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.—¡Kagome! —exclamó Sango, cuando vio a su amiga desvanecerse junto a ella. Las jóvenes habían salido muy temprano a recoger hierbas. Sin embargo, desde que llegaron se percató que la sacerdotisa parecía estar enferma, pues su rostro lo reflejó en su fingida expresión—. ¡Kagome, Kagome! ¡Reacciona, por favor!
La azabache se desmayó. Desplomándose en el suelo. No obstante, gracias a la agilidad de su amiga no se lastimó, pues ella la sujetó antes de que su cabeza chocara con la tierra. La exterminadora la acostó en su regazo, mientras intentaba darle aire con un canasto.
Era muy extraño lo que le pasó, ya que Higurashi mantenía una buena condición. Es más, su fuerza aumentó desde que volvió y se convirtió en la sacerdotisa de la aldea.
»—¡Kagome, por favor, abre los ojos! —La aludida comenzó a reaccionar al escuchar a lo lejos el llamado de su mejor amiga. Retorciéndose lentamente en sus piernas. Poco a poco, apretó los párpados, los cuales abrió muy despacio—. Kagome, ¡¿estás bien?! Dime, ¿te duele algo?
—Sango, ¿qué me pasó? —inquirió, confundida. La mujer intentó sentarse, pero fue imposible hacerlo, ya que le volvió el mareo. Obligándola a seguir recostada en las piernas de la exterminadora—. ¿Dónde estamos?
—Cerca de las montañas. Nos faltaba poco para llegar al sitio donde recolectamos las plantas —le informó, tomando el recipiente de bambú en el que llevaba agua—. Toma un poco, por favor. Te caerá muy bien.
La sacerdotisa bebió despacio el vital líquido que le obsequió su amiga. El agua la devolvió a la vida, pues su frescura la reconfortó y la ayudó. Parecía que estaba deshidratada, pues la caminata la había agotado.
Sin embargo, ¿por qué la había cansado? Esta no era la primera vez que la efectuaba. Es más, siempre iba a recolectar hierbas a la misma montaña. Entonces, ¿qué le había afectado? ¿Por qué se había desmayado? ¿Por qué se sentía tan angustiada y mortificada? ¿Por qué se sentía tan casada?
No era normal en ella estar indispuesta, ya que aun enferma, ella sacaba fuerza de donde la necesitara para continuar ayudando, cuidando y procurando a los aldeanos. Kagome no era una enferma, mucho menos una damisela en pena. Así que, demostraría de qué estaba hecha. Ella se levantaría y continuaría. Recogería las hierbas y regresaría a la aldea.
¡Claro que lo haría!
No obstante, cuando intentó volver a levantarse un fuerte dolor en la cabeza la forzó a tranquilizarse. Ella no estaba bien y debía aceptar que llevaba días intentando ocultar su malestar.
»—Kagome, cálmate, por favor —le pidió, viéndola sostenerse la frente por el dolor—. Dime, ¿qué sientes? Iré por unas hierbas para prepararte un té o no podremos volver.
—Sango, no estoy bien. Llevo días con dolor de cabeza, náuseas y con falta de apetito. Todo me da asco.
—Kagome, ¿hace cuánto iniciaste con estos síntomas?
—Unas tres semanas —recordó, pensando desde cuándo no se sentía bien—. ¿Por qué?
—¿Y tu regla? ¿Cuándo fue la última vez que te llegó?
—Un poco más de un mes. Sango, ¿por qué me preguntas tanto?
La aludida estaba tan aturdida que no entendía. Para la azabache ese interrogatorio innecesario sobre su intimidad no tenía sentido. Ella estaba mal, pero seguramente se trataba de alguna enfermedad viral. Un resfriado que, probablemente, pescó al cuidar a algún aldeano. Nada de gravedad. Nada que la fuera a matar.
Sin embargo, sus síntomas y sus malestares eran muy similares a los de... ¡No! ¡No! ¡No! ¡Eso no! Ella no podía estar...
—¡Estás embarazada!
—¡¿Qué?! ¡No, claro que no!
—Kagome, tienes todos los síntomas. Además, es lo normal. Estás casada y es lógico que tú e InuYasha tengan un bebé. O dime, ¿no quieren ser padres?
—No lo hemos pensado —mintió, ella sí lo contempló, pero él nunca lo consideró, pues le dijo que por su condición de hanyō era muy complicado que concibieran un bebé. Así que, se resignó y nunca más lo contempló. Hasta que, apareció él. Hasta que, llegó el demonio que le robó el último aliento de su ser—. No creo que sea posible.
—Claro que sí. InuYasha se pondrá feliz cuando vuelva. Ya que supongo que lo encargaron antes de que se fuera.
Kagome recordó que la última vez que estuvo con él fue poco antes de que comenzaran sus males. Fue la noche en la que, después de amarse, él se marchó a darse sus baños. La noche en la que con lujuria se acarició pensando en Sesshōmaru. La misma noche en la que el demonio del oeste la visitó y la poseyó después que lo hiciera su hermano. La madrugada en la que la profanó y la complació hasta quedar saciada. La misma en la que le pidió en silencio que se quedara, pues luego de amarla sin control se fue para que nadie los encontrara.
Porque nadie debía hallarlos entre las sábanas. Nadie debía saber lo que entre los dos pasaba. Nadie debía saber que ella lo amaba...
«Sesshōmaru» pensó, imaginando que esto acabaría con su relación.
»—Kagome, ¿estás bien? Qué tonta, seguro estás pensando cómo darle la noticia a InuYasha. Descuida, después de que te revise la anciana lo pensamos. ¿Sí?
—Cla-Claro. Después lo pensamos.
—Espera aquí, iré por las hierbas. Ahora vuelvo.
La exterminadora se marchó muy emocionada. Dejando a una sorprendida sacerdotisa perturbada.
¡¿Embarazada?! ¡¿Ella estaba embarazada?! No, eso en verdad no lo esperaba.
«¿Qué haré? ¿Ahora cómo se lo diré?». Su cabeza era una telaraña. Una horrible telaraña que le recordaba que estaba en una encrucijada al no saber de quién era ese bebé que esperaba.
Aunque su corazón la apaciguaba y le decía que se calmara. Su mente la desesperaba, diciéndole que era una desalmada. Una arpía que se había acostado con dos hermanos y ahora no sabía quién la había preñado.
Kagome estaba muy preocupada.
Continuará...
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.¡Hola!
¿Cómo están?
¡Oh, por Dios! El que juega con fuego se quema, dice un dicho muy popular en mi país.
Ahora, ¿qué piensan qué pasará? ¿Cómo lo tomarán? Y lo más importante, ¿de quién es ese bebé? Aunque primero debemos confirmar si las sospechas de Sango son verdad. Sin embargo, los síntomas son muy claros, ¿cierto?
Estaré atenta a sus comentarios. Las quiero. Gracias por el apoyo incondicional.
Nos leemos pronto.
Con amor.
GabyJA
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Tú, eres mía [SesshOme]
FantasyColección de drabbles, viñetas, one-shot e historia cortas inspiradas en: Sesshōmaru y Kagome. Disclaimer: Los personajes de «InuYasha» pertenecen exclusivamente a Rumiko Takahashi. ⚠️¡Advertencias!⚠️ ◾Contenido explícito +18 ◾Lenguaje obsceno ◾Tem...