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.La llevó a un lugar apartado, en el que nadie podría encontrarlos. Nadie que no quisiera enfrentar una muerte ancenstral de las manos de un demonio tan frío y cruel como lo era él.
Su arrogancia era celestial y su porte sobrenatural. Así que, descuartizaría a quien cayece ante su sed. Ante su instinto de proteger...
¿Proteger? Desde cuándo él quería...
—Sesshōmaru... —musitó, soltando un pesado aire de resignación. Él estaba enfadado, muy irritado; pero, ¿cómo no iba a estarlo? Si ella le había ocultado lo que toda la aldea andaba pregnotando—. Sesshōmaru, yo-
—No pensabas decirme nada —esbozó, sabiendo que lo que le dijo era una afirmación.
—No lo sé —confesó. Realmente no sabía qué era peor, si correr a buscarlo para decirle la verdad o callar. Además, ella sinceramente se sentía muy mal, pues no podía confirmar quién de los dos fue el que la cargó—. Honestamente, no lo sé. Hace muy poco me enteré y ni siquiera lo he podido asimilar.
—Ya veo —dijo, sin siquiera verla. El demonio tenía la vista perdida en el firmamento.
—Sesshōmaru, yo... este... Perdón.
—¿Por qué?
Kagome negó con la cabeza, ella entendía la razón por la cuál se disculpó. Es que, ¿acaso en su interior sentía que el estar embarazada era una traición? ¡¿En serio?! Ella creía que si estaba preñada de su esposo contaba como una aberración. Cuando la verdadera abominación fue el engaño que se efectuó. El descaro que se cometió y el fuego que los consumió.
No obstante, todo esto se salió de control desde el instante en el que se enamoró. ¡Sí! ¡Desde que se enamoró! Porque ella nunca tuvo que mezclar la pasión con el amor.
Higurashi estaba perdidamente enamorada de Sesshōmaru y ese embarazo solo se lo había confirmado, ya que las nuevas sensaciones que estaba experimentando la hicieron aferrarse a la idea de que el cachorro que estaba gestando era del imponente y maravilloso demonio que la estaba profanando.
Sin embargo, existía la posibilidad de que el cachorro fuera de su hermano y de ser así ella no podría...
»—Kagome —esbozó, girando la mirada hasta encontrarla completamente acongojada—, ¿piensas que es de él?
—No lo sé.
Por más que le doliera y se sintiera avergonzada debía aceptar que la noche que quedó preñada estuvo con ambos hermanos.
»—Sesshōmaru, no lo sé.
—Es mío —musitó, clavado los ojos en las pupilas acuosas de la mujer que adoraba.
—¡¿Cómo?! ¿Có-cómo puedes asegurar esto? —La sacerdotisa estaba confundida. Atónita y muy sorprendida. Es que era imposible que él supiera a ciencia cierta si ese bebé era de él, ¿o si podría? Honestamente, Sesshōmaru era un misterio, un completo y ardiente misterio—. ¿Sesshōmaru?
—Ese insignificante híbrido no puede darte hijos.
—¿Cómo puedes asegurarlo? —inquirió, mientras evocaba en su memoria aquella conversación que tuvo con su esposo cuando ella volvió—. ¿Acaso la condición de InuYasha le impide que él...?
—No es que su condición de hanyō se lo impida es simplemente algo que él no quiere hacer —Sesshōmaru no tenía por qué revelar esa información. Eso le correspondía a él. Solamente a él.
—¿Eh? Dijiste algo —Kagome no entendió lo que el demonio balbuceó, pues solo escuchó cuando él dijo que no era por su condición. Entonces, ¿por qué? Ella sí recordaba que InuYasha le comentó una vez, pero nunca profundizaron el tema. Kagome pensó que eso era lo mejor. Sin embargo, en su interior siempre quiso conocer la razón.
—No —Sesshōmaru la cogió con firmeza del mentón. Así lo vería sin perder ni un ápice de su mirada—. No dije nada. Únicamente te dije que ese cachorro que llevas dentro es mío.
—Sesshōmaru... —Kagome se perdió la profundidad dorada.
—Es mío, Kagome. Así como tú —tiró de ella para pegarla a su cuerpo, mientras sus garras arañaban su espalda. Destrozando la prenda superior que la sacerdotisa portaba—. Tú, eres mía. Solamente mía.
El demonio la besó con pasión, dando rienda suelta a la pasión. Ella se perdió y por un instante olvidó todo lo que pasaba a su alrededor.
La pasión los embriagó y el fuego los consumió. Dejando al descubierto una y otra vez cuánto necesitaba el uno al otro de su piel.
Él sin pudor la tomó. Abriendo sus piernas para meterse en ellas. Arremetiendo contra ellas. Sin contemplación la embistió y sin control la poseyó. Llevándola hasta el límite de su excitación.
A la cúspide del clímax que la hacía caer en la desesperación.
Continuará...
.
.¡Hola!
¿Cómo están?
Pasaba por aquí a actualizar esta historia que amo tanto escribir, pues me encantan los enredos. Me fascinan los enredos que hacen pensar hasta los extremos.
Esta conversación dejó al descubierto varios detalles. Aspectos que son importantes. No obstante, aún siguen en ese arriesgado juego, pues la traición nunca ha sido buena.
Sin embargo, ya dejaron al descubierto sus sentimientos. Ahora habrá que rezar por lo que va a pasar.
Mucho puede pasar.
Nos leemos pronto.
Con amor.
GabyJA
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Tú, eres mía [SesshOme]
FantasyColección de drabbles, viñetas, one-shot e historia cortas inspiradas en: Sesshōmaru y Kagome. Disclaimer: Los personajes de «InuYasha» pertenecen exclusivamente a Rumiko Takahashi. ⚠️¡Advertencias!⚠️ ◾Contenido explícito +18 ◾Lenguaje obsceno ◾Tem...