Capítulo 2: La Presentación a la Reina

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- Charles, querido, ¿dónde está tu hermana?- preguntó Isabela impacientándose en la puerta de la habitación de su cuñada.

- No sé por qué no quiere salir.- dijo mirando el reloj y luego mirando a su esposa.- Estás preciosa.

- ¡Charles Compton no pierdas el tiempo y saca a tu hermana de ahí!- dijo entre divertida y seria.

- ¿Por qué todo este alboroto?- preguntó un joven parecido a Charles.

- ¡Benjamin! Perfecto, ayuda a tu hermano a sacar a tu hermana de su habitación.- dijo decidida la joven.

- Hola a ti también Isabela.- comentó divertido.- ¿Qué le ocurre a la metro y medio?- dijo lo más alto posible para que su hermana se enterara de la broma que siempre le gastaba, pues Amelia era un poco más bajita que el resto de muchachas y como buen hermano, le gustaba fastidiarla por ello.

- Saldría a saludarte, pero se está demasiado bien aquí dentro. ¡Y no me llames así, Benjamin!

- ¡Pero si es cierto! Anda sal.- comentó divertido.

- Iros sin mí, ya llegaré al palacio.- dijo desde el otro lado de la puerta.

- No podemos llegar al palacio sin ti, no tendría sentido.- dijo Charles pacientemente, mientras que a su lado se encontraba una Isabela con cara de estar apunto de tirar la puerta abajo.

- Bien, pues no iremos ninguno.- sentenció Amelia.- No quiero hacer esto sola chicos, no puedo.- terminó de decir y los tres pudieron escuchar un sollozo.


Charles y Benjamin se miraron entre ellos con tristeza y decidieron que debían entrar.


- Ammie, vamos a entrar.- dijo Charles todo lo dulce que pudo.


Al entrar vieron a su hermana quieta como una estatua frente al espejo sin dejar de mirarse. Estaba deslumbrante. Su cabello moreno lo llevaba en un semi recogido sencillo, dejando sus rizos naturales sueltos y llevaba una tiara que había insistido en llevar pues era de cuando su madre se presentó en sociedad como la prometida de su padre. El vestido blanco de satén llevaba detalles florales bordados en la parte inferior, donde destacaban las prímulas, flor de Northamptonshire y flor de naranjo, en honor a la procedencia de su madre, y la flor favorita de Amelia. No era como el resto de chicas, pues había insistido desde que llegó a Londres en ir por la calle sin sombrero y tomar el sol en el jardín para que su piel adquiriera un ligero tono dorado, lo que la haría destacar entre el resto.


- Estás espectacular, Ammie.- dijo Benjamin haciendo que su hermana se diera la vuelta.

- Pues me siento ridícula.- dijo sentándose en la cama, a lo que sus hermanos se acercaron a ella.

- ¿Es por mamá?- preguntó directo Charles, a lo que ella asintió rápidamente bajando la cabeza.- Estaría orgullosa de ti, Ammie. Todos lo estamos.

- Y no vas a estar sola, nosotros estaremos contigo e Isabela estará contigo en todo momento, literalmente.- dijo Benjamin intentando sacar una sonrisa a su hermana, pero tanto a él como a Charles se les desencajó la cara cuando vieron las lágrimas que Amelia estaba aguantando.

- Lo sé y lo agradezco mucho, sé que hay chicas que las presentan las esposas de sus hermanos porque son las que tienen el título y sus madres están con los demás, pero a mí me va a presentar Isabela porque no tengo una madre.- dijo con una sonrisa triste.- Está bien, lo tengo asumido, pero no puedo evitar pensar en ella ahora, solo sé como era por los cuadros, pero ni siquiera sé cómo olía o como era su risa.

¿Tenías que ser tú? - Anthony Bridgerton (Hermanos Compton 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora