando su cabeza en su pecho dormido tan plácidamente.

El se estiró cuidadosamente para no despertarlo y bostezó. Después no pudo evitar acariciar suavemente su cabeza. Se sonrojó levemente en cuanto notó las incontables marcas en el cuello del menor y también en su pecho.

Todavía no podía creer que realmente anoche al fin lo hubieran hecho, los recuerdos de la noche anterior lo inundaban, haciéndolo tragar en seco al recordar todo lo que hicieron.

Realmente habían aprovechado bien la noche.

Se levantó cuidadosamente después de zafarse del agarre del mexicano.

Se digirió al baño para tomar una ducha fría ya que eso le haría despejar su mente de tantos pensamientos calientes para horario tan temprano.

Se sorprendió de sobremanera al ver su cuerpo lleno de marcas echas por el mexicano y su espalda rasguñada también por su lindo pecoso.
Sonrió como estupido.

Después de terminar de ducharse y vestirse decidió pedir desayuno para los dos, cuando por fin llegó tomó la bandeja para acercarse a la cama junto a Checo.

—Checo amor despierta -decía el británico.

El menor realmente tenía el sueño pesado. Lewis rió levemente, decidió inclinarse hacia el y comenzar a dedicarle dulces besos en todo el rostro, por sus mejillas, frente, nariz y por último uno en los labios.

Despertar junto al pecoso había sido tan lindo, que esperaba que su vida no cambiara y pudieran despertar así muchas veces más, algún día sucedería. Despertarían uno junto al otro a diario, eso esperaba.

Se separó rápidamente cuando su teléfono móvil comenzó a sonar.

Eso fue lo que despertó al menor.

-¿Lewis que hora crees que es? -le preguntó Toto en cuanto respondió la llamada.

-Los jovenes de hoy en día y su adiccion por la fiestas, les dije que no era buena idea y menos un día antes del Gran Premio -suspiró el austriaco.

Lewis miró la hora en la pantalla de bloqueo y tragó saliva, ya era tarde y la carrera empezaría pronto.

-Perdon me quedé dormido -admitió el británico.

-Igual no te preocupes tanto, no eres el único que no ha llegado sino que también Sainz, Sebastian y Raikkonen todavía no llegan. Los Ferrari tienen mucho más preocupados a su equipo -rió el mayor para aligerar el ambiente, pero luego regresó a su seriedad.

Mientras que Lewis estaba en llamada Checo abrió los ojos lentamente adaptándose a la luz que entraba por la ventana. Se estiró sintiendo un dolor en su parte baja, también bostezó y cuando trató de sentarse sintió el dolor intenso desde su pelvis a su espalda baja.

Chingada madre, no puedo siquiera sentarme -rió con diversión el mexicano. —De verdad que no fue ninguna broma eso de lo memorable que sería lo de anoche eh -seguía hablando el mexicano. Sin saber que el mayor estaba en llamada.

Lewis esperaba que Toto no hubiera escuchado eso. No pudo evitar sonreír al escuchar a su novio decir eso. Le causó gracia.

Obviamente lo escuchó y además también le había entendido ya que el era multilingüe, y el español era uno de sus fuertes.

-¿Acaso ese fue Checo? -preguntó Toto.

-Emm, llegaremos pronto -dijo Lewis tratando de cambiar de tema, maldiciéndose mentalmente por la estupidez que dijo, le había respondido a su pregunta indirectamente al hablar en plural.

Golden hour; chewis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora