El amor es un sentimiento precioso en la vida del Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él), particularmente el amor que sentía por su mujer, Khadija. Esta historia es tan relevante que extraemos numerosas lecciones que podemos aplicar en nuestra vida cotidiana.
Normalmente, después de varios años de matrimonio los sentimientos se enfrían y se debilitan. Sin embargo, en este caso no fue así. Es más, 10 años después de la muerte de ella, alguien le preguntó al Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) que cómo era posible que siguiera amándola tan intensamente y él respondió que el amor que sentía por ella lo tenía enraizado en su corazón.
A lo largo de su vida el amor por Khadija no dejó de crecer. Además, apoyaba el amor de otros. Cuando se dió cuenta de que Osama, hijo de Zaide y Om Ayman estaban hechos el uno para el otro, organizó su encuentro y también su matrimonio. Años después tuvieron un hijo, a quien el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) le dio cariñosamente el apodo de "El hib ibn el Hib", que significa en arabe "el amor fruto del amor". Este incidente no es uno aislado. Sin ir más lejos, el Mensajero (que la paz y las bendiciones de Alà sean con él) tuvo conocimiento de la crisis matrimonial a la que se enfrentaba un conocido suyo. Este hombre estaba perdidamente enamorado de una mujer que por su parte ya no le quería. Ella estaba decidida a romper la relación pero Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) se apiadó de este pobre hombre que sufría su indiferencia.
-¿No ves que está loco por ti? Quizás deberías reflexionar antes de tomar una decisión definitiva - dijo Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él).
-¿Qué quieres decir? ¿Me ordenas que esté con él? - respondió la mujer dispuesta a obedecer lo que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) le mandara.
-Claro que no - aclaró el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él)-. Estoy hablando contigo no como Profeta, sino como mediador.
-En ese caso te diré que ya no quiero estar más con él. - afirmó ella con seguridad.
Por supuesto que el Profeta no la obligó a quedarse con su marido, pero sintió pena por él y lo consoló. ¡Era el abogado del amor!
Aquí viene otra anécdota: un padre desesperado vino a pedirle su opinión sobre dos potenciales maridos para su hija. Los dos habían pedido su mano; uno era rico y el otro pobre. Sin dudarlo un segundo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) le preguntó a este hombre:
-¿A cuál de los dos pertenece el corazón de tu hija?
-¡Al pobre! - dijo desanimado.
-Entonces, para los enamorados no existe otro camino- dando a entender que debía elegir al pobre.
Por otra parte, la mujer y los derechos de la mujer son fundamentales para el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él). En su lecho de muerte, únicamente se centró en dos mensajes: no descuidar la oración y cuidar a las mujeres y tratarlas bien. Existe una conexión entre los dos, la primera representa la relación más íntima entre la persona y Alá, y la segunda la relación más íntima entre la persona y la humanidad. Cuanto más respetemos y demos a la mujer el puesto que merece en la sociedad, más conseguiremos una sociedad cohesionada y civilizada.
El Corán contiene 114 capítulos y a cada uno de ellos le corresponde un título. Es curioso observar que
hay uno titulado "Las Mujeres" y ninguno titulado "Los Hombres". Esto refleja la importancia de la mujer en el mensaje del Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) visto que, entre otros, podemos encontrar títulos como Mahoma, Abraham, Ismael, María, El día del juicio final... Aún más, en este capítulo se incluyen unos versos que destacan la importancia de la justicia y nos instan a ser justos con los otros. ¡No creo que sea ninguna casualidad! Ser justos con las mujeres es una condición sine qua non para poder ser buenos musulmanes. Sin ir más lejos, para evitar que la mujer sufriera ninguna injusticia en caso de separación, el mensajero (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) nos pidió que una mujer no fuera abandonada repentinamente y sin previo aviso y que si no se amara de ella una característica concreta, se buscara otra cualidad que sí se amara. Pero qué hemos hecho tan mal para llegar a este punto en el que estamos actualmente. La incongruencia entre lo que él nos enseñó y los abusos y los malos tratos ejercidos sobre las mujeres que dolorosamente observamos en una parte de la sociedad que tiene el valor de llamarse a sí misma musulmana, resulta horrendo. Los radicales han secuestrado las enseñanzas del verdadero Islam para remplazarlas por otras con actos no solo de máxima violencia sino manchados completamente de pecado. Desgraciadamente, podemos encontrar muchos ejemplos a nuestro alrededor: prohibir a una mujer ir al colegio cuando en realidad Mahoma (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) nos puso como referencia de conocimiento y educación a su mujer Aisha de quien debemos aprender, siguiendo las órdenes del Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él), la mitad de los temas religiosos como la adoración, las historias de los profetas, cómo aplicar la ley, etc. Otro caso es forzarla a cubrirse de la cabeza a los pies en todo momento, incluso durante el rezo o durante la peregrinación cuando él expresamente nos prohibió taparnos la cara. En esta misma línea, vemos cómo utilizan a las mujeres como esclavas y objetos sexuales cuando él nos exigió respetarlas, cuidarlas, ayudarlas y ser gentiles con ellas. Lo que es peor es que pretendan cometer estas atrocidades bajo el nombre del Islam. ¿Qué diría el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) si los viera? Seguramente se sentiría terriblemente decepcionado con su comportamiento y le dolería profundamente ver el sufrimiento de las mujeres. Si pudiera comunicarse con estos criminales seguramente los regañaría. Os urjo a tomar este tema en serio y a no permitir que se siga robando la auténtica identidad de esta religión.
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¿Quién es Mahoma?
EspiritualEste libro está inspirado por la serie de Amr Khalid sobre el Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él), basado en ella y elaborado más por nosotras. Escrito por: Somayh Naseef Editado por: Elena Rodriguez