¿Tenías que ser tú? - Anthony Bridgerton (Hermanos Compton 1)

Capítulo 17: Deseo carnal

Amelia estaba hecha un flan, no tenía ni idea de qué esperarse, estaba segura de que Anthony iba a tratarla bien, pero no quería hacer el ridículo por su inexperiencia y estaba segura de que lo haría.

- No tienes por qué estar nerviosa.- susurró Anthony acercándose al oído de la morena.

- ¡No estoy nerviosa!.- dijo Amelia dando un respingo y golpeando con su hombro a Anthony en la cara.- ¿¡Estás bien!?.- preguntó la morena alarmada.

- Sobreviviré.- dijo Anthony acariciándose la mandíbula algo dolorido, mientras miraba a Amelia tirando del vestido.- No era mi intención que te quedaras sin vestido en el carruaje, pero si lo quieres así.- dijo divertido mientras la morena le miraba mal.

- No empieces con bromas.- dijo Amelia rodando los ojos mientras apartaba las manos del vestido.- Está bien, estoy nerviosa. Pero entiéndeme, no tengo ningún tipo de experiencia y tu... tu... - dijo Amelia volviendo a concentrarse en el vestido.

- ¿Yo qué?.- preguntó Anthony lo más dulce que pudo tomando las manos de su esposa.

Amelia le miró intentando no parecer nerviosa, pero eso era imposible para ella, era demasiado transparente y sabía que Anthony le había preguntado para que pusiera palabras a los sentimientos que expresaba su cara, y sabía que Anthony ya se figuraba lo que iba a decir.

- Amelia...- dijo el Vizconde animando a la morena.

- Pues que es evidente que tienes más experiencia que yo y esta noche va a ser un desastre porque no vamos a disfrutar en absoluto.

Anthony le miró sonriente, pero Amelia sin entender su sonrisa se cruzó de brazos molesta.

- Créeme si te digo que también estoy nervioso.- dijo Anthony algo avergonzado.

- ¿Lord Bridgerton nervioso? No me lo puedo creer.- dijo Amelia riendo brevemente.

- Pues créalo, Lady Bridgerton.- dijo Anthony enfatizando en Lady Bridgerton.- Voy a ser todo lo cuidadoso que pueda, pero no te imaginas cuanto te deseo, Amelia.- dijo Anthony con voz profunda que hizo que a Amelia se le cortase la respiración.

Antes de que pudiera decir nada, el carruaje paró de golpe en una bonita casa blanca con una puerta principal azul. Al entrar en la casa, la cual estaba increíblemente bien decorada para ser una casa de soltero, Anthony presentó a Amelia el servicio. Todos ellos se veían encantados de conocerla, pero tampoco tuvo mucho tiempo para detenerse un segundo a presentarse, pues Anthony la llevaba al dormitorio.

- Pensarán que soy una maleducada.- dijo Amelia preocupada.

- Oh, no piensan eso en absoluto. Saben que es nuestra noche de bodas y no quiero que nadie nos moleste.- dijo el Vizconde agarrando la cintura de la morena mientras caminaban.

Anthony abrió la puerta de su dormitorio y dejó paso a Amelia. Era una habitación de lo más práctica y masculina. Cubierta de madera y colores oscuros o neutros, pero lo que más impactó a Amelia fue el tamaño de la cama. Anthony se dió cuenta y se puso en frente de ella para captar su atención.

- Todo va a ir bien. No voy a presionarte a hacer algo que no quieras, pero sabes que puedes confiar en mí.- dijo Anthony con una sonrisa sincera mientras le tendía la mano.

Amelia se dio cuenta de cómo la estaba mirando, con ojos brillantes, ardientes... excitados, y tomó su mano. El Vizconde tiró de ella hasta rodearla con sus fuertes brazos, fue un movimiento que le pilló por sorpresa, y notó cómo su cuerpo se pegaba al suyo por completo. Le recorrió la nuca con los dedos llegando hasta su mejilla.