Desafortunadamente, vemos todos los días en la televisión actos de violencia cometidos en nombre de Alá. Sin embargo, estos tres primeros años del mensaje muestran y confirman claramente que esto no tiene nada que ver con el verdadero Islam.
Antes de empezar, es imprescindible evocar los logros del Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) que han impactado a la humanidad. Para evaluarlos existen en el ámbito científico cuatro criterios: el poder de lo conseguido, la duración del impacto, los obstáculos y los retos a los que hubo que enfrentarse para conseguirlo y los sacrificios que conllevó.
Si utilizamos este método de evaluación para analizar el mensaje observamos que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) empezó solo y después de 6 meses de esfuerzo apenas consiguió convertir a 30 personas. Veinte años después, la cifra era tan grande que cuando realizó la peregrinación a la Meca le acompañaban 120.000 peregrinos. Por otra parte, gracias al Islam hubo un cambio drástico en la sociedad, particularmente en el comportamiento de la gente. En estos años y en los siguientes cambió la manera en la que los ciudadanos vivían. Su comportamiento se volvió más cívico y se despertó el interés por la formación y la cultura. Algo significativo que se produjo en este momento fue el acceso de la mujer a la esfera del poder político y social. Por primera vez en la historia de la península arábiga, bajo el mando de Omar, hijo de Al-Khatab, una mujer fue nombrada primera ministra de comercio. Su nombre era Al-chefaa, hija de Abdul-Alá. Fueron unos siglos de gran esplendor de la intelectualidad y la ciencia que llegó hasta Europa.
Dentro de los efectos positivos que tuvo la aparición de esta religión, debemos destacar que, después de muchos años de separación entre las diferentes tribus árabes, la creencia en un único Dios, consiguió reunir a todos, como ya lo había hecho Ismael (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) años antes.
Si ahora pasamos a analizar los sacrificios que supusieron la transición al importante desarrollo de la sociedad, de ciencia y la educación debemos reflexionar y comparar los logros conseguidos en otras naciones, así como las pérdidas que conllevaron. Tomemos el caso de los Estados Unidos; hoy en día se vanaglorian de ser los responsables de acabar con la Segunda Guerra Mundial gracias, según ellos, a la bomba nuclear que acabó con la vida de 50 millones de almas. En Francia, durante el terror de la Revolución Francesa murieron 2 millones de personas. En Rusia, la revolución bolchevique costó 13 millones de vidas. En cambio, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) no necesitó sacrificar tantas vidas para cumplir su misión. En las 27 batallas que se produjeron en este periodo, murieron 259 musulmes y 759 enemigos, lo que hace un total de 1018 almas, de entre las cuales, había solamente una mujer. Ningún niño ni ningún anciano murió. Aunque no existe ninguna fuente escrita oficial que nos asegure estos datos, la tradición oral, tan importante para el pueblo árabe, nos lo confirma.
¡Solamente 1018 víctimas! No se trata de la época, ya que una de las guerras más sangrientas, que se produjo entre el 602 d.C. y el 628 d.C. entre romanos y persas, costó la vida de 3 millones de personas. Igualmente, la guerra Al-Fujjar que tuvo lugar en la península arábiga antes del Islam acabó con 100 milles de víctimas mortales. ¿Cómo es posible que en 23 años del Mensajero (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) tan solo murieran 1018 personas? Él cambió la estrategia de combate, hasta tal punto que incluso el nombre de "guerra" pasó a denominarse "incursión". Para él, una batalla es un lamentable evento que no debe durar más que algunas horas. De allí que en arabe lo llamemos "incursión" y no "batalla", tampoco "guerra" (la incursión de Badr, la incursión de Ohod... no decimos la batalla de Badr, la batalla de Ohod). En este libro usaremos la palabra batalla para facilitar su comprensión. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) quería disminuir el número de almas perdidas. Es una pena observar la situación actual donde muchos actos de violencia se cometen bajo el nombre de la religion, mientras que el Islam es inocente de todos estos crímenes. El Islam busca la paz, la armonia y la coexsistencia. Todos estos sacrificios han sido un desperdicio porque hemos contaminado su imagen. ¡Es descorazonador!
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¿Quién es Mahoma?
SpiritualEste libro está inspirado por la serie de Amr Khalid sobre el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él), basado en ella y elaborado más por nosotras. Escrito por: Somayh Naseef Editado por: Elena Rodriguez