2.El nombre del Profeta Mahoma

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El nombre del Profeta Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) es crucial en su mensaje. Es una tradición árabe recibir tu nombre compuesto por el nombre de todos tus antepasados varones y a éste se le añade el nombre de la tribu (actualmente el de la familia). A continuación no quiero limitarme a mencionar a sus antepasados sino demostrar que a través de ellos se confirma su misión en la que hay un mensaje de gracia, de humanidad y de compasión. Además, conocer bien su nombre completo sirve para comprender mejor la importancia de la coexistencia y la integración. Su misión es unir a la gente y no separarla.

¡Vamos al grano! El Profeta Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) se llama Mahoma, hijo de Abdualá, hijo de Abdul-Muttalib, hijo de Hisham, hijo de Abdo-Manaf, hijo de Cosai... Este nombre está lleno de historia. Tomemos como ejemplo a Cosai, hijo de Adnan, hijo de Ismaïl (Ismael en la tradición cristiana), hijo de Ibrahim (Abraham en la tradición cristiana). Fue Ismaïl (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) quien reunió a todas las tribus de Quraysh. Después, Ibrahim es el padre de todos los profetas. Visto de otra forma, todos los Profetas son hermanos de Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él). Entonces, es imposible que él odie a los seguidores de sus hermanos. Es decir, a los cristianos o a los judíos. ¡No tiene ningún sentido! Él amaba a la humanidad entera y su nombre lo demuestra. Si Ismaïl unió a los árabes, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) quiso mantener esta unión. Otro dato, Ibrahim nació en Irak, vivió en Palestina y Levante (actualmente Líbano, Siria y Jordania ). Isamaïl, por su parte, habitó en la península arábiga y se casó con una mujer yemenita. También sus tíos vivieron en Marruecos y su tía Hajar era egipcia. Por eso podemos decir que Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) es internacional. Estaba a favor de la unión de todos y contra la destrucción.

Esta pequeña parte de su historia no pertenece solamente al pasado, sino también al presente. ¿Cómo? Él nos enseña a integrarnos en la sociedad y a no aislarnos. Si queréis seguir su ejemplo, debéis formar parte de la vida de la gente; vivir como ellos, comer como ellos y vestirse como ellos, en pocas palabras, integrarse. Concretamente, el Profeta Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) asegura que la persona que se viste de un modo diferente al resto de la sociedad vendrá al día del juicio vestido de humillación. Es por eso que la integración es importante en el Islam. Los radicales piensan que el Islam significa tener barba y vestirse con ropa "islamista". Sin embargo, en esta religión no existe un uniforme o una ropa especial fuera de los momentos de oración en los que se debe por ejemplo usar el velo. No se trata de un desfile de moda. Consiste en una serie de comportamientos: ocuparse de los padres cuando son mayores, cooperar con los amigos y la sociedad, escribir comentarios positivos en las redes sociales, no dañar a nadie emocional ni físicamente...

Debemos reflexionar sobre Ismaïl (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) y la relación de respeto hacia su padre Ibrahim (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él). Su fe ciega en él y la humilde aceptación de sus órdenes nos ayudan a orientar nuestro comportamiento dentro de la familia. El Profeta Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) quería unirnos, a los musulmanes e igualmente a la humanidad entera. Esto está escrito en su nombre.

La madre del Mensajero (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) Aminah, la hija de Wahab pertenece a dos tribus: Banu Zohra de la Meca y Banu Al-Najar de Medina. Cuando años después él tuvo que emigrar, fue a Medina, donde encontró cobijo entre la gente de su familia. Siempre fue muy familiar.

El Profeta también dedicó su vida a Dios. Alá le ofreció al Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) dos opciones: ser un sirviente profeta o ser un rey profeta. Él eligió la primera.

Desafortunadamente, los radicales en la actualidad se aíslan y repiten el verso del Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él): "El Islam empezó extraño y terminará extraño. Enhorabuena a los extraños". Pero han malinterpretado estas palabras y pretenden ser extraños a través del aislamiento. Sin embargo, si continuamos el verso, cuando los compañeros le preguntan quiénes son, él responde: "Los que reparan lo que estaba roto". Es decir, son las personas que arreglan lo que está roto por las guerras, la violencia y la discriminación.

En relación con esto último es conveniente precisar que el racismo está prohibido en el Islam. Antes de nacer Dios nos asigna un nombre a cada uno pero nosotros al nacer recibimos un nombre diferente que corresponde a nuestra familia y a nuestra nacionalidad. Pensamo ingenuamente que este nombre nos otorga una posición social o superioridad sobre otros, contrariamente a lo que Dios nos enseñó. Pero el día del juicio final Dios nos llamará por el nombre que Él nos dio y así nos despojará de todo lo que nuestro nombre terrenal conlleva. Entonces la verdad se revelará y solo contarán nuestros actos de fe y de dedicación a Dios. Es más, el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) afirma: "no existe diferencia entre un árabe sobre un no árabe o entre blanco y negro excepto por la devoción a Dios."

El Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) insiste en que él es el padrino de cualquier persona devota y la devoción implica amor a la humanidad y respecto a los demás. ¿Cómo no va a ser así? ¿Cómo iba a ser de otra manera si él mismo está emparentado con cada persona? Aquí va una anécdota: un día, cuando el Profeta estaba paseando por Medina, vio una marcha de entierro de un hombre judío y él, sin pensárselo dos veces, se unió a ellos a pesar de haber sufrido varios intentos de asesinato por su parte. Los musulmanes se sorprendieron e indignaron, pero él declaró: "¿No es también un alma?" Él amaba a todo el mundo y los radicales odian a todo el mundo. El respeto a Dios, no consiste en una barba ni en odiar a los que piensan diferente, sino en devoción, amor, humanidad, compasión, educación y preparación. Dios otorgó a Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) la responsabilidad de transmitir su mensaje por misericordia a la gente, como está mencionado en el Corán. Cuanto más educados estamos, más cerca estaremos del Profeta. Si él nos viera a día de hoy, le decepcionaríamos porque no lo hemos seguido. Él nos dice a los creyentes: "Vuestra fe no será plena hasta que deseéis para los otros lo que queréis para vosotros mismos". Por lo tanto, él quería que viviéramos en armonía, sin rencor y sin violencia. Todo el mundo tiene la oportunidad de prepararse para el día del juicio de Dios, cuando Dios distinga entre el bueno y el malo. Sed gentiles, respetuosos y tratad con amor a los demás.

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